LA ESCUELA COMO COMUNIDAD POLÍTICA.

En la escuela, una parte de las relaciones sociales son relaciones de poder, es decir, relaciones en las que unos tienen la capacidad de influir en la conducta de los otros. Esto ocurre en los grupos de compañeros, en los que suele haber un líder; el las relacione docente-alumnos y directivos-docentes, etc. Además la escuela es un  espacio público regulado por el poder político. Tanto las escuelas de gestión pública como las de gestión privada, en mayor menor medida, funcionan según los lineamientos que van estableciendo los gobiernos.

Con la recuperación de la democracia y antes de 1983 comenzaron a replantearse las relaciones de poder en la escuela. El proceso de democratización luego de los años de dictadura militar, alcanzó a la escuela y en ese período resurgieron los centros de estudiantes y los delegados del curso. Por entonces comenzó a pensarse que la participación activa en la elaboración de las reglas y la curación de los espacios de dialogo podían contribuir a mejorar la convivencia. Mas recientemente se formaron en algunas escuelas consejos de convivencia, en los que los representantes de todos los actores sociales de la escuela (padres, profesores, preceptores, directivos y alumnos) se ocupan de la aplicación de las normas y de las sanciones cuando se transgreden esas norma. Es importante destacar que los centros de estudiantes extienden sus preocupaciones mas allá de lo escolar, para comprometerse en otras acciones relacionadas con la comunidad: ayuda en comedores populares, apoyo escolar, acciones solidarias en el barrio, actividades culturales, entre otras.

El proyecto escolar: Las prácticas cotidianas en los espacios públicos tienen un sentido político; las prácticas escolares también. En algunos casos, esas prácticas (es decir, lo que las personas hacen) forman parte de un proyecto. En Proyecto es un conjunto de acciones planificadas para lograr un objetivo. La planificación comienza analizando una situación, identificando problemas, evaluando recursos disponibles. Luego se definen las tareas, se las distribuye entre los participantes y se las organiza en el tiempo. Las tareas debe contribuir paulatinamente a lograr los objetivos finales que se han trazado. Algunos proyectos su vez forman parte de otros mayores.

El proyecto que se propone es de éste tipo y tendrá como eje la formación de ciudadanas y ciudadanos autónomos y comprometidos con la democracia a través de la práctica política responsable en la escuela. Y estará enmarcado en los lineamientos pedagógicos que han definido las autoridades (Consejo Federal de Educación, Ministerio de educación y la Escuela).

Actividad:

1. Leer el siguiente extracto del Diseño Curricular para la Educación Secundaria 5 año, en la materia: “Política y ciudadanía”.

Las nuevas Leyes de Educación (Ley de Educación Nacional N° 26.206 y Ley de Educación Provincial N° 13.688) contienen fines y objetivos vinculados con la formación en ciudadanía.  La legislación nacional prescribe “Brindar una formación ciudadana comprometida con los valores éticos y democráticos de participación, libertad, solidaridad, resolución pacífica de conflictos, respeto a los derechos humanos, responsabilidad, honestidad, valoración y preservación del patrimonio natural y cultural”. (Art. 11 c LEN 26206). En acuerdo a ello la norma provincial dispuso en el capítulo II “Establecer una formación ciudadana comprometida con los valores éticos y democráticos de participación, libertad, solidaridad, resolución pacífica de conflictos, respeto a los derechos humanos, responsabilidad, veracidad, honestidad, valoración y preservación del patrimonio natural y cultural que habilite a todas las personas para el desempeño social y laboral y la continuidad de estudios entre todos los niveles y modalidades” y “Garantizar una educación integral que forme ciudadanos desarrollando todas las dimensiones de la persona incluyendo las abarcadas por el artículo 14º de la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, de jerarquía constitucional” (Art.16 LEP 13688).

