Hasta siempre ROLIHLAHLA!

Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, sus antecedentes o su religión. La gente aprende a odiar, y si pueden aprender a odiar, entonces se les puede enseñar  a amar, porque el amor es mas natural al corazón humano que su contrario. Nelson Mandela.

Su Nombre Nelson es el nombre inglés o cristiano que le fue dado cuando comenzó su escolaridad. Su primer nombre, el que le dio su padre al nacer fue ROLIHLAHLA, que si bien literalmente quiere decir «arrancar una rama de un árbol», su significado coloquial se aproxima a «REVOLTOSO».

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El abuso en las relaciones escolares, la tarea de prevenirlas, impedirlas; y en su caso la de ayudar a que nuestros alumnos no se responsabilicen por el tratamiento cruel de un compañero de colegio.

Las personas no deben responsabilizarse por el tratamiento cruel de otra persona. Cuando, por ejemplo alguien insulta de alguna forma a otro, eso no tiene nada que ver con ese otro. Lo que esa persona dice, lo que hace y las opiniones que expresa responden a los parámetros y creencias que ha establecido en su propia mente. Su punto de vista surge de toda la programación que recibió durante su formación como persona. Y en realidad, esa persona está hablando más de ella que dela persona insultada.

Es imprescindible que los educadores seamos completamente conscientes de ello. Porque es a partir de allí, y solamente desde ese hecho consciente, que podemos intentar realizar con algún éxito, la tarea de contagiar a los chicos a nuestro cargo, en la “no responsabilidad – no culpa” por el trato cruel y si se quiere tóxico de otro chico compañero de escuela.

Es muy frecuente que los chicos no puedan darse cuenta cuando están involucrados en relaciones que soportan y padecen por algún tipo de abuso. Los chicos en esa situación minimizan y excusan el comportamiento cruel de otros chicos: «él no tenía la intención de actuar de esa manera”; “él estaba teniendo un mal día»; “él tiene problemas en su casa”. Incluso, y más grave aún, es cuando se culpan a sí mismos por el comportamiento cruel de los otros: «Si yo fuera más agradable (o más inteligente, más delgado, más canchero, etc.), entonces él o ella me trataría mejor»

En general las personas, y más aún los chicos en edad de la escuela secundaria, toleran relaciones duras e incluso abusivas porque tienen miedo de estar solos, de estar mal, o a ser juzgados. Y en general no saben hacer nada mejor que aceptar el comportamiento dañino de los demás. Mientras sufren en silencio, y más grave aún, se forman en una “creencia” de aceptación de situaciones abusivas que pueden llevar luego a su vida adulta. Situaciones de abuso que nos son necesariamente físicas y por lo tanto perceptible por ser “visibles”.

Por eso es necesario que como educadores estemos entrenados en observar lo que sucede en la dinámica de las relaciones en el aula. Y observa precisamente si sólo hay diferencias de estilo de convivencia entre los chicos que pueden ser negociados en armonía, y por ejemplo por medio de estrategias como la charla reflexiva inducida con el fin del reconocimiento y aceptación del estilo diferente. O si hay abuso, y por lo tanto la situación relacional, por cruel, tiene que ser terminada, si no ha podido ser prevista y evitada.

Para ello debemos saber detectar distintas situaciones que conforman algún tipo de abuso distinto al físico. Por ejemplo, cuando un chico o grupo de chicos interrumpe constantemente a otro y terminan por silenciar al interrumpido o mantenerlo en un estado de constante ansiedad al intentar expresarse antes de ser interrumpido o por encima de las interrupciones. O peor aún, cuando un alumno o grupo de ellos además de interrumpir, corrige a otro, consiguiendo que el corregido llegue a sentirse un incapaz.

El trato que mantengo con los alumnos de hoy convalida, por un lado, las tremendas capacidades y potencialidades que poseen, pero por otro, también confirma que aún hoy todos los chicos reclaman (aunque seguramente en forma algo diferente a como lo hacíamos nosotros los adultos de hoy) que se los apoye y se los guíe en su crecimiento.

