TRABAJO Y CIUDADANÍA. ¿EL TRABAJO DIGNIFICA?

Antecedentes:

Objetivo del T.P.: El uso correcto del vocabulario específico y la claridad en la producción escrita.  La estrategia para seleccionar información relevante. Y la actitud de responsabilidad y compromiso del alumno ante la propuesta evaluativa del docente.

Consigna: leer detenidamente el texto y contestar las preguntas finales. Revisar que las respuestas estén completas y legibles antes de entregar. Tener en cuenta ortografía y puntuación.

Texto de referencia: ¿El Trabajo dignifica? Fuente: Publicación de Humberto Maturana – http://matriztica.cl – 4 de febrero de 2011 “El trabajo dignifica al hombre” se dice. Y el trabajo ¿dignifica también a la mujer? Tal vez el trabajo dignifica al ser humano. Pero la leona que caza un antílope ¿trabaja? El pintor que disfruta pintando un cuadro ¿trabaja?; y la mujer que da de mamar a su bebé ¿trabaja? Tal vez el trabajo que dignifica es el que implica una remuneración que proporciona quién se beneficia con el trabajo de otro, en circunstancias que esa remuneración constituiría el aporte de energía que permitiría a ese otro y su familia vivir dignamente. Las personas cualesquiera sea su sexo o color quieren vivir dignamente, esto es, de una manera que no les avergüence, que no sientan que tienen que ocultar, que no les genere resentimiento social, … de una manera, en fin, en la que no vivan la amargura de faltarse el respeto a sí mismos. La historia de la humanidad ha consistido en una continua generación y transformación de mundos en los que los seres humanos como personas nos hemos hecho progresivamente más y más interdependientes en la producción de nuestros medios de subsistencia. Y esto como el resultado de un convivir en una red de servicios recíprocos con los cuales se satisfacen nuestras necesidades vitales. En fin, ¿vivimos y convivimos en un mundo que genera el flujo de energía que necesitamos todos las personas para un vivir digno? ¿Vivimos y convivimos así? ¿Vivimos y convivimos en una red de servicios recíprocos que constituyen una red de haceres, sentires, emociones y de energía necesaria para nuestro vivir digno como personas? Si vivimos así entonces tal vez no baste con decir que “el trabajo como servicio remunerado dignifica a las personas que lo realizan”; tal vez debamos decir que “el participar en el flujo de energía que remunera con la remuneración adecuada dignifica a las personas que lo hacen.” Una comunidad humana que hiciese posible ese vivir-convivir en armonía, sería una comunidad generadora de bien-estar que como una obra de arte cambiante genera y conserva continuamente la dignidad humana. ¿Será esto posible? ¿Será posible que queramos convivir así? ¿Será posible crear cotidianamente un convivir en el que el trabajo dignifique a las personas y no las sumerja en el resentimiento de saberse continuamente abusado, o en la vergüenza íntima de tener que esconder el saberse abusador? Para hacer esto o cualquier otra cosa tenemos conocimientos e imaginación creativa. Ahora bien, ¿Queremos hacerlo? Y si queremos hacerlo, ¿qué nos detiene? ¿No queremos hacerlo? ¿Por qué no queremos hacerlo?”.

Preguntas a responder:

1. ¿La actividad de la “ama de casa” es un trabajo digno? Si, No, ¿Porque?

2. En el texto que leíste, ¿A quién se refiere como el “abusado” y a quien como el “abusador”?

Un modelo sugerido de respuesta:

  1. En general se considera trabajo digno al que genera un salario digno; que sería aquel que permite ganar suficiente para que el trabajador y su familia escapen de la pobreza, no solo de forma temporal sino permanente. Por lo tanto, desde este punto de vista, el trabajo que dignifica sería el que implica una remuneración que permitiría al trabajador y su familia vivir dignamente.  Razón por la cual, y siempre de desde esta línea de reflexión, si queremos trabajar y vivir dignamente, tal vez no baste con decir que el trabajo como servicio remunerado dignifica a las personas que lo realizan; tal vez debamos decir que percibir por el trabajo la remuneración adecuada, dignifica a las personas que lo hacen. Ahora bien, según el texto estudiado, vivir dignamente también es vivir de una manera que no les avergüence, que no sientan que tienen que ocultar el trabajo que realizan, que no les genere resentimiento social. De una manera, en fin, en la que no vivan la amargura de faltarse el respeto a sí mismos. En consecuencia, desde el primer punto de vista, hacer de “ama de casa” no es un trabajo digno, ya que quién lo realiza no percibe una remuneración. Pero desde el segundo punto de vista ejercer de “ama de casa” puede ser un trabajo perfectamente digno, dependiendo de lo que sienta quien lo realice.
  2. El abusador sería quién se beneficia con el trabajo de otro (empleador), y que paga una remuneración que no permita vivir dignamente a ese otro que realiza el trabajo (trabajador), el abusado.

Fuentes: ¿El Trabajo dignifica?  Humberto Maturana. Pu.: http://matriztica.cl. ACTIVIDAD, TRABAJO y EMPLEO – TRABAJO DIGNO O DECENTE – DESEMPLEO, SUBEMPLEO y PRECARIZACIÓN DEL EMPLEO – ALIENACIÓN DEL HOMBRE POR EL TRABAJO. Pub.: http://danielolguin.com.ar/?p=3797

Calificación del Trabajo práctico Nro. 1: La nota alcanzada intenta reflejar el nivel de compromiso con la totalidad de las consignas del trabajo. Si se Respondió a las consignas del trabajo en forma completa y precisa. Y si el  trabajo no refleja la utilización del texto base en forma correcta.