A su vez, la normativa define tres fines para la Educación Secundaria en la provincia de Buenos Aires: 1. ofrecer situaciones y experiencias que permitan a los alumnos y las alumnas la adquisición de saberes para continuar sus estudios. 2. fortalecer la formación de ciudadanas y ciudadanos, y 3. vincular la escuela y el mundo del trabajo a través de una inclusión crítica y transformadora de los alumnos/as en el ámbito productivo. Y asimismo, el Plan Educativo 2008-2011 de la Dirección General de Cultura y Educación indica la concreción de espacios que busquen profundizar el ejercicio de la formación de ciudadanos respondiendo a los derechos y las responsabilidades que demanda el Estado democrático. (DGCyE, 2008). Y postula la implementación de acciones específicas de educación ciudadana para la consolidación de la democracia y el respeto de los Derechos Humanos.

Las materias de Ciudadanía para el ciclo superior, fueron diseñadas para concretar espacios de reflexión y participación ciudadana en el ámbito escolar y comunitario/social. Dicha participación se proyecta desde la enseñanza y el aprendizaje de una ciudadanía activa. En otras palabras, las materias propuestas son la concreción de espacios escolares para la formación de sujetos políticos que respeten y hagan respetar los derechos humanos y el sistema democrático. Se trata en definitiva de la responsabilidad del Estado en la formación política de las personas más jóvenes, desde una concepción democrática. Personas que tienen el derecho de acceder al conocimiento de los derechos, las responsabilidades y las relaciones sociales que rigen la vida social en un estado democrático y que tienen también el derecho y la responsabilidad del ejercicio de una ciudadanía activa.

Se parte del enfoque de derechos, y de los jóvenes comprendidos en las declaraciones de derechos humanos con derechos y obligaciones. Y es el objetivo, instalar la democracia en la escuela no solamente como un sistema sino como una cultura implica un desafío a la par que una oportunidad. La oportunidad de construir con los jóvenes ámbitos de participación ciudadana y de respeto democráticos diferentes a los contextos en los cuáles muchos de ellos mismos crecieron.

2. Contesta:

a) ¿Se piensa en una educación política? ¿A través de que estrategias? ¿Qué valores implícitos o explícitos pueden descubrir?

b) Bosqueja un proyecto político escolar. Define algunos objetivos que creas posibles de alcanzar y permitirían superar las dificultades que encontraste. Propone una serie de saberes y actividades que resultarían indispensables para lograr los objetivos.

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El Trabajo y la Ciudadanía.

El TRABAJO es una actividad, realizada por una o varias personas, orientada hacia una finalidad, la prestación de un servicio o la producción de un bien -exterior al sujeto que lo produjo-, con una utilidad social: la satisfacción de una necesidad personal o de otras personas. El trabajo así entendido involucra a todo el ser humano que pone en acto sus capacidades y no solamente sus dimensiones fisiológicas y biológicas, dado que al mismo tiempo que soporta una carga estática, con gestos y posturas despliega su fuerza física, moviliza las dimensiones psíquicas y mentales. El trabajo también puede dar lugar a la producción de bienes y servicios destinados al uso domestico, en la esfera no mercantil, sin contrapartida de remuneración salarial.

La CIUDADANÍA, en una concepción actual la ciudadanía se confunde con los derechos políticos que tiene toda persona, y se la identifica con el lugar de nacimiento. Pero ésta es una visión limitada que no favorece percibir al individuo como actor social con un aporte único a la comunidad. Por ello, la palabra ciudadanía engloba dos significados. Por un lado significa el conjunto de ciudadanos que viven en un territorio común y forman una nación. Y por el otro significa la calidad de ciudadano, que deriva de su participación en la comunidad a la que pertenece, tanto en la faz la personal, con la Sociedad, y con el Estado.