Verifico que en este tiempo en que casi todo parece ser “virtual” el proceso de transformación y desarrollo de estos jóvenes del siglo XXI, también está enmarcado, tanto por el pleno ejercicio de toda la libertad que sea posible, como por el de la autoridad que sea necesaria.

Lo que sucede es que la responsabilidad como educador exige hoy una participación activa mucho mayor que décadas atrás. Se debe asumir el rol que nos toca en el proceso de formación los menores actuales, aprendiendo las nuevas estrategias que nos permitan estar atentos a nuevas situaciones de abuso en el aula para prevenirlas y en su caso impedirlas. Y fundamentalmente se debe intentar ser el cambio que reclamamos de nuestros alumnos. En definitiva las conductas de “no abuso” y de “no culpa” por el abuso, sólo podemos contagiarlas…si las poseemos.

Piensa bien y saldrá bien!

D.O.

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Si hay pasión, no hay excusas.

Es bueno tener en cuenta que, saber para dónde ir, que camino tomar,  y hasta para decidir que carrera seguir que se correspondan con nuestra vocación, no es solo una cuestión de capacidad natural. Hay personas que son buenas para algo pero que no sienten que ese algo sea la vocación de sus vidas.

Se necesita algo más que un talento natural, que  hacer algo bien y que nos sea fácil hacerlo. También necesitamos ¡Apasionarnos!, encontrar gran deleite y placer en lo que hagamos.

Hay un concepto al respecto que sería importante no olvidar en el resto de nuestras vidas:

“la pasión siempre triunfa sobre las excusas”.

Tengamos en cuenta que al utilizar la palabra “pasión”, no nos estamos refiriendo a las ideas románticas que este concepto evoca. Sino que debemos equiparar el término “pasión” a una especie de gran entusiasmo que se siente muy dentro de nosotros, que nos impulsa en una dirección y que parece estar motivado por una fuerza más allá de nuestro control. Es la emoción interna de estar en el camino correcto, haciendo lo que nos sienta bien, y lo que sabemos que estábamos destinados a hacer.

En mi opinión, la presencia de la pasión dentro de nosotros es todo lo que necesitamos para cumplir nuestros sueños. Si tenemos pasión, no hay necesidad de excusas, porque nuestro apasionamiento triunfará sobre cualquier razonamiento negativo. Cuando estamos llenos de pasión sobre prácticamente todo lo que emprendamos, podremos eliminar con éxito los obstáculos de la vida. La pasión es un sentimiento que nos dice: Esto es lo que hay que hacer. Nada puede interponerse en nuestro camino. No importa lo que digan los demás.

Es un sentimiento tan fuerte que no puede ser ignorado. Cuando somos apasionados, nada parece difícil. Y ésto se debe a que estamos respondiendo a un llamado interno o vocación, que siempre vivió latente en nosotros esperando revelarse.

He aprendido con los años que cuando voy a ese lugar de la pasión dentro de mí, no hay fuerza en el universo que puede interferir con la realización de un proyecto. Tengo la sensación de que cuando hago algo con pasión recibo la ayuda de manos invisibles. Y hasta encuentro gente que me abre las puertas, y que facilita mi paso.

Cada vez que vivo mi pasión por algo, en realidad siento que ingreso en un sendero que ha estado allí todo el tiempo, esperándome. Y de repente puedo ver que la vida que debiera estar viviendo es la que estoy viviendo.

Si hay pasión no hay excusas.

Piensa bien y saldrá bien!

D.O.

Fuente: Dr Wayne W Dyer. Bestselling Author. Maui · drwaynedyer.com
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De la valentía y otras creencias.

