3.3. LOS PARADIGMAS – Tercera parte. “De adentro hacia afuera”

La visión solo puede ser clara cuando uno puede mirarse el corazón. El que mira hacia afuera, sueña; el que mira hacia adentro, despierta” Carl Jung

El problema está en el modo en que vemos el problema.

Solemos sentirnos intrigados cuando vemos que suceden cosas buenas en las vidas de los individuos, familias o grupos de trabajo con principios sólidos. Admiramos esa fuerza y madurez personales, esa unidad familiar o ese equipo de trabajo que tan bien sabe adaptarse. Y la pregunta que nos hacemos de inmediato es: «¿Cómo lo han hecho? Enséñeme la técnica.» Pero lo que en realidad estamos diciendo es: «Quiero un consejo o una solución rápida que mejore mi situación».

Algo nos dice que fuera de nosotros tiene que haber algo “fuera de nosotros” que nos ayude a controlar todas esas presiones de una manera más efectiva. Entonces a menudo encontramos personas que satisfacen nuestra demanda y nos enseñan habilidades y técnicas que por algún tiempo parecen dar resultado. Pero en realidad siempore subsiste el problema de fondo, y finalmente aparecen nuevos síntomas agudos.

Concretamente, cuanto más recurrimos a remiendos rápidos, y más nos centramos en los problemas superficiales y del momento, en mayor medida profundiza el problema de fondo. Necesitamos algo más que aspirinas y parches que resuelvan problemas del momento y superficiales.

En realidad, debemos ver ciertas cosas de una manera más profunda. Detectar algún paradigma[i] interior que afecta el modo en que vemos nuestra vida y nuestra propia naturaleza. Necesitamos un nuevo nivel, un nivel de pensamiento más profundo para superar esas preocupaciones profundas.

Para ello debemos entonces trabajar «De adentro hacia afuera», empezar por la parte más interior de nuestra persona: nuestros paradigmas, nuestro carácter y nuestros motivos.

Mientras que el paradigma de afuera hacia adentro genera personas infelices que se sienten sacrificadas e inmovilizadas, concentradas en los defectos de otras personas y en las circunstancias a las que atribuyen la responsabilidad por su situación de estancamiento. El enfoque de adentro hacia afuera dice que debemos hacernos promesas a nosotros mismos, y mantenerlas ante nosotros, y sólo después hacer y mantener promesas ante los otros. Dice también que es fútil tratar de mejorar las relaciones con los otros antes de mejorarnos a nosotros mismos.

Una vida centrada en principios[ii] es el fundamento más estable sobre el que podemos formarnos y es la clave para que todo salga bien en toso lo demás.  Si bien los mas comunes centros de vida de los jóvenes, y en los cuales centran sus paradigmas, son los amigos, los bienes de marca, novios, novias, colegio, padres, deportes, hobbies, héroes, enemigos, trabajo, y su propia persona. Pero todos estos centros resultan ser inestables. Sólo hay un centro que no puede fallarnos: los principios.

Intentemos trabajar de adentro hacia afuera y abrazar los principios fundamentales de la efectividad como centro de nuestra vida cotidiana.

Los principios son como faros. Siempre están. Y no podemos quebrantarlos.

Actividad:

Evaluemos nuestros paradigmas. Si queremos cambios significativos en nuestra vida, debemos primero cambiar nuestros paradigmas, la forma en que vemos las cosas. Cuando VEMOS una situación de cierta manera, tendemos a HACER  cosas que apoyan nuestra actitud. Y lo que LOGRAMOS a su vez influye en nuestro paradigma.

Identifiquemos alguno de nuestros hábitos inefectivos. Escribamos nuestro paradigma acerca de ese hábito, el comportamiento que mostramos cuando lo practicamos y el resultado que estamos obteniendo.