Alumno: ……………………………………………………………..

Nota Académica: ………………………………….

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EL HOMBRE, UN ANIMAL CIUDADANO.

Consignas:
Palabras clave: Ser humano. Sociedad. Convención. Soledad. Supervivencia.
Texto a investigar: Síntesis del Capítulo primero: HENOS AQUÍ REUNIDOS, del libro «POLÍTICA PARA AMADOR» de Fernando Savater. Editorial Ariel S. A., Barcelona. Ps.9/13.
Problema a resolver: ¿El hombre necesita de la sociedad para ser un ser humano? ¿Por qué? ¿de qué forma?.
Estrategia metodológica de trabajo:
a. Leer con atención el texto.
b. Relacionar las palabras claves de acuerdo al texto.
c. Responder el problema investigado y fundamentar la respuesta.
Presentación: Trabajo escrito impreso por cada grupo. La extensión de la reflexión personal no excederá de una carilla.  Verificar ortografía.

 

“HENOS AQUÍ REUNIDOS
El primer paisaje que vemos los hombres al nacer es el rostro y el rastro de otros seres como nosotros. Llegar al mundo es llegar a nuestro mundo, al mundo de los humanos. Estar en el mundo es estar entre humanos, vivir en sociedad.
Esa sociedad que nos rodea, que nos irá también dando forma (formará los hábitos de nuestra mente y las destrezas o rutinas de nuestro cuerpo) no sólo se compone de personas, objetos y edificios. Está compuesta de lenguaje (el elemento humanizador por excelencia), de memoria compartida, de costumbres, de leyes…; Hay obligaciones y prohibiciones, premios y castigos.

La sociedad guarda mucha información. Y nuestros cerebros humanos, empiezan a tragar desde pequeñitos toda la información que pueden, digiriéndola y almacenándola. Vivir en sociedad es recibir constantemente noticias, órdenes, sugerencias, chistes, súplicas, tentaciones, insultos… y declaraciones de amor.

La sociedad nos estimula; pero la sociedad nos permite, además, relajarnos, sentirnos en terreno conocido: nos ampara. La sociedad se supone que está pensada por hombres como nosotros y para hombres como nosotros: podemos comprender las razones de su organización y utilizarlas en nuestro provecho. Digo «se supone» porque a veces en la sociedad hay cosas tan incomprensibles y tan mortíferas como las peores de la jungla o del mar. Sin embargo, sigue siendo cierto que lo más natural para vivir como hombres es precisamente la sociedad. No se trata de elegir entre la naturaleza y la sociedad, sino de reconocer que nuestra naturaleza es la sociedad. En el bosque o entre las olas podemos llegar a sentirnos a veces (por un cierto tiempo) a gusto; pero en la sociedad nos sentimos a fin de cuentas nosotros mismos.

Por lo tanto debemos asumir una primera contrariedad: la sociedad nos sirve, pero también hay que servirla. Cada una de las ventajas que ofrece (protección, auxilio, compañía, información, entretenimiento, etc..) viene acompañada de limitaciones, de instrucciones y exigencias, de reglas de uso: de imposiciones. Me ayuda pero a su modo, sin preguntarme cómo preferiría yo en particular ser ayudado. Y la mayoría de las veces, si me opongo a sus imposiciones o rechazo su ayuda, me castiga de un modo u otro. En una palabra: siempre estoy comprometido con la sociedad, más comprometido a menudo de lo que yo quisiera. Cuando uno se da cuenta de esto (en la niñez instintivamente primero y luego, de modo más consciente, en la adolescencia) siente irritación y ganas de rebelarse. Yo no he inventado todas esas reglas y obligaciones ni nadie me ha pedido mi opinión sobre ellas: ¿por qué tengo que respetarlas? ¿De dónde vienen? ¿Pueden ser cambiadas de forma que resulten más a mi gusto?

Llegamos a uno de los puntos importantes de este asunto. Atención: las leyes e imposiciones de la sociedad son siempre convenciones. Por antiguas, respetables o temibles que parezcan, no forman parte inamovible de la realidad (como la ley de la gravedad, por ejemplo) ni brotan de la voluntad de algún dios misterioso, han sido inventadas por hombres, responden a designios humanos comprensibles (aunque a veces tan antiguos que ya no seamos capaces de entenderlos) y pueden ser modificadas o abolidas por un nuevo acuerdo entre los humanos.

Por supuesto, no debes confundir las convenciones con los caprichos, ni creer que lo «convencional» es algo sin sustancia, que puede ser suprimida sin concederle mayor importancia. Algunas convenciones (llevar corbata para poder entrar en cierto restaurante) expresan solamente prejuicios bastante tontos, es verdad, pero otras (no matar al vecino o ser fiel a la palabra dada, por ejemplo) merecen un aprecio muchísimo mayor. Muchas convenciones  tienen efectos decisivos sobre nuestras vidas y sin ninguna convención en absoluto no sabríamos vivir.

Ahora bien, ¿No te has preguntado nunca por qué, no obstante tales convenciones,  los hombres vivimos de una manera tan complicada? ¿Por qué no nos contentamos con comer, aparearnos, protegernos del frío y del calor, descansar un poco… y vuelta a empezar? ¿No hubiera bastado con eso?

