La evidencia científica indica que cada vez que recuperamos una memoria de un hecho,esta se hace inestable permitiendo la incorporación de nueva información. Y que por lo tanto almacenamos nuevamente esta memoria como una nueva memoria, que ya contiene información adicional al evento original. Es por ello que muchas veces aquello que nosotros recordamos no es al acontecimientos cual fue en la realidad, sino la forma en que fue recordado la última vez que lo trajimos a la memoria.
Y cada vez que tenemos un recuerdo de un hecho del pasado, estamos reactivando la imagen de ese hecho tal y como lo tenemos almacenado en el cerebro. Lo maravilloso es que al reactivar el recuerdo, éste se vuelve inestable por un período corto de tiempo, para volver a guardarse luego y fijado nuevamente.
Por lo tanto, evocar nuestros recuerdos perturbadores y revisarlos es uno de los tantos modos en que nuestro cerebro puede cambiarse a sí mismo. Y nos permite trasladar cierto sufrimiento vivido, desde un presente perturbador a un pasado que, en lugar de doler, nos sirva para ser más sabios en el futuro.
Piensa bien y saldrá bien!
D.O.