HÁBITO INEFECTIVO

ver (Paradigma) Hacer (Conducta) Lograr (Resultado)
Ejemplo: No tengo tiempo para Ejemplo: Enfoco todo mi tiempo Ejemplo: no me consideran
construir relaciones en el trabajo. en realizar mis tareas un buen compañero de trabajo

NUESTRO HÁBITO INEFECTIVO

ver (Paradigma) Hacer (Conducta) Lograr (Resultado)

Identifiquemos como convertir nuestro hábito inefectivo en uno efectivo. Escribamos nuestro paradigma acerca de ese hábito efectivo, el comportamiento que necesitaría mostrar practicar y el resultado que obtendría al practicarlo.

HÁBITO EFECTIVO
ver (Paradigma) Hacer (Conducta) Lograr (Resultado)
Ejemplo: para tener éxito en mi Ejemplo: tomo tiempo para Ejemplo: me consideran
trabajo debo construir relaciones conocer a mis compañeros un buen compañero de trabajo

NUESTRO HÁBITO EFECTIVO

ver (Paradigma) Hacer (Conducta) Lograr (Resultado)

[i] Un paradigma es la forma en que nosotros vemos algo, nuestro punto de vista, marco de referencia, o creencia. Nuestra percepción. Los paradigmas son como anteojos recetados. Estas lentes afectan como vemos todo. Y cuando tenemos un paradigma incompleto acerca de nosotros mismo, de otros, o de la vida en general, es como si usáramos anteojos con el aumento equivocado. Como resultado lo que vemos es lo que conseguimos o alcanzamos. Si creemos que somos lerdos tenemos algún retraso intelectual, esa creencia nos marcara como tales. Si creemos que nuestra hermana o hermano es lerdo, buscaremos evidencia para sostener nuestra creencia , y ella o él permanecerá como lerdo o retrasado a nuestros ojos. De  otra forma, su creemos que somos inteligentes, esa creencia cubrirá de buen onda todo lo que hagamos. Un modo simple de pensar los paradigmas, que se adecua a nuestros fines, consiste en considerarlos mapas. Todos sabemos que «el mapa no es el territorio». Un mapa es simplemente una explicación de ciertos aspectos de un territorio.
[ii] Hay principios que gobiernan la efectividad humana, leyes naturales de la dimensión humana que son tan reales, tan constantes y que indiscutiblemente están tan «allí» como las leyes de la gravitación universal en la dimensión física. Si arrojamos una manzana en Buenos Aires o en Pekín, ésta caerá al piso de la misma forma, hoy o hace 2000 años o más. La Honestidad, por ejemplo es un principio. Si somos honestos con otras personas, incrementaremos su confianza en nosotros. Seremos confiables. Si somos deshonestos, podemos engañar a los demás por algún tiempo, pero al final terminarán averiguándolo, siempre. Estos principios nunca fallan. Son evidentes por sí mismos y pueden ser comprobados fácilmente por cualquier persona. Como dijimos, los paradigmas son como mapas pero no son el territorio. El territorio en sí, está compuesto por principios o «faros» que gobiernan el desarrollo y la felicidad humana: leyes naturales entretejidas en la trama de todas la sociedades civilizadas a lo largo de la historia, y que incluyen las raíces de toda familia e institución que haya perdurado y prosperado. Y El grado de certeza que le demos a nuestros mapas mentales, no altera su existencia.
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Protegido: 2.1. Habilidades a desarrollar por medio de la incorporación de hábitos de efectividad.

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Twitter. Un método que puede aumentar la eficacia del educador.

La “relevancia” es el requisito clave para la adopción o el uso de prácticamente cualquier cosa. Si algo no es relevante, no se utiliza.

En educación, utilizamos aquello que es efectivo para nuestro objetivo. Aquello que es relevante para ser eficaces como educadores. Conocimientos específicos, métodos didácticos, procedimientos de exposición en el aula, estrategias de manejo distintas situaciones, innovaciones en el manejo de tecnologías, nuevos descubrimientos en el abordaje de temáticas,  etc.

Hasta no hace mucho tiempo, los educadores éramos capaces de mantenernos al día con las herramientas relevantes para nuestra tarea docente en general y para la materia en particular, en base a las revistas impresas, periódicos y revistas. También por medio de talleres anuales o semestrales. Como el cambio era lento, era también más fácil mantenerse al día con las cosas con métodos simples.