El TRABAJO y la CIUDADANÍA están estrechamente ligados, sobre todo desde la Revolución Industrial. Con la Revolución Industrial el trabajador se convirtió, en gran medida, en asalariado, contratado en la fábrica por un sueldo pero no era miembro de la realidad social determinante: la sociedad de capitales. De esta forma se instituyó la gran división entre capital y trabajo que han analizado y denunciado los socialistas, especialmente Marx. Pero al mismo tiempo nació la sociedad política democrática excediendo a los “antiguos regímenes” feudales o monárquicos. Una sociedad de ciudadanos, todos miembros e iguales al menos en un principio. De esta forma el trabajo, frágil y precario, fue encontrando poco a poco, mayor protección en la ciudadanía. Y el derecho del trabajo derivó de esta protección ciudadana.

Principalmente a principios del siglo XX, el trabajo dejó de ser un asunto meramente privado o contractual. Y correlativamente el trabajo se convirtió en un factor decisivo de ciudadanía. En más de un régimen socialista, evidentemente y hasta no hace mucho tiempo, un ciudadano no podía no ser un trabajador: era ciudadano en tanto que trabajador. Pero mas allá de lo excesivo que puedan ser estas posturas, no impiden reconocer el carácter central del trabajo en la sociedad. Para muchos, el trabajo es una extraordinaria impresión del espíritu humano. Por ejemplo, el Papa Juan Pablo II escribió toda una carta encíclica sobre el trabajo donde consideró al trabajo como una dimensión esencial de la existencia humana.

Pero no hace mucho tiempo,  a partir de la gran crisis que sufrió el empleo a mediados de los años 70 luego de la repentina suba del precio del petróleo, se discutió la idea del carácter central del trabajo. Algunos llegaron más lejos y dijeron haberse equivocado largamente al reconocer tanto significado al trabajo. Sostuvieron que es perfectamente posible, ser un ciudadano sin hacer ningún aporte laboral remunerado a la sociedad. Y que hasta se podría asegurar a todos los ciudadanos un sueldo básico [un subsidio universal] incluso si nadie asume un trabajo remunerado.

Luego, incluso en desacuerdo con el recurso de un subsidio universal, el liberalismo e los años 90, económico fue progresivamente desinteresándose de las consecuencias de la falta de empleo y propició el desmantelamiento de las legislaciones sociales y de numerosas protecciones al trabajo. En consecuencia, los años 90 han significado un notable retroceso para el empleo en numerosos países, y una consecuente degradación de la pertenencia ciudadana de la mayoría.

A pesar de haber sido indemnizados y/o asistidos, los desocupados se revelaron como personas en precariedad psicológica y material, dependientes, privadas de su autonomía, y además corrieron el riesgo de ser la presa fácil de clientelismos políticos de todo tipo, lo contrario precisamente de ser verdaderos ciudadanos. En realidad, al haber perdido su apoyo en el trabajo reconocido, socialmente significativo, la ciudadanía tiende a perder fuerza. Esta situación se observa cada vez más en los suburbios y en otras zonas de vida precaria donde reinan la ausencia de empleo y la perspectiva de emplearse.

Teniendo en cuenta la experiencia de los últimos años es posible afirmar entonces que el perjuicio de la desvinculación de la ciudadanía en relación con el trabajo socialmente reconocido es inmenso. Y no se puede justificar por ninguna razón de teoría económica o sociológica el desinterés por el empleo efectivo de las personas. A raíz del crecimiento demográfico excesivo a escala mundial, la humanidad permanece, aún hoy, en general, bajo una fuerte necesidad que obliga a buscar el acceso al trabajo dentro del ‘sistema’ mismo del trabajo. En el seno de la gran organización del trabajo, ya que no existen muchas otras ocasiones para el desarrollo creativo personal.

Se trataba, y se trata aún hoy de reconocer que la ciudadanía no puede ser sólo una pertenencia formal (vivir en un territorio común), sino que debe incluir la participación entre otras cosas, por medio del aporte de los unos a los otros, con sus trabajos.

Fuente:
Yean Yves Calvez. Anales de la educación Común. Trabajo y Ciudadanía.