Nunca los hombres se limitan a dejarse vivir: Es evidente que lo propio de los humanos es una especie de inquietud que los demás seres vivos parecen no sentir. Tenemos un cerebro enorme que se alimenta de información, de novedades, de mentiras y de descubrimientos, y en cuanto decae la excitación intelectual, a fuerza de rutina, los más inquietos comienzan a buscar nuevas formas de estímulo. A uno le da por subir a una montaña inaccesible, éste quiere cruzar el océano para ver qué hay al otro lado, el de más allá se dedica a inventar historias o a fabricar armas, otro quiere ser rey y nunca falta el que sueña con tener todas las mujeres para él solo. La inquietud nunca falta y siempre crece.

Es que las sociedades humanas no se contentan con la supervivencia, como en las sociedades de animales, sino que ansían la inmortalidad. Y el grupo social, a diferencia de los individuos,  se presenta como lo que no puede morir.”

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Problemas de convivencia en el aula y el indispensable ejercicio de la comprensión y la autoridad por parte del docente.

En general los niños y jóvenes ejercen sin problemas la capacidad de tener sentimientos positivos hacia otras personas, de compartir, o ser útiles a un grupo. Pero los hay también quienes van en contra de todo eso, que hacen sufrir a los demás, que no son conscientes del daño que hacen, que rechazan las normas de convivencia, incluidas las de la escuela a la que concurren.

No obstante, en primer lugar, se debe tenerse en cuenta siempre, que si bien los niños y jóvenes se pueden deprimir, tener problemas psicológicos y hasta sufrir enfermedades mentales; no es atinado psiquiatrizar ni pscicologizar todos los malestares de la vida, mucho más tratándose de menores. En tal sentido, no todos los problemas de conducta en el aula son atribuibles a problemas psicológicos.

Por otro lado, si bien puede haber niños y jóvenes que hacen daño a los demás simplemente porque quieren ver sufrir a otra persona.  Los hay también quienes imitan la violencia implícita o explícita que les proveen los medios de comunicación masiva y juegos electrónicos, motivados por conseguir una posición de poder en el grupo  y porque  ven que los resultados de tales conductas son posibles.

Estamos entonces ante una problemática educativa, más que psicológica. La personalidad es difícil de cambiar, pero no lo es el auto-control. Hay niños con bajas puntuaciones en humanidad, insensibilidad emocional y empatía, pero que no son violentos porque han aprendido a auto-controlarse. Y la educación en vital en tal sentido.

Cierto es que cada vez es mas habitual encontrar problemas de convivencia en el aula, y que algunas veces incluyen actos de violencia entre los alumnos. Situaciones de conflicto que en muchas ocasiones perduran mas allá de las horas de colegio, y subsisten en otros ámbitos sociales y actividades que realizan los niños y jóvenes en los clubes o barrios en los que viven. [i]

Pero no es menos cierto que los docentes, quienes enfrenan situaciones de este tipo, pueden ayudar a prevenir estas conductas por medio de un trabajo enmarcado en dos parámetros básicos: La comprensión del estado emocional del alumno; y el ejercicio de la autoridad.

Así, la tarea docente en general, y especialmente en el nivel secundario, debería trascender el aspecto académico, sino que debería alcanzar también a comprender al alumno, acercarse a su situación personal y familiar, para poder responder a todos esos factores emocionales tan importantes para su felicidad.

Los docentes en general están dispuestos y capacitados para esta tarea, porque la profesión de profesor o maestro, tiene una fuerte carga emocional y la formación científica es buena. No obstante, uno de los problemas es que a los docentes se les suele medir por los resultados académicos de sus alumnos y no por lo que aportan a su crecimiento emocional. Además en la Escuela Secundaria la presión académica es muy importante, y los profesores están desbordados por unos temarios académicos. Como sea, debiera disponerse de un espacio para el desarrollo de tan sensible tarea.

Asimismo, y junto al proceso de acercamiento a la realidad emocional de los alumnos, junto a toda la libertad que se pueda otorgar, debe indefectiblemente ejercerse la autoridad que sea necesaria.

 

Hoy en día, es fácil que los niños y jóvenes se adapten a un medio social como el de nuestro país, en cual la falta de respeto al cumplimiento de las normas en general esta a la vista de todos, y los docentes se han quedado sin herramientas para hacer cumplir las normas ante teorías psicológicas basadas en no castigar nunca, y en no prohibir.

Habrá que mantener un equilibro. No resulta nocivo y contraproducente para el niño o el joven conozcan los límites de la conducta a seguir, cuando  toda la libertad que es posible otorgar se ha visto superada.

Una de las más importantes pautas de acción que la escuela actual debería ofrecer es la posibilidad de modificar el currículum escolar para  incorporar los contenidos referidos a la Educación en Valores, llegando a convertir esta reflexión en seña de identidad y eje central de los planes institucionales del colegio. Reflexión que debe incluir necesariamente a los docentes. Estos son los verdaderos guías de la clase, los encargados de organizar a los alumnos, de programar las estrategias, de moderar, de ayudar a la regulación de los conflictos y de preparar un motivador y acogedor ambiente de clase.