Pero la situación para la que nos entrenamos oportunamente, evolucionó a un ritmo increíble impulsada especialmente  por la tecnología. Y no hace falta ir tan atrás en el tiempo para reconocerlo. El mundo de hoy no es el mismo mundo de hace sólo cinco años. Hemos pasado de los cambios sucedidos durante largos períodos de tiempo a grandes cambios casi sistémicos, en algunos casos, en cuestión de meses.

Por lo tanto la relevancia es hoy mucho más difícil de alcanzar para los educadores.  ¿Cómo hace hoy un educador para elegir aquello que le será mas eficaz en su cometido profesional? ¿Cómo hace para mantenerse al día con los cambios no sólo en la tecnología y la metodología de la profesión, sino con el contenido de materia en sí misma?

Los sitios web y blogs han reemplazado a las revistas de educación. Los medios de comunicación impresos, se han reducido drásticamente en tamaño, cuando los medios digitales se ha expandido. Pero además, la evolución del cambio es más rápida para mundo, de lo que es para los sistemas de los educación que incluye a los educadores que enseñan acerca de ese mundo.

Es evidente que los educadores necesitamos una mejor manera de comunicar el cambio a fin de mantener la relevancia en nuestra tarea. Y la colaboración puede ser la clave de este problema. Ahora los educadores podemos conectarnos y hablar de lo que funciona y lo que no. Estar al tanto de lo que se hace hoy. Debatirlo.

Tal vez, se podría considerar el uso de Twitter como el método más rápido y mejor para adquirir y mantener la relevancia necesaria para ser un educador eficaz.

La relevancia es precisamente la consideración principal para su uso. El hecho de que el Twitter surge en principio para un propósito frívolo, no debería alejarnos de utilizarla a nuestro propósito de ser docentes eficaces.

@DOlguinComvivir

Fuente: Again; Relevance, Why Twitter?. November 29, 2012. Por Tom Whitby
http://tomwhitby.wordpress.com/
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Cuando me amé de verdad…

Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y, entonces, pude relajarme.. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.

Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es…autenticidad.

Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama…madurez.

Cuando me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es… respeto.

Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama… amor hacia uno mismo.

Cuando me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es…simplicidad.

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso, erré muchas menos veces. Así descubrí la… humildad.

Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama…plenitud.

Cuando me amé de verdad, comprendí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada. Y esto es… saber vivir!

No debemos tener miedo de cuestionarnos… Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.

Charles Chaplin.

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Por una espiritualidad de todos los días.

Hacemos la vida mucho más compleja que lo que tiene que ser.

Conseguir estar saludables, felices y cargados de energía, mucho mas frecuentemente de lo que creemos (por no decir siempre), está relacionado con centrar más la atención en lo positivo que en lo negativo, y a vivir de una manera espiritualmente coherente con lo que sabemos que es la verdad.

Simplifiquemos nuestra espiritualidad. Profesemos una teología personal  que no sea complicada.

Intentemos por ejemplo creer solamente:

En ser consecuentes: En vivir  lo que creemos.

En que el cambio es constante. Que la vida pasa por fases de cambios difíciles y por fases de paz. Y que debemos avanzar con la corriente del cambio en lugar de intentar impedir que ocurra.

En no esperar que otra persona nos dé felicidad. La felicidad es una actitud y una responsabilidad interior y personal.

En que la vída es esencialmente una experiencia de aprendizaje. Todas las situaciones, retos y relaciones contienen algún mensaje que vale la pena aprender o enseñar a otros.

En que la energía positiva funciona con más eficacia que la energía negativa en todas y cada una de las situaciones.

En vivir en el momento presente y practicar el perdón a los demás.

En que todas las circunstancias se pueden cambiar en un momento dado, y toda enfermedad se puede curar. Lo «Divino» no está limitado por el tiempo, el espacio ni los intereses físicos humanos.

Piensa bien y saldrá bien!

Fuente: «ANATOMIA DEL ESPIRITU – La curación del cuerpo, llega a través del alma» Por Caroline Myss.
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El fin de un ciclo escolar es una nueva oportunidad para pensar en ser educadores eficaces.