 

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El “Para Qué” de la educación debe preceder al “Cómo”

El nuevo comienzo de un año escolar es natural que nos encuentra ocupados sobre la escolaridad de nuestros niños. Pero me animo a afirmar que muchos no estamos dedicando tiempo a reflexionar sobre el “para qué” debemos educar nuestros niños. “Para qué debemos educarnos”. Lo damos por sentado sin haber pensado mucho en la respuesta, no obstante que el “Para Qué” de la educación debe siempre preceder al “Cómo” educarnos, o “Cómo” educar.

La educación es un factor individual que pude influir directamente en lo que somos como personas. Y además es el único instrumento revolucionario válido que permitirá nuestra movilidad dentro de la sociedad a la que pertenecemos.

Pero fundamentalmente, la educación no es solo aprender las habilidades para ganarnos la vida de la mejor forma posible y escalar en el estrato social, sino que es aprender a comprender la vida misma. Comprensión que pasa por reconocer que existe una misión que tenemos que realizar, una misión que cada uno de nosotros tiene en esta vida, y por medio de la cual, usando las capacidades y talentos únicos que trajimos con nuestra existencia, podemos vivir una vida significativa, productiva, virtuosa. Por ello es que educarnos es necesario para sensibilizarnos y comprometernos, con un bien mayor que el de nuestros propios deseos.

Ahora bien, a los niños les enseñamos matemáticas para que puedan pensar de un modo organizado. Les enseñamos idiomas para que puedan comunicar sus ideas. Les enseñamos ciencias para que puedan comprender las propiedades físicas del mundo en el que viven. Y todo ello está bien, pero ninguna de estas disciplinas afectará necesariamente el modo en el que el niño actuará moralmente en su vida diaria. De modo que impartir información es apenas un componente de la educación.

Una verdadera educación para la vida consiste en enseñarles a los niños que tienen una responsabilidad no negociable con vivir moral y éticamente. Esa educación los sostendrá individualmente y creará un mundo mejor para sus hijos y por las generaciones por venir.

Y en este punto, el de educar, es interesante observar y comprender que la educación nos enfrenta siempre con la paradoja de la infancia: Por una parte un niño no tiene la capacidad de distinguir realmente el bien del mal, y mucho menos la madurez para elegir el bien en mérito propio y rechazar el mal solo porque es malo.; pero por otro lado, es durante la infancia cuando se forma la psiquis y el carácter de una persona. De modo que a los niños debe enseñárseles buenos hábitos, a reconocer el bien del mal, mucho ante de que pongan un pie en la escuela. Permitirle a un niño a que crezca y que elija su propio conjunto de valores, creyendo que no debemos infringir las libertades individuales, es tan absurdo como si un padre le diera al hijo la libertad de vacunarse o no.

A medida que una persona crece y se forman sus valores y su personalidad, se vuelve cada vez más difícil afectar su visión general del mundo. Un ser humano es como un árbol. Si se hace una marca en una rama de un árbol crecido, se afecta solo esa rama. Pero si se hacer el más mínimo rasguño en una semilla, afecta al crecimiento de todo el árbol.

D.O.

Fuente: Enseñanzas de Menajen Mendel Schneerson. Creador de más de dos mil instituciones educativas en todo el mundo. en 1978, el gobierno de los Estados Unidos, designó la fecha de su cumpleaños, como día de la educación en los EE.UU.

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¿QUE ES LA CIUDADANIA?

En la concepción actual la ciudadanía, esta se confunde con los derechos políticos que tiene toda persona, y se la identifica con el lugar de nacimiento. Pero es una visión limitada.

La palabra ciudadanía engloba dos significados. Por un lado significa el conjunto de ciudadanos que viven en un territorio común y forman una nación. Y por el otro significa la calidad de ciudadano.

Ciudadanos, son entonces, todas las personas que, por haber nacido en un territorio nacional, por tener ascendencia paterna o debido a naturalización, forman un conjunto de individuos que integran una nación.