-¿Así que crees que soy valiente? –
-Tal vez lo soy. Pero es porque he tenido buenos maestros que me han inspirado.
Te contaré acerca de uno. Hace muchos años conocí la situación de una pequeña niña que sufría de una extraña y grave enfermedad, y su única esperanza de recuperare parecía ser una transfusión de sangre de su hermanito de cinco años de edad, que milagrosamente había sobrevivido a la misma enfermedad, y por lo tanto había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatirla.
Cuando un médico le explicó la situación al niño, y le preguntó si quería dar su sangre a su hermana; por un momento vi vacilar al niño pero luego de dar un profundo suspiro dijo: – Sí, lo hare sí eso salva a mi hermanita.
Mientras se realizaba la transfusión el chico yacía en cama al lado de su hermana y sonrió, como lo hicimos todos, al ver que el color volvía a las mejillas de la niña. Pero de repente, el rostro del niño empalideció y se le borro la sonrisa de su cara. Miró al doctor y le preguntó con voz temblorosa: -¿Ahora comenzaré a morir?
Por ser tan joven el niño había malinterpretado al médico y pensó que iba a dar a su hermanita toda su sangre. Sin posibilidad de sobrevivir.
-Sí, he aprendido a tener valor, porque he tenido maestro que me han inspirado.

Creo que lo que podemos considerar como una tragedia de la vida, debe ser vista como lo que es en realidad: parte de un sistema de desafío y esfuerzo universal, que nos permite alcanzar los niveles más altos de bien-estar. Creo también que la vida nos toma examen cuando nos pone frente a una situación inesperada. Y sólo llegamos a saber cuál es la materia o tema a rendir, cuando estamos en condiciones de respondernos preguntas como: ¿Qué me quiere enseñar lo que me está sucediendo? ¿Que debo aprender de esta situación? En concreto, creo que habremos comenzado a superar el examen e ingresar a un nivel superior de nuestra existencia, cuando comenzamos a encontrar la respuesta al ¿Para qué?, y no el ¿Por qué?, nos sucedió lo que nos sucedió.

La actitud superadora de un joven, aún en profunda transformación, manejando una violenta, inesperada y adversa experiencia con sus compañeros quienes estuvieron lejos de la convivencia esperable en un grupo de jóvenes compartiendo un viaje que debió ser de alegría y de gran recuerdo para todos, me sirve para revalorizar más adecuadamente el significado de valor personal, valentía, coraje, manejo del miedo, o como se llame lidiar con el dolor y la desesperación.

Además me reafirma el honor que siento de que ese joven haya decidido siempre haber compartido el proceso de enseñanza-aprendizaje que intenté proponer en clase. Proceso en el que seguramente ambos nos hemos trasformado en la convivencia hacia nuestro mejor bien-estar.

Piensa bien y saldrá bien!

D.O.

* Dan Millman en «Sopa de Pollo para el alma»
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El docente como gestor de un clima de posibilidades.

En general, cuando nos referimos a que una escuela es exitosa o no, lo hacemos desde la comparación de cuantos alumnos han egresado (con éxito) de los que fracasaron en ese intento (sin éxito), sin tener en cuenta si se logró el egreso en las mejores condiciones posibles para todos y cada uno de los alumnos. Y cuando nos referimos a los índices de deserción escolar, lo hacemos señalando sólo a los chicos que dejan sus estudios, pero no a los niños que continúan en la escuela, aunque que se desconectan de ella, que no la gozan y que no reciben ningún beneficio real de la misma. En definitiva, a los alumnos que la escuela no desarrolla.

Si partimos de la premisa de que los seres humanos somos naturalmente diferentes y diversos; nos impulsa la curiosidad; y no podemos dejar de ser creativos, entonces hoy más que nunca existe una contradicción entre la escolaridad actual y tales principios sobre los que se erige el desarrollo humano.[1]

El punto es que la educación no es un sistema mecánico, estático, o estandarizado. Es un sistema humano. Se trata siempre de personas que, o bien quieren aprender o no quieren aprender. Y que por lo tanto, hay condiciones en las que se desarrollan y condiciones en las que no lo hacen.

