“Cuando te pido que escuches y te pones a darme consejos, no estás haciendo lo que te he pedido. Cuando te pido que me escuches y te pones a decirme por qué no debería sentirme de ese modo, estás hiriendo mis sentimientos. Cuando te pido que escuches y te parece que debes hacer algo para solucionar mi problema, me has fallado, por extraño que parezca. ¡Escucha! Sólo pedía que escucharas; no que hablaras o hicieras, sólo oírme… Puedo valerme por mí mismo, no estoy indefenso. Cuando haces algo por mí que puedo y necesito hacer yo mismo, incrementas mi temor y mi sensación de ineptitud. Pero cuando aceptas como cierto que me siento como me siento, por muy irracional que resulte, puedo dejar de intentar convencerte y pasar a la cuestión de comprender qué se esconde detrás de esa sensación irracional. Y, cuando eso está claro, las respuestas resultan obvias y no necesito consejos.” RALPH ROUGHTON
Una de las principales razones detrás de las fallas de comunicación humana, es que las personas involucradas interpretamos el mismo evento de manera diferente. No existe una única manera de interpretar algo. Las personas creamos sentido y actuamos en función de cómo cada uno percibe el mundo. Por lo tanto, puede ser que las personas estemos viendo los mismos hechos, pero el sentido de esos hechos, se interpreta a través de las experiencias personales anteriores que nos formaron. Y que formaron nuestro marco referencial desde el cual interpretamos todo.
Por ello, muchos creemos que sabemos escuchar porque lo estamos haciendo continuamente, pero en realidad, no lo hacemos. Lo que en realidad hacemos es reaccionar, suponiendo, juzgando lo que escuchamos. E intervenir interrumpiendo, opinando. Claro está fundados en nuestras creencias y nuestro ego.
No es ninguna sorpresa que no sepamos escuchar. Si bien, el escuchar representa entre el 40 y el 50% del tiempo dedicado a la comunicación, paradójicamente es el modo de comunicación sobre el que hemos recibido menos adiestramiento. La mayoría de nosotros nos hemos estado preparando durante muchos años para leer, escribir y hablar. Y en cambio, muy pocos han recibido tan siquiera dos semanas de formación sobre cómo escuchar.
Pero siempre estamos a tiempo de aprender tomando conciencia de que escuchar es dejar, mientras escuchamos, nuestro propio marco de referencia, nuestro sistema de valores, nuestra historia y tendencias de juicio, y sumergirnos lo más posible en el marco referencial o punto de vista de las otras personas a quienes pretendemos escuchar.
Mientras tanto aprendemos, es muy útil mantenerse callado cuando el otro está expresándose y sólo nos pidió que lo escucháramos.
D.O.