Y la calidad de ciudadano deriva de su participación en la comunidad a la que pertenece; así, un buen ciudadano es quien se reconoce como parte integrante de la comunidad, que le ofrece una identidad por haber nacido en ella, por ascendencia directa o por haberse naturalizado. Por lo tanto, se respeta a sí mismo; respeta a esa comunidad  y a todo lo que ella representa.

El buen ciudadano reconoce su comunidad como producto de un pasado histórico al que respeta, acata las leyes que posibilitan la convivencia en democracia y en paz, y obra en concordancia con valores desarrollados como producto de su reflexión en favor del mejoramiento y de la  buena marcha de su comunidad.

Teniendo en cuenta estas ideas sobre ciudadanía, desarrollamos un concepto que parte de la consideración de tres niveles de actuación del individuo para ser ciudadano: la personal, con la Sociedad, y con el Estado.

El primer nivel de relación que debe poseer cada individuo es consigo mismo, a través de su auto-percepción como sujeto de derechos y de deberes. En este reconocerse como persona, la autoestima adecuada, la actitud crítica y reflexiva le permite actuar responsablemente.

El segundo nivel de relación  consiste en la percepción que tiene el individuo como sujeto social y ante un determinado sentido de pertenencia a la colectividad. Para que este sentido de pertenencia se desarrolle, se deberá considerar desde la adolescencia la vigencia de valores ciudadanos, como la solidaridad, la tolerancia, la responsabilidad, el respeto, la justicia, entre otros. En esta dimensión de la personalidad, será fundamental fomentar en el adolescente su capacidad de empatía, la cual le permita la toma de decisiones acordes con los intereses sociales y con la búsqueda del bien común.

La relación del individuo con el Estado constituye el tercer nivel. Mediante ella, el individuo se mantendrá en permanente actitud de reclamo y vigilancia a las autoridades e instituciones que tienen como finalidad velar y resguardar de manera efectiva sus derechos.

Estas tres dimensiones permitirán aflorar en la persona “el poder” que es propio de todo individuo que pertenece a una comunidad y cuyo destino está permanentemente en juego.

Fuente: Revista Semestral del Departamento de Educación. Vol. XV N° 28, Marzo 2006. Aurora de la Vega – Rosa Tafur Puente (Educadoras Peruanas).
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Derecho de las minorías.

Derechos humanos

Son derechos que nos corresponden desde que nacemos y durante la vida. Expresan lo que necesitamos para realizarnos plenamente como personas. Y nos garantizan una vida en condiciones de igualdad y libertad.

Costumbre y derechos.[1]

Minorías

Dos palomas, una blanca y una gris, emprendieron un largo viaje aéreo alrededor de las selvas y bosques del mundo. Cerca de un manantial, desde el cielo, vieron como tres rinocerontes jóvenes pisoteaban a un rinoceronte anciano.

–          ¡Qué malvados! – dijo la paloma gris.

–          ¿Malvados? ¿Por qué? –preguntó la otra -.  No conocemos los motivos por los cuales lo están pisoteando. Cada sitio tiene sus costumbres, y lo que, en el nuestro, está mal, tal vez aquí esté bien.

Otro día sobrevolaron un jardín, y descubrieron a cuatro gatos haciéndoles daños a un canario.

–          Podrían comerlo sin dañarlo –dijo la paloma gris – ¡Que malvados bravucones!

–          Que injusta eres! Dijo la ploma blanca – . Tal vez, en este jardín las costumbres son distintas, y está bien visto que los gatos jugueteen con los canarios antes de devorarlos.

(…) La conversación no duró mucho más . Una fiera águila se abalanzó sobre ambas palomas, persiguiéndolas por el aire.

–          Si nos salvamos de esta – dijo la paloma gris a la banca. , recuerda que en cualquier sitio, para saber si una costumbre es buena, siempre hay que pedirle opinión al mas débil.