Por su parte el papel del docente debería incluir como mínimo las cualidades de Autenticidad, no tiene sentido ni utilidad pedagógica que un profesor promulgue actitudes antiviolencia, si su comportamiento en el aula demuestra que no es capaz de aceptar y trabajar por la paz y la convivencia de la misma. De Competencia, es básico que el profesor se forme previamente en las estrategias de regulación de los conflictos. Y de  Consideración, aceptando a los alumnos como personas dignas de todo respeto.

La asimilación y el cumplimiento de todas estas características suponen una modificación de los métodos didácticos y una nueva forma de entender la enseñanza, destinada no sólo a transmitir conocimientos conceptuales, sino también preparada para la formación del desarrollo integral del alumno.

Daniel Olguin.

Fuente: “Detrás de un niño violento o rebelde no siempre hay un problema de salud mental”. Entrevista realizada a la Dra. Inés López-Ibor. En http://www.religion.profes.net/puntovista2.asp?id_contenido=61016.
[i] En instituciones educativas que básicamente reúne a niños y jóvenes de familias que viven en comunidades cerradas (barrios privados y countries), se da la particular situación de que los jóvenes se mantienen en constante contacto aún fuera del ámbito escolar. Trasladando los problemas de convivencia y de violencia desde u hacia los lugares donde viven.
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Identificación de actividades humanas. En el caso, la identificación de un acto irresponsable.

No necesariamente debemos actuar de forma irresponsable, aunque hoy lo habitual sea serlo.

Hoy vivimos en una actualidad de creciente impopularidad de los compromisos.  Pero esta situación no debe impedir que nos preguntemos a nosotros mismos ¿Cuál es la relación entre el derecho a dejar de responder adecuadamente a mis obligaciones y el daño que puede generar su ejercicio? Es indispensable que nos cuestionemos siempre la existencia de un límite peligroso de transgredir en tal sentido. Podría estar en juego el causar un daño a quien más queremos. O sea, en primer lugar a NOSOTROS MISMOS, y luego a los demás seres queridos (por ejemplo nuestros padres).

Por mi parte no estoy seguro de que cual es la frontera entre mi derecho “hacer lo que se me canta” con mis compromisos y obligaciones, y mi egoísmo irresponsable. Pero sí lo estoy de que ese límite existe y que puedo violarlo en el momento en que el acto de elegir mal e irresponsablemente, se declara indiferente de mis obligaciones para conmigo mismo y para mis seres más queridos, liberándome de toda responsabilidad por las consecuencias de mis actos.

Prof. Daniel Olguin.

Antecedentes generales de un acto irresponsable:

A) Se dio en clase una clara consigna: ingresar a la página web http://danielolguin.com.ar/; buscar el archivo denominado “CONCEPTOS Y DEFINICIONES SOBRE EL TRABAJO” (http://danielolguin.com.ar/?p=2022), imprimirlo y adjuntarlo a la carpeta.

Ese mismo día se dio la instrucción en clase de buscar también el archivo DENOMINADO “TRABAJO PRÁCTICO 1: IDENTIFICACIÓN DE ACTIVIDADES HUMANAS” (http://danielolguin.com.ar/?p=3496); imprimirlo, y realizar la actividad que detalla el texto del mismo.

En la misma fecha y clase se fijó como fecha de entrega del trabajo práctico.

La consigna del trabajo práctico fue la siguiente (según dice el texto del mismo): Según el texto: “CONCEPTOS Y DEFINICIONES SOBRE EL TRABAJO”, categorizar las siguientes actividades:”cartonero” “Maestro o profesor particular” “piquetero” “trapito” y “limpiavidrios”. Indicar si cada actividad es trabajo y/o empleo; si está incluida en la Población Económicamente Inactiva o activa. Si se incluye en la Población ocupada, plenamente, sobre-ocupada, sub-ocupada o desocupada. Si es trabajo informal. Si es trabajo no registrado “en negro”. Y dar fundamentos de sus indicaciones.

El texto del T.P incluyó la siguiente información acerca de cómo realizar el trabajo: Tener en cuenta que según el glosario de conceptos y definiciones, una actividad puede incluir más de una categorización. Revisar que las respuestas estén completas y legibles antes de entregar. Tener en cuenta ortografía y puntuación. Y expresaba textualmente el Objetivo de la actividad: El uso correcto del vocabulario específico y la claridad en la producción escrita. La estrategia para seleccionar información relevante. Y la actitud de responsabilidad y compromiso del alumno ante la propuesta evaluativa del docente. Además de acompañar definiciones de cada una de las actividades a categorizar según el Glosario de Conceptos y definiciones.

En clase, se explicó en forma reiterada en qué consistía la actividad: Tomar el texto, el cual detalla las distintas categorías en las que se puede conceptualizar el trabajo y sus distintas formas, y desde esa base textual, identificar las categorías solicitadas, indicando cual o cuales categorías del texto comprendían.

B) A la clase siguiente, fecha de entrega original del trabajo solicitado,  sólo tres alumnos de veintiocho presentaron el trabajo práctico en concisiones de merecer una evaluación. Otros diez, si bien entregaron sus trabajos, éstos no merecería siquiera ser tenidos encuentra para su evaluación dado el bajo nivel de compromiso que surgía de sus presentaciones. Y finalmente el resto no hizo entrega alguna.

C)  Ante el resultado de la tarea solicitada, se les solicitó a los alumnos re-hacer los trabajos para la siguiente clase. Y se repasaron asimismo las consignas para realizar correctamente el trabajo solicitado; según el texto calificar e indicar sobre las actividades propuestas.