Es interesante observar que los sistemas educativos que actualmente están consiguiendo un alto rendimiento, reconocen como base, que la educación se trata de personas y por lo tanto individuales y diferentes, que tienen que ser seducidos por el sistema, animados en su curiosidad, su individualidad y su creatividad.

El desafío actual de la escuela sugiere entonces, que cada alumno debiera ser tratado teniendo en cuenta su diferenciación como ser humano. Sin perjuicio de que adquieran el conocimiento, el comportamiento y los valores básicos que deben ser compartidos por todos y que sean  incluidos dentro de una perspectiva global en pos de su integración colectiva.[2]

Por ello las escuelas deben otorgar a los estudiantes un sentido diferente de posibilidades, una gama más amplia de oportunidades, y la facultad de ser creativos e innovar en lo que hacen. Y al diseño de programas personalizados con planes de estudios amplios y diversos, debiera sumarse la necesariamente la tutoría como función específica del docente, acompañando a los alumnos. Y cuando sea necesario, creando las condiciones materiales, intelectuales, pedagógicas, para que el alumno trabaje en clase como ocasión de enriquecimiento, se superación de obstáculos y de búsqueda personal, y no simplemente como una sucesión de pruebas estandarizadas que debe seguir para graduarse. Es el adulto que tratará de comprender por qué el alumno no trabaja y que luego intentará crear las condiciones para que finalmente lo haga.

En definitiva, el éxito escolar hay evidentemente mucho de esfuerzo personal de los alumnos, pero también está la responsabilidad del educador, que debe inspirar confianza en el alumno para que éste se sienta capaz de aprender.

Y como sea, parece que el verdadero papel de liderazgo en la enseñanza, hoy más que nunca, es el control del clima de posibilidades. Que si es el adecuado, los alumnos lograrán objetivos que no previeron y aún, que no habían esperado lograr.

D.O.


[1] “La deserción escolar no comprende a los aburridos, apáticos, desinteresados ….” Publicado el 15/05/2013 por Daniel Olguin. http://danielolguin.com.ar/?p=3031
[2] La Nación. Domingo 10 de noviembre de 2013 Philippe Meirieu: «La escuela ya no se ve como una institución capaz de reencarnar el bien común» colectiva “… a la escuela uno no va simplemente a aprender, sino a aprender la importancia de aprender en equipo, de aprender con otros que no piensan como nosotros, que tienen otra cultura…”que
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La disciplina en una óptima relación de enseñanza-aprendizaje.

La palabra disciplina implica a menudo obediencia. Que es hacer lo que alguna autoridad nos dijo que hagamos conforme a una norma determinada. Por lo general, implica la acción coercitiva o forzada, o la participación de recompensas y castigos, para limitar o modificar un comportamiento.

Pero la verdadera raíz de la palabra disciplina es discípulo. Lo que significaba originalmente ser un seguidor gozoso. La verdadera disciplina no implica coacción, no hay recompensas externas o castigos, sino que el discípulo sigue con alegría el educador.

Pero además, en una óptima relación de enseñanza-aprendizaje el adulto es tan discipulo como lo es el niño. El adulto sigue al niño tanto como el niño sigue y responde al adulto. El adulto y el niño experimentan el mismo acto, pero desde un punto de vista totalmente diferente. Cada uno sigue al «modelo» y la conducta modelada es precisamente lo que el otro necesita «descubrir» y «aprender» en su desarrollo. Para el niño, el modelo puede ser alguna habilidad intelectual o física. Para el adulto el modelo puede ser la curiosidad, la espontaneidad, o la alegría. En concreto, cada discípulo, niño y adulto, es guiado hacia nuevas formas de trascender sus actuales limitaciones.