Leer la fábula y contestar:

  1. Si trasladáramos lo que describe la fábula a las sociedades humanas, ¿a quienes representan los animales  más fuertes? ¿a quienes los mas débiles?
  1. Mencionen ejemplos de costumbres sociales que conozcan que permiten que los fuertes se impongan sobre los débiles.
  1. ¿Como interpretan el final de la fábula? Lo que dice la paloma gris al final, ¿podría ser entendido como una forma de explicar los derechos humanos? ¿por qué?.

[1] Por Marcelo Birmajer, en Fábulas salvajes. Buenos Aires: Sudamericana, 2000.

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Simplifiquemos nuestra vida.

Estar en el aquí y ahora en el mundo material, y al mismo tiempo estar conectado con

nuestro espíritu viviendo una vida dedicada a la alegría, el amor y la paz, implica vivir una vida simple, comenzando por eliminar el desorden producido por nuestro ego, que acumula de todo, creencias, cosas, y actividades que no tiene nada que ver con nuestra conexión espiritual.

Una vida simple es “Ordenar nuestra vida”, deshaciéndonos de todo lo que contribuye a una vida desordenada.

Despojándonos de cosas que ya no tienen utilidad. Si no lo hemos usado en el último año o dos, reciclémoslo para que otros lo utilicen. Deshagámonos de los viejos archivos que ocupan espacio y son rara vez o nunca necesarios. Donemos los juguetes usados ​​, herramientas, libros, bicicletas.

Despejemos nuestro calendario de actividades y obligaciones no deseadas e innecesarias. Diciendo que no a las demandas excesivas y no sintiéndonos culpables por la inyección de una dosis de tiempo libre en nuestra rutina diaria.

Tomémonos el tiempo para la meditación. Regalémonos al menos 20 minutos al día para sentarnos tranquilamente y hacer contacto consciente con nuestro interior, con nuestro espíritu, con Dios.

Regresemos a la simplicidad de la naturaleza. No hay nada más impresionante que la propia naturaleza. La fantasía de volver a una vida menos tumultuosa casi siempre implica vivir en el esplendor de las montañas, los bosques, o la tundra; en una isla; cerca del océano, o al lado de un lago. Estos son los impulsos universales, puesto que la naturaleza es creada por la misma fuente que somos, y estamos compone de los mismos químicos como toda la naturaleza.

Démonos permiso para salir a caminar o acampar en el bosque, nadar en un río, lago o mar, sentarnos junto a un fuego abierto; montar a caballo a través de senderos, o esquiar por una ladera de la montaña. Esto no tiene por qué significar largas vacaciones planeadas que son meses de distancia, no importa donde vivimos, a unas pocas horas o incluso unos minutos de un parque, camping, o por un sendero que le permitirá disfrutar de una sensación de está conectado a todo el Universo.

Pongamos distancia entre nosotros y nuestros críticos. Elijamos alinearnos con las personas que son de la misma opinión en la búsqueda de la simplificación. La vida se simplifica enormemente cuando no tenemos que defendernos de nadie, y cuando recibimos apoyo en lugar de críticas. No tenemos que soportar las críticas con algo más que un educado agradecimiento y una promesa para considerar lo que se ha dicho – todo lo demás es un estado de conflicto que borra la posibilidad de que su sentimiento inspirado.

Tomémonos tiempo para la salud. ¿Cómo podemos vivir en la sencillez si nos hartamos de cantidades excesivas de alimentos y eliminamos el ejercicio que el cuerpo nos pide. Un poco de tiempo cada día para ejercitarnos. Incluso si sólo se puede gestionar un paseo alrededor de la manzana, sólo hagámoslo. Simplifiquemos nuestra vida al ser un deportista y un comensal sensible.