D) Se pospuso nuevamente la entrega de la re-realización del trabajo práctico para la siguiente fecha.

E) Las clases siguinetes no se llevaron a cabo, sea por feriados o por salida de visita a museos.

F) Finalmente, luego de un mes y diez días de la fecha original de entrega, recibí los trabajos prácticos para su evaluación.

Modelo sugerido de respuestas correctas a las consignas del trabajo:

“cartonero”: Actividad. Trabajo. No es empleo (No cobran un salario, no trabajan para nadie). Población Económica inactiva (no tiene un empleo ni lo buscan activamente por eso no son desocupados). Población Económicamente activa (tiene una ocupación remunerada aunque en realidad no le paga nadie). Sub-empleo invisible (cuentapropismo o informalidad). Trabajo informal. Trabajo libre mercantil.

“maestro o profesor particular”: Actividad. Trabajo. No es empleo. (No cobran un salario, no trabajan para nadie). Población Económica inactiva (no tiene un empleo ni lo buscan activamente por eso no son desocupados). Población Económicamente activa (tiene una ocupación (remunerada). Sub-empleo invisible (cuentapropismo o informalidad). Trabajo informal. Trabajo libre mercantil.

“piquetero”: Actividad. Trabajo si le pagan. No es empleo (No cobran un salario, no trabajan para nadie). Población Económica inactiva (no tiene un empleo ni lo buscan activamente por eso no son desocupados). Si le pagan: Población Económicamente activa (tiene una ocupación remunerada). Trabajo informal. Trabajo libre mercantil. Sub-empleo invisible (cuentapropismo o informalidad).

“trapito”: Actividad. Trabajo si le pagan. No es empleo. (No cobran un salario, no trabajan para nadie). Población Económica inactiva (no tiene un empleo ni lo buscan activamente por eso no son desocupados). Si le pagan: Población Económicamente activa (tiene una ocupación (remunerada). Sub-empleo invisible (cuentapropismo o informalidad). Trabajo informal. Trabajo libre mercantil.

“limpiavidrios”: Actividad. Trabajo si le pagan. No es empleo. (No cobran un salario, no trabajan para nadie). Población Económica inactiva (no tiene un empleo ni lo buscan activamente por eso no son desocupados). Si le pagan: Población Económicamente activa (tiene una ocupación (remunerada). Sub-empleo invisible (cuentapropismo o informalidad). Trabajo informal. Trabajo libre mercantil.

Calificación del Trabajo práctico Nro. 1: La nota alcanzada refleja el nivel de compromiso con la totalidad de las consignas del trabajo. Teniendo especialmente en cuenta el tiempo que el alumno tuvo a su disposición para realizar el mismo.

 

 

 

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Mas de cómo funciona nuestra mente. La memoria, una gran herramienta.

La evidencia científica indica que cada vez que recuperamos una memoria de un hecho,esta se hace inestable permitiendo la incorporación de nueva información. Y que por lo tanto almacenamos nuevamente esta memoria como una nueva memoria, que ya contiene información adicional al evento original. Es por ello que muchas veces aquello que nosotros recordamos no es al acontecimientos cual fue en la realidad, sino la forma en que fue recordado la última vez que lo trajimos a la memoria.

Y cada vez que tenemos un recuerdo de un hecho del pasado, estamos reactivando la imagen de ese hecho tal y como lo tenemos almacenado en el cerebro. Lo maravilloso es que al reactivar el recuerdo, éste se vuelve inestable por un período corto de tiempo, para volver a guardarse luego y fijado nuevamente.

Por lo tanto, evocar nuestros recuerdos perturbadores y revisarlos es uno de los tantos modos en que nuestro cerebro puede cambiarse a sí mismo. Y nos permite trasladar cierto sufrimiento vivido, desde un presente perturbador a un pasado que, en lugar de doler, nos sirva para ser más sabios en el futuro.

Piensa bien y saldrá bien!

D.O.

Fuente: Facundo Manes. “Usar el cerebro”, Ed. Planeta, Bs. As. 2014.
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Sobre la vigencia del rol del adulto en la formación de los jóvenes.

Había construido una visión personal acerca de la formación de adolescentes. Sobre suestado, sus necesidades, sus alcances. Y lo hice desde mi perspectiva como docente de nivel terciario y universitario, y con la influencia de mis antecedentes de mi anterior experiencia en la enseñanza secundaria, allá en los fines de los años ochenta. A lo que se sumaba por supuesto, mi propia experiencia como padre de adolescentes y estudiantes secundarios de la década de los noventa. Ahora bien, a partir de mi reencuentro con la enseñanza de estudiantes secundarios hace cuatro años, he debido reestructurar sensiblemente lo que creía al respecto.

Logros significativos en el área de educación, como el aumento de la alfabetización, de la obligatoriedad de una educación básica extendida, y el mayor presupuesto educativo, se han dado, en el área de educación secundaria juntamente a otras tendencias sociales menos deseables. A las escuelas, en general les resulta cada vez más difícil mantener la disciplina, y la falta de respeto de los alumnos por los maestros se convirtió en una práctica más habitual de lo esperable. Y a su vez las escuelas contribuyen al mal comportamiento de los alumnos al hacer más hincapié en sus derechos, pero no en sus responsabilidades.