Asimismo también, el contacto con el estado inocente de un niño, crea un cambio profundo en el adulto. Observemos que el requisito previo para una óptima relación de enseñanza-aprendizaje es un vínculo afectivo profundo que se produce cuando en nuestra convivencia con los otros, no importa quienes o que sean, son reconocidos como legítimos (no se los niega ni se es indiferente a su existencia), y los niños llegan a nosotros con este tipo de reconocimiento en sus corazones.

Piensa bien y saldrá bien!

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La recuperación de la democracia en la Argentina.

FELICITACIONES A TODOS MIS CONCIUDADANOS!

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LEY DE RADIODIFUSIÓN. SU CONSTITUCIONALIDAD.

La ley 26.522, llamada de Radiodifusión, fue promulgada el 10 de octubre de 2009, sustituyendo a la Ley de radiodifusión  anterior de 1980, no era cumplida plenamente dado que se discutían cuatro de sus artículos: los artículos 41, 45, 48 y 161.[1]

El 29 de octubre de 2013, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, instancia a la que llegó la discusión de la aplicación de la ley, ratificó la constitucionalidad de la misma. Declarando, por lo tanto, la validez de la ley que regula el funcionamiento de los medios audiovisuales en nuestro país.

Entre los fundamentos del fallo se destaca el derecho a la libertad de expresión en su faz colectiva, que exige la protección activa por parte del Estado; la regulación de la multiplicidad de licencias, que es una facultad del Congreso, cuya conveniencia y oportunidad no es materia de análisis de los jueces sino del Congreso; la ausencia de prueba que manifieste una violación de la libertad de expresión derivada de la ley y, además, que si bien quien discute (CLARIN) es titular de licencias que están protegidas por la ley, está cubierta por una indemnización pecuniaria, por tanto, la ley puede ser aplicada.

Ahora bien, ahora se abre un nuevo debate. Esta vez sobre el fallo judicial que pone fin a la disputa en la justicia y está dado por dos principales posturas antagónicas.

La postura de los que por un lado, sostienen que la sentencia emitida por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, configura un grave retroceso para restablecer la plena vigencia de la libertad de expresión en la Argentina. Y en tal sentido sostienen que se cercena el libre desenvolvimiento de los medios audiovisuales, cuya gravitación es hoy decisiva en el ámbito de la información, y dicen que no es posible defender la libertad de expresión imponiendo restricciones a su desenvolvimiento.

Estos aceptan que que los significativos avances tecnológicos operados en los medios técnicos de comunicación social masiva, particularmente los audiovisuales que utilizan el espectro radioeléctrico, justifican un llamado de atención al Estado para que adopte una política legislativa sobre el particular. Pero sostienen que el Estado sólo debe prever las reglas técnicas aplicables en ese proceso velando para que no supere el marco de legalidad constitucional mediante un ejercicio abusivo o ilícito del derecho a informar. Y que sólo en esos casos se justifica la intervención estatal para restablecer el curso natural de la libertad. Es la solución que resulta de una interpretación de los artículos 14, 19, 28 y 42.[2] De la C.N.

La otra postura, la contraria, considera que la actitud del Estado debe ser activa, regulando tanto los aspectos técnicos de la comunicación audiovisual como también sus contenidos, en salvaguarda de los principios democráticos que presuponen el más amplio pluralismo en la libertad de expresión. A esta posición, se adhirió la ley de medios y esa adhesión fue aceptada por la mayoría del Tribunal (seis votos contra uno).

Ahora bien, considero que debemos reflexionar sobre este nuevo hecho de la vida en democracia, y tener en cuanta que tanto la libertad de expresión individual que comprende la potestad de todo individuo de expresar sus opiniones, ideas o reflexiones para satisfacer su necesidad de convivencia social, como la libertad de expresión social que alude a las expresiones que se relacionan con la estructura y funcionamiento de un sistema democrático, que brindan información a los grupos sociales de opinión o transmiten la que ellos difunden, merecen una rigurosa protección del Estado mediante la desarticulación de todo avance sobre ellas por parte de los particulares o el gobierno disponiendo restricciones a la libertad.