Bajemos la velocidad. Una de las observaciones más iluminadoras de Gandhi nos recuerda que “no hay más vida aumentando su velocidad.” Este es un gran consejo para simplificar nuestra vida – de hecho, todo lo lento pasa por unos momentos por el aquí y ahora. Leamos despacio estas palabras. Respiremos lento de modo que usted es consciente de cada inhalación y exhalación… Reduzcamos la velocidad de nuestro discurso, de nuestros pensamientos más íntimos, y el ritmo frenético de todo lo que hacemos. Dediquemos más tiempo a escuchar a los demás. Notemos nuestra inclinación a interrumpir la conversación y optemos por escuchar. Paremos para disfrutar de las estrellas en una noche clara y las formaciones de nubes en un día fresco. Sentémonos en un centro comercial y sólo observemos cómo todo el mundo parece estar en una prisa para llegar a ninguna parte.

Hagamos todo lo posible a evitar la deuda. Si no podemos pagar algo, dejémoslo ir hasta que podamos. Al entrar en deuda, se nos acaba de añadir ansiedad a nuestra vida. Es mucho mejor tener menos y disfrutar de los días de nuestra vida que a endeudarse e invitar a la tensión y la ansiedad donde la paz y la tranquilidad podrían haber reinado.

Olvidémonos del valor en efectivo. No basemos nuestras compras en conseguir un descuento, y no permitamos que nos roben una alegría simple porque no nos dieron un descuento en el precio.

Recordemos acudir a nuestro Espíritu. Cuando la vida tiende a ser demasiado compleja, demasiado rápida, demasiado desordenada, detengámonos y recordemos nuestro propio espíritu. Un lugar sencillo, tranquilo, donde estemos en armonía e ir allí en nuestra mente.

Un hombre que personificó el éxito en los más altos niveles intelectuales y sociales como Albert Einstein dijo: “Las posesiones, éxito exterior, la publicidad, el lujo, para mí han sido siempre despreciables. Creo que una manera de vivir sencilla y sin pretensiones es la mejor para todos,   mejor tanto para el cuerpo como para la mente”

Dr. Wayne W. Dyer. My 12-Step Program for Simplifying Your Life. www.drwaynedyer.com
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Nuestra realidad es una ilusión sostenida por nuestras creencias.

La realidad no sucede hasta que decidimos hacerlo realidad a través de nuestras creencias.

Aquello que tan vívidamente experimentamos en nuestra realidad, es una ilusión sostenida por nuestras creencias.

Podemos iniciar el cambio de nuestras creencias con la intención de cambiar y la energía que ésta posee.

Piensa bien y saldrá bien!

DO

Fuente: Bruce H. Lipton, Ph.D., un pionero en la nueva biología, es un líder internacionalmente reconocido en la reducción de la ciencia y el espíritu. “How To Stay Sane In An Insane World. Our reality is an illusion held in place by our beliefs”. Published: November 1, 2013. http://healyourlife.com/author-bruce-h-lipton-hd/2013/11/wisdom/inspiration/ready-to-go-sane-in-a-crazy-world

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No necesariamente debemos actuar de forma irresponsable aunque hoy sea lo habitual serlo.

La habitual evasión de cualquier obligación que no sea con nosotros mismos.

¡Me debo esto!, ¡Me merezco esto otro!, ¿Y yo, cuando voy a ser feliz?, ¿Cuando voy apensar en mi?, ¡Tengo derecho a tener esto, o lo otro. Son algunas de las expresiones habituales de personas adultas que muchas veces sostienen, como fundamento de su acción, haber siempre pospuesto por obligaciones hacia otros, la búsqueda de sus propias oportunidades y de su verdadera felicidad.

Así también es habitual encontrar padres que compensan la falta de cuidado y atención hacia sus hijos comprándoles productos de alta calidad. Y que no comprenden que una relación amorosa requiere tiempo, cuidado y flexibilidad. Prefiriéndo romper sus matrimonios antes de cuidarlos como se cuida de una planta, regándola con un poco de agua cada día.