Nadie puede saber con cierta certeza como será  el mundo en el que actuarán los alumnos de hoy, pero podemos imaginarnos que será una aventura sin igual a otra anterior que se haya vivido. Por lo tanto, pareciera que con lo que se hizo hasta ahora para educarlos, o con los que nos fue bien a nosotros los adultos, es muy probable que no les alcance para lidiar con lo que será su mundo. El del siglo 21.

Podemos arriesgar que las posibilidades de futuro éxito de los jóvenes de hoy y de ser felices en el intento, no sólo tendrá que ver con profundos conocimientos adquiridos por medio de la mas rigurosa educación formal a la que puedan acceder, sino que mucho de ello estará relacionado con la capacidad para aplicar los conocimientos a situaciones inesperadas y hasta inéditas. Con la creatividad. Con el talento para anticiparse y adaptarse a los cambios. Y fundamentalmente con la capacidad para relacionarse con los demás.

Por lo tanto, sin perjuicio de lo que los sistemas educativos hagan al respecto (que en general lo hacen con bastante retraso respecto a los cambios y necesidades), pienso que los educadores debemos tomar conciencia de que somos partícipes necesarios y obligados del resultado de la acción educativa, y de liderar un cambio absoluto en la enseñanza. En el aula, los educadores somos el sistema educativo para nuestros alumnos. Y si nosotros cambiamos, cambiará la educación que reciban.

El cambio debería tender hacia proponernos rigurosos objetivos académicos, tanto como enseñar  a utilizar los conocimientos impartidos en formas que no puede siquiera concebirse hoy en día. Los estudiantes de hoy deben poder saber que hacer cuando no sepan qué hacer. Deben tener la capacidad de aplicar lo que han aprendido a una variedad de siempre cambiantes situaciones y que por supuesto no pueden prever mientras cursan su escolaridad.

Pero además el aprendizaje riguroso y pertinente (o aplicable) sólo es posible en un marco afectivo de Relaciones. Poderosas relaciones afectivas son fundamentales para completar el trabajo riguroso y pertinente. Los estudiantes son más propensos a hacer un compromiso personal para participar en el aprendizaje riguroso cuando saben que los maestros, los padres, y otros estudiantes realmente se preocupan por ellos y lo que hacen. Cada vez más autores, desde distintos campos científicos (la biología, la medicina, la psicología, etc.) hablan de la importancia del mundo emocional y de las actitudes afectuosas como claves para el desarrollo biológico, mental y social de las personas en desarrollo, y de la importancia de las relaciones en el contexto escolar como factor decisivo de desarrollo de niños y niñas.

Necesitamos por lo tanto ser educadores que además de poseer un buen conocimiento de los contenidos curriculares de nuestra especialidad educativa; la capacidad de enseñarlos; y el talento de transmitir su aplicación al mundo real; debemos poseer habilidades, estrategias y trabajo colaborativo para gestionar la vida Afectiva y Relacional del grupo de alumnos.

El fin de un ciclo escolar ademas de marcar el merecido descanso y período de recarga de energía, también es una nueva oportunidad de trabajar en lograr estar a la altura lo que se necesita de nosotros.

Piensa bien y saldrá bien!


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Aún en la situación con menos sentido, puedo encontrar algo de sentido.

Dawn Hochsprung era la Directora de la escuela primaria Sandy Hook de Newtown (Connecticut), una pequeña ciudad del noreste de EE.UU., donde el viernes pasado perdieron la vida  20 niños además de 6 adultos, a manos de una persona armada que ingresó a la escuela sorteando las condiciones habituales de seguridad.

La Directora Hoscsprung estaba teniendo una reunión cuando comenzaron los disparos.  Y en lugar de resguardarse del peligro salió hacia dónde provenían, arriesgando deliberadamente su vida, y dándola finalmente para intentar salvar a sus alumnos.

Victoria Soto era maestra del primer grado en la misma escuela y también perdió su vida luego de ocultar a sus alumnos en los armarios y gabinetes, y enfrentar al asesino diciéndole que los niños estaban en el gimnasio.

