La miopía es un defecto visual que impide enfocar correctamente objetos lejanos, que se ven borrosos y poco definidos.
En nuestro país existen además otras miopías que particularmente -y pareciera que congénitamente- afectan a nuestra clase dirigente.
Estas son la miopía intelectual que impide ver con claridad y precisión el grave estado de situación social, y la miopía ética, que distorsiona las implicaciones y los efectos de las acciones que se llevan a cabo.
Desconocer o negar que existen distintas formas de entender las mismas cosas porque cada ser humano posee su propia realidad, excluye al resto de los que no asumen una misma posición. Por ello, mantener conductas en defensa de la negación del otro para afirmar una idea o creencia cancela la discusión pluralista que, ademas de ser demandada con urgencia, genera cada vez más resentimiento y división. Todo lo que demuestra un gravísimo nivel de miopía intelectual y moral.
Las ideologías resultan absolutamente esenciales en tanto constituyen distintos modos de mirar una situación. Pero, la lucha ideológica sostenida en la creencia que enarbolan esta u otra ideología, impide reflexionar sobre lo que proponen.
Si queremos vivir en democracia, las distintas ideas o formas de ver nuestra realidad deben conformar un proyecto de convivencia basado en la aceptación y en el respeto recíprocos que permitan trabajar en colaboración.
Claro, será necesario comenzar por aceptar que estamos enfermos de miopías que no pueden ser resueltas con un par de anteojos, sino con sentir vergüenza. Ese sería un muy bien inicio de un cambio.
Piensa bien y saldrá bien!
D.O.