Innovar en la educación legal implica introducir cambios significativos y estructurales en la forma en que se enseña y se aprende el derecho. En consecuencia, resulta un proceso de aprendizaje dinámico y flexible (continuo y deliberado) que busca mejorar la calidad educativa y preparar a los estudiantes para enfrentar los desafíos de un entorno legal en constante cambio.
Innovar en este campo de la enseñanza implica, desde ya, integrar de tecnología, utilizar herramientas tecnológicas como simulaciones de juicios, plataformas de aprendizaje en línea y software de gestión de casos para mejorar la enseñanza y el aprendizaje. Pero no es el único parámetro tomar en cuenta.
Es incorporar métodos de enseñanza activos, como implementar métodos de enseñanza interactivos y basados en proyectos, donde los estudiantes participen activamente en su propio aprendizaje, en lugar de ser receptores pasivos de información. Y fomentar la colaboración con otras disciplinas, como la sociología, la psicología y la economía, para abordar problemas legales desde múltiples perspectivas y desarrollar soluciones más innovadoras.
Innovar implicará siempre un cambio cultural en la forma de estudiar y ejercer el derecho, promoviendo una mentalidad abierta al cambio y a la mejora continua.
D.O.