Ambas docentes, Directora y Maestra, murieron protegiendo a los niños que amaban.

Las noticias acerca de la vida de estas educadoras refieren  que amaban enseñar y tenían devoción por sus familias, sus estudiantes y su escuela.

Seguramente también fueron grandes personas, porque los buenos educadores son buenas personas.

Y sin duda alguna, asimismo también ambas fueron héroes, y las recordaré cada vez que ingrese a un aula a reunirme con mis alumnos.

Daniel Olguin.

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¿Estamos preparando a nuestros estudiantes para la vida?

«La verdadera ironía es que para los niños, la escuela es la vida real, hecho a menudo pasado por alto por los educadores.» Tom Whitby*

Cuando se nos pregunta ¿A que nos dedicamos los educadores? Podemos encontrarnos respondiendo: “Estamos preparando a nuestros estudiantes para la vida”. Pero si lo pensamos bien, ¿Somos capaces de afirmar que  efectivamente estamos preparando a los alumnos para la vida?

Tal vez para anteriores generaciones de estudiantes pudo haber sido cierto. Pero hoy, aún con algo de la innovación, y mucho de la integración tecnológica, que se está produciendo en las escuelas, no creo que «preparar a los estudiantes para la vida» sea el enfoque u objetivo de la educación actual.

Pensemos que tendremos a nuestros hijos en las escuelas por unos 15 años, pero no tenemos ni idea de lo que les deparará el futuro; por lo tanto parecería que la única manera de preparar a los niños para la vida es hacer ajustes a cada paso, a cada cambio que suceda. Pero el sistema educativo no favorece los ajustes en el camino. El sistema educativo tiene que sopesar, deliberar y considerar el cambio; y sobre todo debe estar basado en la investigación y la investigación lleva su tiempo. Por otro lado la educación no está a la vanguardia en la incorporación de la tecnología en el aprendizaje, aún continúa jugando a ponerse al día. Sin embargo, puede parecer que estamos preparando a los niños para la vida.

Recordemos. El cambio de contenidos en décadas pasadas fue lento. A pesar de los avances en la ciencia, la historia, la geografía y la literatura, el propio mundo se movía a un ritmo más lento. A tal punto que la impresión de los textos escolares era conducido por eventos sensibles únicos o por lo menos espaciados en el tiempo. Pero ahora, el tiempo superó los plazos de impresión y los libros de texto ya no pueden mantenerse al día con los espectaculares, y repentinos cambios del mundo de hoy.  Sin embargo, todavía seguimos haciendo hincapié en utilización de textos, muchos desactualizados.

Sin embargo hoy contamos con la investigación educativa que nos muestra diferentes modalidades de aprendizaje. Abrazamos la diferenciación en la enseñanza. Nos esforzamos por la inclusión de todos los estudiantes para aprender en un ambiente de enseñanza único, pero considerando las fortalezas individuales de aprendizaje. Hablamos de aprendizaje personalizado para cada estudiante, con planes individualizados de aprendizaje para maximizar el aprendizaje. Reconocemos que todos los niños se crean de forma diferente. Pero incluso teniendo en cuenta todo eso, estandarizamos su evaluación.

Hoy tenemos los innovadores de la educación como modelos. Y animamos a los maestros a dejar el pensamiento rígido, pero  al tiempo los restringimos obligándolos a introducirse en la rigidez de métodos estandarizados. Por otro lado, queremos que nuestros estudiantes sean innovadores, pero requerimos a su vez  que sean compatibles con los métodos de enseñanza del pasado.

¿Por qué seguimos limitando el tiempo de aprendizaje de nuestros estudiantes con el fin de prepararlos para las evaluaciones?

¿Cómo podemos seguir insistiendo en que los niños se limiten a abarrotarse de contenidos para una prueba en lugar de usar sus habilidades para conseguir  esos contenidos en cualquier lugar y en cualquier momento?

¿Cómo podemos seguir preparando a nuestros estudiantes para una cultura tecnológica basada en habilidades de pensamiento crítico y la capacidad de resolver problemas mediante la evaluación de la retención de contenidos?