Muchas de las prácticas habituales de las escuelas enseñan a los alumnos a no apreciar el trabajo duro, el esfuerzo personal, la diligencia y la perseverancia. En particular, el hecho de que se permita que los alumnos entreguen sus trabajos fuera de plazo o simplemente no los entreguen, así como que se reduzcan objetivos académicos y planes didácticos por la presión ejercida por propios alumnos y a veces por padres, les ha enseñado que el sentido de responsabilidad carece de importancia.  No sólo se ha abreviado el espacio de tiempo que los estudiantes dedican a leer, escribir y ejercitar las materias escolares, sino que se redujo el nivel de autodisciplina que se espera de ellos, y del que son absolutamente capaces.

En suma, el espíritu anárquico, individualista y hedonista de la actualidad no favorece la misión educativa de las escuelas, como tampoco favorece el intelecto, la salud ni el bienestar de los jóvenes.

Pero lo que más me ha llamado la atención es que los adultos, en el rol que les toque asumir respecto de la formación de los menores, cada vez con mayor frecuencia los adultos reniegan de su responsabilidad de vigilar el comportamiento personal y cívico de los jóvenes, dejándolos sin supervisión adecuada y sin puntos de referencia de carácter moral. Estos adultos concretamente impiden el normal crecimiento de los jóvenes dado que no asumen la responsabilidad que les corresponde en el ejercicio de la cuota necesaria de autoridad en el proceso de formación. Las investigaciones actuales arrojan que en Argentina, sólo tres de diez adolescentes tienen padres al tanto de sus tareas. Y la mitad de esos padres no saben que hacen sus hijos en su tiempo libre*.

No obstante, mi renovada visión de la situación no es para nada negativa. Observé que los adolescentes aún reclaman (aunque en forma algo diferente a como lo hacíamos nosotros, los ahora adultos) que se los apoye y se los guíe en su crecimiento. Y verifiqué que los tiempos modernos y “virtuales” no impiden en absoluto que el proceso de desarrollo esté enmarcado tanto por el pleno ejercicio de la libertad, como por el ejercicio de la autoridad en tanto sea necesaria.

Y fundamentalmente, mi trato con los actuales adolescentes convalidó mi idea sobre sus tremendas capacidades y potencialidades para adaptarse y modificar su entorno. Por lo que confío en que nuestros hijos y estudiantes se comporten de manera distinta a la adoptada por la mayoría de sus adultos.

D.O.


* Según la Encuesta Mundial de Salud Escolar realizada en nuestro país por los Ministerios de Salud y Educación conjuntamente y de la que participaron mas de 28.000 chicos escolarizados de entre 13 y 15 años, de 250 escuelas del todo el país.
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El día internacional del trabajador.

A mediados del siglo XX, las condiciones de trabajo generadas por la revolución industrial eran lamentables. La jornada de trabajo se extendía por más de doce horas llegando hasta 18 horas en algunos casos;  las condiciones de higiene y salubridad eran deplorables; y la conscripción de trabajadores se realizaba indiscriminadamente entre hombres, mujeres y niños.

Ante estos abusos los trabajadores comenzaron a organizarse y mediante huelgas y manifestaciones callejeras pretendieron hacer valer sus derechos. Así en 1884, una organización de trabajadores llamada Federación Americana de Trabajo propuso que a partir del 1º de mayo de 1886 la patronal debería respetar la jornada de 8 horas y si así no lo hicieran los trabajadores irían a la huelga.

Como respuesta a esta situación, el presidente de los Estados Unidos, Andrew Johnson, promulgó una ley que establecía que la duración de la jornada laboral sería de 8 horas. Pero esta ley no fue acatada por el sector patronal, y las organizaciones de trabajadores declararon la huelga y se movilizaron reclamando por sus derechos.

Durante la manifestación realizada en la ciudad de Chicago, la policía reprimió brutalmente a los obreros; hubo obreros muertos y también estalló una bomba que causó la muerte de varios policías. Por ese hecho, fueron encarcelados los oradores del acto y otros participantes, a quienes se les inició juicio acusándolos de conspiración y asesinato y aunque no se pudo probar su culpabilidad durante el proceso; de los ocho hombres acusados se condenó a dos de ellos a prisión perpetua, a otro a 15 años de trabajos forzados y los cinco restantes fueron condenados a morir en la horca.

No obstante, la fuerza de la organización obrera se extendió a distintos países del mundo. Y en 1889, se adoptó el 1° de Mayo como el día en que los trabajadores debían demandar a los poderes públicos y obligarlos a reducir legalmente a ocho horas la jornada de trabajo. Se había elegido ese día en alusión expresa a los mártires de Chicago.

A partir de 1890, comenzaron a realizarse todos los años, en cantidad creciente de países, incluida  la Argentina, actos en los que los trabajadores planteaban ante las patronales y los gobiernos sus reivindicaciones económicas y políticas.

En Argentina, los actos del 1º de mayo cada vez congregaban una concurrencia mayor, lo que preocupaba al sector patronal y a los gobiernos que, a veces, reaccionaban con violencia ante esas manifestaciones.

Durante las presidencias radicales, entre 1916 y 1928 se sancionó legislación que tendía al mejoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores. Era la primera vez que el gobierno intervenía poniendo algún límite a la patronal. Se sancionaron las leyes de descanso dominical; de regulación del trabajo a domicilio de las mujeres; entre otras. Y durante su segundo mandato, Hipólito Yrigoyen, instituyó por decreto del 28 de abril de 1930, el 1º de Mayo como “… día de fiesta en todo el territorio de la República …”.