Vivimos una actualidad en la que es habitual la evasión de cualquier obligación que no sea con nosotros mismos, pero por ser habitual, no debería impedir que como adultos nos preguntemos a nosotros mismos si puede existir un daño a los demás por nuestra actitud; y en su caso ¿cual es la relación entre el pretendido y añorado derecho a nuestra felicidad, y el daño que puede generar su ejercicio? Es indispensable cuestionarse siempre la existencia de un límite peligroso de transgredir en tal sentido. Podría estar en juego el causar un daño a quien más queremos.

Por mi parte no estoy seguro de que cual es la frontera entre el derecho a la felicidad personal y el egoísmo irresponsable. Pero sí lo estoy de que ese límite existe y que puedo violarlo en el momento en que el acto de elegir sólo por mí, se declara moralmente indiferente y neutral de mis obligaciones con los demás, especialmente con los que conforman mi entorno familiar y amoroso, liberándome de toda responsabilidad por las consecuencias de mis actos.

¿Hemos cruzado esa frontera? ¿Nos consideramos neutrales e indiferentes ante el dolor y el daño que producimos?. O más aún ¿nos consideramos con derecho a producirlo y estamos seguros de que los demás deben comprendernos?

No necesariamente debemos actuar de forma irresponsable aunque parezca habitual. Pero además siempre estamos a tiempo de ser responsables cuando no lo fuimos. Y en su en su caso, para reparar adecuadamente los daños causados.

Piensa bien  saldrá bien!

D.O.

Fuentes:
Zygmunt Bauman, “El Arte de la Vida”, Ed. Paidos,Bs. As. 2009.  “Sobre la educación en un mundo líquido”, Ed. Paidos, Bs. As., 2013.
Ivan Clima, “Between Security and Insecutity”, Thames and Hudson, 1999, págs. 60-62.
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Año nuevo. Nuevos planes?

“Debemos estar dispuestos a deshacernos de la vida que hemos planeado con el  fin de realizar la vida que nos espera”. Joseph Campbell.

Una planificación es el diseño y proposición de los pasos a seguir para asegurarse de que un cierto proceso sea efectivo en la generación de un resultado deseado. Sin embargo las planificaciones nunca resultan si uno se apega a ellas.

Y esto es así porque el acto mismo de intentar asegurar que suceda lo planificado ocurre en un ámbito diferente, más amplio que aquel en que nos lo propusimos al planificarlo (la situación cambió, nosotros cambiamos), lo que inevitablemente altera su dirección, llevándolo a un resultado diferente del deseado.

La salida estará en primer lugar, en ser lo mas “inteligentes” posibles; o sea tener la plasticidad adecuada frente a un mundo siempre cambiante. Y en segundo lugar, en tener la disposición a soltar la creencia de que la eficiencia y efectividad de la realización de una tarea  depende del apego a lo planeado.

La verdadera eficiencia y efectividad estarán en estar siempre dispuestos a hacer lo que hagamos, sin expectativas, sin exigencias y sin supuestos. Y por supesto, en y desde amar lo que hagamos.

Existimos en un suceder de continuo cambio, dónde saber a dónde se quiere ir se define momento a momento. Y querer controlar todo, y dejar que ese querer nos guie, nos estrecha la inteligencia y nos apega a planificaciones que no terminarán resultando como esperábamos.

Piensa bien y saldrá bien!

Feliz 2014.

DO.

Fuente: Humberto Maturana Romesín. http://www.matriztica.cl
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Feliz Navidad.

“Tratemos el nacimiento del ‘niño dios’ como un darse cuenta más profundo de que siempre podemos iniciar una convivencia más ética” H. Maturana.

Ética, como la preocupación por las consecuencias que nuestras acciones tienen en la vida de otros seres humanos. Seres humanos que comienzan a importarnos cuando los vemos, cuando les damos presencia y no antes.  Y que nos son visibles sólo si somos capaces de aceptarlos. Si somos capaces de verlos como legítimos otros en la convivencia; es decir, con amor.

No debiera ser difícil, si lo queremos. El amor no es una cosa especial. El amor nos pertenece como característica biológica humana.

Como seres amorosos que somos, intentemoslo.

FELIZ NAVIDAD.

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