No podemos continuar por el camino actual de la educación si queremos preparar a nuestros hijos para su futuro. Nuestros hijos no vivirán en el mundo en el que crecieron. Nuestros niños no son recipientes vacíos para ser llenados con el contenido con el fin de pasar una prueba estandarizada.

Tenemos que prepararlos para que sean flexibles, pensadores críticos, y «solucionadores» de problemas. Tienen que ser capaces de ir más allá de las limitaciones de sus maestros y padres.

¿ Efectivamente estamos preparando a los alumnos para la vida? Seguramente vale la pena preguntárnoslo.

*Tom Whitby. Prof of Education. Long Island, New Cork.
Fuente: http://tomwhitby.wordpress.com/2012/12/12/are-we-preparing-students-for-life/
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A los Egresados.

Estoy convencido de que, en general, los jóvenes de hoy representan la generación mas brillante y con mas talento que ha vivido en nuestro planeta. Tienen más capacidad de adaptación, más conocimientos, y más recursos que cualquier otra generación. Y estoy convencido también de  que, mis alumnos de hoy no sólo son parte de esos jóvenes brillantes, sino que también pueden formar parte de los hombres y mujeres exitosos de su generación.

Si bien no puedo saber saber con cierta certeza como será el mundo en el que les tocará actuar a los jóvenes de hoy, sin ser un visionario me puedo imaginar que será una aventura sin igual a otra anterior que hayamos vivido.  Y no obstante, tengo ese convencimiento.

Por ejemplo, tomando a los alumnos que hoy culminan su escolaridad secundaria, sé que ellos además de conocimientos en su memoria (algunos más…, otros menos), poseen arraigadas muestras en su personalidad, de las competencias y cualidades necesarias  para salir adelante en los desafíos que se les puedan plantear en el futuro.

Hasta hace poco tiempo vivíamos en la era a la que yo denomimo como la era de la información meritoria. Y nosotros los padres de los alumnos de hoy, somos resultado de ese período. Aquellos que pudimos acceder a la mejor información, y que guardamos la mayor cantidad de datos en nuestra memoria, tuvimos la oportunidad de “escalar en la vida”. Asistimos a escuelas y universidades que brindaban e inculcaban la mayor cantidad de datos posibles, que nos sirvieran para rendir los exámenes que nos permitiera terminar la escolaridad, ingresar a las universidades, y luego para acceder a los mejores puestos o cargos que permitiese nuestra profesión. Todo basado en la cantidad y calidad de datos a los que pudiéramos acceder.

Ahora bien, no obstante que considero que la información basada en datos sigue siendo un factor clave de la supervivencia en el mundo, considero también que hoy ya no es suficiente. Se necesita algo mas. El conocimiento de los datos por sí mismos ya no marca la diferencia entre las personas que consiguen tener éxito y las que no.

Dada la difusión masiva de Internet y de otros recursos digitales, los datos que hasta ahora eran secretos celosamente guardados, y que solo estaban al alcance los principales centros de estudios, en la actualidad son perfectamente accesibles en cualquier rincón del planeta. Pero además el mundo actual, que cambia profundamente, muchas veces sin dar aviso, y que funciona totalmente interrelacionado, esta determinando que el futuro éxito de los jóvenes de hoy, no sólo tendrá que ver con  profundos conocimientos adquiridos por medio de una rigurosa educación formal. Sino que mucho de ese éxito estará relacionado con la personalidad: con la capacidad creativa, con la capacidad de análisis, con el talento para anticiparse y adaptarse a lo cambios, y fundamentalmente con una notable capacidad para relacionarse con los demás.

La convivencia de estos últimos años con los egresados de hoy, me permite sostener que , cada uno de ellos, en la forma que su individualidad le indica o le permite, además de necesarios conocimientos en su memoria (reitero, algunos más,… algunos menos) poseen marcados indicios de éstas indispensables cualidades en su personalidad.