A partir de la asunción a la presidencia de Juan Domingo Perón en 1946, las reivindicaciones que los trabajadores habían anhelado se fueron concretando en realidades y los trabajadores fueron ganando el espacio público, apropiándose de los símbolos y de las significaciones vinculadas al 1° de Mayo.

El 1° de Mayo en la actualidad tiene múltiples significaciones. Para unos es un día de lucha, de reivindicación de los derechos de los trabajadores y para otros es un día de festejo, de hermandad entre los trabajadores.

Fuente: http://servicios.abc.gov.ar

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¿Escuchamos cuando decimos que estamos escuchando?

“Cuando te pido que escuches y te pones a darme consejos, no estás haciendo lo que te he pedido. Cuando te pido que me escuches y te pones a decirme por qué no debería sentirme de ese modo, estás hiriendo mis sentimientos. Cuando te pido que escuches y te parece que debes hacer algo para solucionar mi problema, me has fallado, por extraño que parezca. ¡Escucha! Sólo pedía que escucharas; no que hablaras o hicieras, sólo oírme… Puedo valerme por mí mismo, no estoy indefenso. Cuando haces algo por mí que puedo y necesito hacer yo mismo, incrementas mi temor y mi sensación de ineptitud. Pero cuando aceptas como cierto que me siento como me siento, por muy irracional que resulte, puedo dejar de intentar convencerte y pasar a la cuestión de comprender qué se esconde detrás de esa sensación irracional. Y, cuando eso está claro, las respuestas resultan obvias y no necesito consejos.” RALPH ROUGHTON

Una de las principales razones detrás de las fallas de comunicación humana, es que las personas involucradas interpretamos el mismo evento de manera diferente. No existe una única manera de interpretar algo. Las personas creamos sentido y actuamos en función de cómo cada uno percibe el mundo. Por lo tanto, puede ser que las personas estemos viendo los mismos hechos, pero el sentido de esos hechos, se interpreta a través de las experiencias personales anteriores que nos formaron. Y que formaron nuestro marco referencial desde el cual interpretamos todo.

Por ello, muchos creemos que sabemos escuchar porque lo estamos haciendo continuamente, pero en realidad, no lo hacemos. Lo que en realidad hacemos es reaccionar, suponiendo, juzgando lo que escuchamos. E intervenir interrumpiendo, opinando. Claro está fundados en nuestras creencias y nuestro ego.

No es ninguna sorpresa que no sepamos escuchar. Si bien, el escuchar representa entre el 40 y el 50% del tiempo dedicado a la comunicación, paradójicamente es el modo de comunicación sobre el que hemos recibido menos adiestramiento. La mayoría de nosotros nos hemos estado preparando durante muchos años para leer, escribir y hablar. Y en cambio, muy pocos han recibido tan siquiera dos semanas de formación sobre cómo escuchar.

Pero siempre estamos a tiempo de aprender tomando conciencia de que escuchar es dejar, mientras escuchamos, nuestro propio marco de referencia,  nuestro sistema de valores, nuestra historia y tendencias de juicio, y sumergirnos lo más posible en el marco referencial o punto de vista de las otras personas a quienes pretendemos escuchar.

Mientras tanto aprendemos, es muy útil mantenerse callado cuando el otro está expresándose y sólo nos pidió que lo escucháramos.

D.O.

Fuente: The 8th Habit. From Effectiveness to Greatness Publicado originalmente en inglés, en 2004, por Free Press, a División of Simón & Shuster, Inc., Nueva York
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LA PEDAGOGÍA DEL AFECTO*

De cómo convivan los niños dependerá la clase de adulto que llegarán a ser.H. Maturanai

Necesitamos una escuela y una educación para aprender a vivir, compartir, y comunicarse.[ii] De esto ya no debieran quedarnos dudas. Cada vez más autores, desde distintos campos (biología, medicina, psicología, etc.) hablan de la importancia del mundo emocional y de la emoción del amor, y de las actitudes amorosas, como claves para el desarrollo biológico, mental y social de las personas en desarrollo. Y reclaman una cultura escolar más humanizada que integre conocimientos, emociones y relaciones y que enseñe a conocer, a convivir y a trabajar juntos.[iii]

Los niños y niñas aprenden en los espacios donde conviven y la escuela es un espacio clave de convivencia, donde el alumnado va a aprender según como sea esa convivencia.  Aprender es convivir y un niño y una niña se van a transformar según sean las relaciones en los espacios donde conviveLo genético es sólo un punto de partida, establece un campo de posibilidades pero no nos determina como lo hace con los animales, y lo que ocurra después tendrá que ver con la historia de relaciones de nuestro cuerpo con el medio que le rodea.  Depende de la calidad de los procesos relacionales, en los contextos en los que participan: familiar, escolar, social.

Aprendemos en estos contextos de convivencia el lenguaje, a emocionarnos y relacionarnos, a motivarnos; desarrollamos nuestra autoestima personal, el modo de vernos, de ver a los otros y al mundo. Es en el espacio de convivencia de la familia, de la escuela, del club, etc., en el que el niño o niña crece y aprende.[iv]

Por ello podemos señalar sin temor a equivocarnos que los niños y niñas no se portan mal por naturaleza, sino por aprendizaje. Un niño o una niña no son malos si no que, en ocasiones, aprenden comportamientos inadecuados en la convivencia familiar y/o escolar. Y la escuela y los profesionales que trabajamos en ella podemos contribuir a proporcionar un nuevo aprendizaje: deconstruir el rol y construir, conjuntamente con la familia, un nuevo rol, más positivo.

