La innovación educativa. Las clases invertidas, o “flipped classrooms”.

Entendemos por innovación educativa toda planeación y puesta en práctica creada con el objeto de promover el mejoramiento institucional de las prácticas de la enseñanza y/o de sus resultados. Las innovaciones responden a los fines de la educación y se inscriben con sentido en los contextos sociales, políticos e históricos de la vida de las instituciones. Creación, promoción del cambio y mejoras son conceptos asociados a las innovaciones.*

En una situación actual en la que los alumnos universitarios consideran, cada vez más, en frecuencia y profundidad, que los métodos y formas de la tecnología reemplazan a la clase en un aula. Sumado el hecho de que por medio las formas en que se produce conocimiento de la mano de tecnologías digitales expansivas y continuas, los estudiantes también cambiaron. Entonces, vale preguntarse ¿Por qué se insiste en enseñar de la misma forma?

La innovación educativa es un proceso que busca mejorar la enseñanza y el aprendizaje mediante la introducción de nuevas ideas, métodos y tecnologías. Pero, innovar en educación no solo trata de introducir nuevas tecnologías, sino también de cambiar la forma en que se enseña y se aprende, haciendo que el proceso educativo sea más dinámico, interactivo y relevante para los estudiantes de hoy.

En consecuencia, los aspectos claves de la innovación educativa incluyen utilizar herramientas tecnológicas como la realidad virtual, la realidad aumentada y plataformas de aprendizaje en línea para crear experiencias de aprendizaje más inmersivas y personalizadas. E implementar métodos como la gamificación, el aprendizaje basado en proyectos y la pedagogía inversa, donde los estudiantes participan activamente en su propio proceso de aprendizaje. Fomentando la colaboración entre estudiantes y entre estudiantes y profesores. Esto puede incluir trabajos en grupo, discusiones en clase y proyectos colaborativos.

Asimismo, además de los conocimientos técnicos, es importante desarrollar habilidades blandas como la comunicación, la colaboración y el pensamiento crítico. Utilizar evaluaciones formativas y personalizadas para medir el progreso de los estudiantes y ajustar los métodos de enseñanza según sea necesario. Y crear un entorno de aprendizaje inclusivo y diverso que valore diferentes perspectivas y experiencias.

Un enfoque innovador incluye las clases invertidas, o “flipped classrooms”, en las que los estudiantes se involucran más activamente en su propio aprendizaje. En lugar de recibir pasivamente la información durante la clase, la estudian por su cuenta y luego aplican lo aprendido en actividades prácticas durante la clase.

Los estudiantes pueden aprender a su propio ritmo, revisando el material tantas veces como necesiten antes de la clase. Y el tiempo de clase se utiliza para actividades interactivas, como discusiones, trabajos en grupo y resolución de problemas. Esto puede mejorar la comprensión y retención del material. De esta forma se desarrolla el fomento de habilidades como la autodisciplina, la gestión del tiempo y la capacidad de aprender de manera autónoma.

En el contexto de la educación legal, las clases invertidas pueden ser particularmente útiles. Los estudiantes pueden revisar casos, leyes y teorías por su cuenta y luego utilizar el tiempo de clase para discutir casos prácticos, participar en simulaciones de juicios o trabajar en proyectos colaborativos. Esto no solo mejora su comprensión teórica, sino que también les proporciona habilidades prácticas esenciales para su futura carrera.

D.O.

 

* Litwin, Edith. El oficio de enseñar. Biblioteca Fundamental de la educación. Paidos 2016. P. 65.
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