Si nos centramos en el presente de los egresados de hoy más que en su futuro, podemos ver a que me refiero. Porque el futuro de estos jóvenes es hoy. Lo que piensan y actúan hoy, ya está determinando su mañana. Sólo hay que decidir estar atentos para ver hacia dónde van,… y acompañar. Porque también su futuro somos nosotros, sus adultos.

Ya hoy los jóvenes egresados enfrentan suficientes desafíos sin necesidad de pensar demasiado en los que vendrán.  Ya hoy están tomando a diario decisiones que los comprometen, y que les generan en ocasiones, hasta mucha más angustia, que saber como será su vida profesional o adulta. Y no les va  mal…., se las han arreglado para egresar de su escuela secundaria, nada menos; y mientras tanto lidiaron con sus propias realidades personales, además de ser adolescentes argentinos de principios de un siglo bastante indescifrable aún para aquellos adultos que nos consideramos preparados.

Puedo ver entonces que los egresados de hoy ya son capaces, en distintos niveles individuales, de tomar de manera eficaz decisiones relacionadas con los aspectos básicos de sus vidas, y  además y fundamentalmente de albergar sueños. Y ello, es para mi un serio indicio de estar en presencia de jóvenes con grandes posibilidades de ser parte de los adultos exitosos  del siglo 21.

Quiero finalmente hacerles un par de sugerencias a mis ahora ex alumnos y transmitirles un deseo:

Por un lado quiero sugerirles que sin importar lo que elijan hacer, siempre lo intenten realizar. Inténten, intenten y vuelvan a intentar. Porque los éxitos guardan una proporción directa con la perseverancia; y porque además en tanto se intenta siempre se puede aprender algo en el esfuerzo.

Y por otro lado les sugiero también, que mientras tanto lo intentan, no renuncien ni por un instante a ser felices. Tengan especialmente en cuenta que llegar a ser feliz generalmente no tendrá que ver con que todo lo que realicen o emprendan les salga bien, sino que tendrá que ver con que logren vivir en armonía con las circunstancias de la vida. Tendrá seguramente que ver con con lo que hacen con aquello que les suceda. Como dice una  tía mía,… “Vivir la vida no es sobrevivir a una tempestad, sino saber como BAILAR BAJO LA LLUVIA”

Finalmente, les deseo de corazón a mis alumnos egresados 2012 todo lo mejor …. Y que Bailen bajo la lluvia,…siempre!

Daniel Olguin.

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Acerca de los Alumnos de hoy.

Estoy convencido de que, en general, los jóvenes de hoy representan la generación mas brillante y con mas talento que ha vivido en nuestro planeta. Tienen más capacidad de adaptación, más conocimientos, y más recursos que cualquier otra generación.

Y estoy convencido también de que los alumnos de hoy no sólo son parte de esos jóvenes brillantes, sino que también pueden formar parte de los hombres y mujeres exitosos de su generación. Nadie puede saber con cierta certeza como será  el mundo en el que les tocará actuar, pero aún sin ser un visionario me puedo imaginar que  será una aventura sin igual a otra anterior. Y no obstante, tengo ese convencimiento.

Los alumnos tienen posibilidades y oportunidades para culminar su escolaridad secundaria, con además de necesarios conocimientos en su memoria, con las absolutamente necesarias competencias y cualidades en su personalidad para salir adelante en los desafíos que se les puedan plantear en el futuro.

Déjenme decirles el porqué de mi convencimiento y de porqué menciono la personalidad además de los conocimientos:

Hasta hace poco tiempo vivíamos en una era conocida como la era de la información. Y nosotros los padres de los alumnos de hoy, somos resultado de ese período. Aquellos que pudimos acceder a la mejor información, y que guardamos la mayor cantidad de datos en nuestra memoria, tuvimos la oportunidad de “escalar en la vida”.

Asistimos a escuelas y universidades que brindaban e inculcaban la mayor cantidad de datos posibles, que nos sirvieran para rendir los exámenes que nos permitiera terminar la escolaridad, ingresar a las universidades, y luego para acceder a los mejores puestos o cargos que permitiese nuestra profesión. Todo basado en la cantidad y calidad de datos a los que pudiéramos acceder.