Ello es así porque lo humano no surge desde la lucha, la competencia, el abuso o la agresión, sino desde la convivencia, en el respeto, la cooperación, el compartir, y el afecto.[v] Pero además, el afecto constituye un conjunto sensorial de gestos, de gritos, de mímicas y palabras que rodean al niño, y es un alimento afectivo que aniquila a los niños que se ven privados de él. [vi] [vii]

Por lo tanto si no se dan las suficientes interacciones de este tipo, si un niño es negado o rechazado no va a poder desarrollarse como una persona sana y tendrá problemas en su desarrollo, en los aprendizajes o en su salud o socialización. [viii]

Hemos de tomar conciencia de que necesitamos sentirnos útiles, valorados, amados y aceptados por las personas significativas de nuestra vida. Necesitamos ser vistos, apreciados y reconocidos. Y los continuos avances en el estudio de las emociones han confirmado que no hay aprendizaje sin emoción. Las emociones negativas producidas por el miedo, la inseguridad, sentirse rechazado, y no tener un rol positivo en el aula, cierran y bloquean la inteligencia. Y un clima emocional positivo, de bienestar, seguridad, aceptación, abre la inteligencia y facilita los aprendizajes.

En concreto, la calidad de la relación humana es el catalizador que potencia el aprendizaje y es una condición previa para que este se produzca. La educación tiene que ir dando importancia al desarrollo de la capacidad de afecto y vinculación emocional con los otros, a una sintonización positiva desde nuestras necesidades, emociones y valores, para hacer posible la aceptación y consideración mutuas.[ix] Si la calidad de las relaciones es la clave que potencia los aprendizajes, debemos plantearnos la importancia de cuidar el clima afectivo y relacional de la Escuela y el Aula para conseguir un adecuado aprendizaje y el desarrollo integral del alumnado.[x]

Tenemos  que avanzar hacia una educación que ayude a alcanzar madurez, entendimiento, respeto mutuo y relaciones más pacificas y colaborativas. Que contribuya de forma decisiva a formar personas felices, autónomas, responsables y solidarias. Por lo tanto, maestros y profesores no sólo tenemos que tener un buen conocimiento de los contenidos curriculares y capacidad de enseñarlos, sino que también se requieren habilidades, estrategias y trabajo colaborativo para gestionar la vida afectiva y relacional del grupo clase y la convivencia positiva que cuide de los aprendizajes. Ello requiere de una mirada apreciativa, de hablar y de actitudes y estrategias coherentes para el día a día del aula. Cada vez va será más necesario integrar curricularmente programas de educación socioemocional y en valores en la vida del aula y Escuelas.

El modelo educativo hacia el que debemos ir está basado en el respeto y la comprensión del mundo propio y de los demás. Porque si uno aprende a respetarse a si mismo y a los demás, puede aprender cualquier cosa: matemáticas, lenguaje, conocimiento del medio, etc.; pero si un niño o niña no se siente aceptado, no tiene un espacio digno en la clase y tiene problemas de relación, no va a aprender, porque estará en otra cosa.

Como dice Maturana, si queremos que algo sea hagámoslo. Si queremos otra escuela hagámosla.

* Extraído del trabajo de Paco Buigues Tro. Miembro de la Mesa de Trabajo: Innovación en Educación en Valores del Cefire de Elche – España.


[i] Humberto Maturana es uno de los pensadores mas valiosos de la actualidad. Estudió Medicina en la Universidad de Chile y luego se trasladó al University College London para estudiar anatomía y neurofisiología. En 1958 obtuvo el Doctorado en Biología de la Universidad de Harvard. Y en el año 1994 recibió el Premio Nacional de Ciencias en Chile. En el año 2000 co-fundó el Instituto de Formación Matríztica (después llamado Escuela Matríztica de Santiago) para dar formación en el entendimiento de la matriz biológica-cultural del habitar humano.
[ii] Edgar Morin (2004) “Los 7 saberes para la educación del futuro”. Ediciones UNESCO
[iii] Jacques Delors (1996) “La educación encierra un tesoro” Santillana
[iv] Rubém Alvés. (1996) “La alegría de enseñar”. Octaedro.
[v] Humberto Maturana. (1997): “El sentido de lo humano”. Granica Dolman.
[vi] Boris Cyrulnik (2006) “El amor que nos cura” Gedisa
[vii] David Servam. 2004:”Curación emocional”. Kairos.
[viii] Humberto Maturana. (2003) “Amor y juego” J.C. SÁEZ editor
[ix] Bach, E., y Darder, P. (2004). Des-edúcate. Una propuesta para vivir y convivir mejor. Barcelona: Paidós.
[x] Humberto Maturana (07/11/2005) Entrevista realizada para el periódico La Vanguardia de Barcelona.
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“LA ETICA y LA POLÍTICA”

1. Expone sobre la relación entre la ética, la política, vivir éticamente y la libertad.

2. ¿Consideras que se puede vivir éticamente bien en el actual ambiente político de nuestro país? Si. No. ¿Por qué?

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