Ahora bien, no obstante que considero que la información basada en datos sigue siendo un factor clave de la supervivencia en el mundo, considero también que hoy ya no es suficiente. Se necesita algo mas.

El conocimiento de los datos por sí mismos ya no marca la diferencia entre las personas que consiguen tener éxito y las que no. Dada la difusión masiva de Internet y de otros recursos digitales, los datos que hasta ahora eran secretos celosamente guardados, y que solo estaban al alcance los principales centros de estudios, en la actualidad son perfectamente accesibles en cualquier rincón del planeta.

Pero además el mundo actual, que cambia abruptamente y muchas veces sin dar aviso, y que funciona totalmente interrelacionado, esta determinando que el futuro éxito de los jóvenes de hoy, no sólo tendrá que ver con  profundos conocimientos adquiridos por medio de una rigurosa educación formal.

Sino que mucho de ese éxito estará relacionado con la personalidad: con la capacidad creativa, con la capacidad de análisis, el talento para anticiparse y adaptarse a lo cambios, y fundamentalmente con una notable capacidad para relacionarse con los demás.

La convivencia de estos últimos años con los egresados de éstos años, me permite sostener que , cada uno de ellos, en la forma que su individualidad le indica o le permite, además de necesarios conocimientos en su memoria posee marcados indicios de éstas indispensables cualidades en su personalidad.

El objetivo por supuesto fue que estos jóvenes adquieran el mas alto nivel académico posible, y que además traten a las personas con respeto, expresen oralmente sus pensamientos,  analicen una decisión, marquen prioridades, resuelvan conflictos, planifiquen sus objetivos, y asuman la responsabilidad de sus actos. Y todos los alumnos que egresan lo lograron, claro está con distintos alcances y compromisos; lo que seguramente influenciará parte del camino futuro de cada uno.

Pero centrándonos en el presente de los egresados de hoy más que en su futuro. Porque su futuro es hoy. Lo que piensan y actúan hoy, ya está determinando su mañana.

Ya hoy enfrentan suficientes desafíos sin necesidad de pensar demasiado en los que vendrán.  Ya hoy están tomando a diario decisiones que los comprometen, y que les generan en ocasiones, hasta mucha más angustia, que saber como será su vida profesional o adulta. Y no les va  mal. Aquí están,… se las han arreglado para egresar de su escuela secundaria, nada menos. Y mientras tanto lidiaron con sus propias realidades personales, además de ser adolescentes argentinos de principios de un siglo bastante indescifrable aún para aquellos adultos que nos consideramos preparados.

Puedo ver entonces que los egresados de hoy ya son capaces, en distintos niveles individuales, de tomar de manera eficaz decisiones relacionadas con los aspectos básicos de sus vidas, y  además y fundamentalmente son capaces de de albergar sueños.

Y ello, es para mi un serio indicio de estar en presencia de jóvenes con grandes posibilidades de ser parte de los adulos exitosos  del siglo 21.

Quiero finalmente hacerles un par de sugerencias a mis ahora ex alumnos: Por un lado quiero sugerirles que sin importar lo que elijan hacer, siempre lo intenten realizar.

Inténten, intenten y vuelvan a intentar. Porque los éxitos guardan una proporción directa con la perseverancia; y porque además en tanto se intenta siempre se puede aprender algo en el esfuerzo.

Y por otro lado les sugiero también, que mientras tanto lo intentan, no renuncien ni por un instante a ser felices.

Tengan especialmente en cuenta que llegar a ser feliz generalmente no tendrá que ver con que todo lo que realicen o emprendan les salga bien, sino que tendrá que ver con que logren vivir en armonía con las circunstancias de la vida. Tendrá seguramente que ver con aceptar aquello que les pasa mientras viven, y con lo que hacen con eso que les pasa.

Como dice una  tía mía,… “Vivir la vida no es sobrevivir a una tempestad, sino saber como BAILAR BAJO LA LLUVIA”

Les deseo todo lo mejor …. Y que Bailen bajo la lluvia,…siempre!

Daniel Olguin.

27/11/2012

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