Y según el fallo, la defensa del pluralismo y la libertad de expresión se debe concretar mediante la intervención reguladora del Estado regulando el funcionamiento de los medios de prensa audiovisual.

Todo esto, sostienen los que abrazan la primera postura señalada, no se compadece con el dinamismo y progreso tecnológico que repercute sobre la comunicación y con la nueva etapa en la historia de la humanidad, que es la era de la comunicación social. Ella no admite fronteras ni está supeditada al poder de los Estados o de los grupos sociales, rechaza las ideologías y los preconceptos forjados por una visión estática de la vida social. Como sea, no se nos puede escapar la realidad de que en esta etapa de la difusión e información, cuyo exponente más nuevo es Internet, se procura desregularizar los medios de comunicación masiva excluyendo toda intromisión gubernamental destinada a determinar los contenidos y extensión de la libertad de pensar y expresar.

Esa realidad impone el desafío de vivir en libertad y asumir los riesgos que trae aparejados. Se verá con aplicación concreta de la ley si se mantiene o mejora esa libertad o en cambio si hemos perdido algo de ella.

D.O.


[1] ART. 41. Las autorizaciones y licencias de servicios de comunicación audiovisual son intransferibles. ART. 45. A fin de garantizar los principios de diversidad, pluralidad y respeto por lo local se establecen limitaciones a la concentración de licencias (incluidas las señales cables de TV). ART. 48. — Prácticas de concentración indebida… El régimen de multiplicidad de licencias previsto en esta ley no podrá alegarse como derecho adquirido frente a las normas generales que, en materia de desregulación, desmonopolización o defensa de la competencia, se establezcan por la presente o en el futuro. ART. 161. — Adecuación. Los titulares de licencias de los servicios y registros regulados por esta ley, que a la fecha de su sanción no reúnan o no cumplan los requisitos previstos por la misma, o las personas jurídicas que al momento de entrada en vigencia de esta ley fueran titulares de una cantidad mayor de licencias…, deberán ajustarse a las disposiciones de la presente…
[2] Artículo 14.- Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: de trabajar y ejercer toda industria lícita; de navegar y comerciar; de peticionar a las autoridades; de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino; de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa; de usar y disponer de su propiedad; de asociarse con fines útiles; de profesar libremente su culto; de enseñar y aprender.
Artículo 19.- Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.
Artículo 28.- Los principios, garantías y derechos reconocidos en los anteriores artículos, no podrán ser alterados por las leyes que reglamenten su ejercicio.
Artículo 42.- Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y digno. Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la educación para el consumo, a la defensa de la competencia contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales, al de la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la constitución de asociaciones de consumidores y de usuarios. La legislación establecerá procedimientos eficaces para la prevención y solución de conflictos, y los marcos regulatorios de los servicios públicos de competencia nacional, previendo la necesaria participación de las asociaciones de consumidores y usuarios y de las provincias interesadas, en los organismos de control.
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22 de Octubre, día Nacional del Derecho a la Identidad.

El derecho a la identidad es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano, y es necesario para poder beneficiarnos de los otros derechos fundamentales.

Desde el momento de su nacimiento, toda persona tiene derecho a obtener una identidad. La identidad incluye el nombre, el apellido, la fecha de nacimiento, el sexo y la nacionalidad. Y es la prueba de la existencia de una persona como parte de una sociedad, como individuo que forma parte de un todo; es lo que la caracteriza y la diferencia de las demás.

Todos los niños tienen derecho a poseer una identidad oficial, es decir, a tener un nombre, un apellido, una nacionalidad y a conocer la identidad de sus progenitores. La identidad facilita la integración de los niños en la sociedad. La inscripción en el Registro Civil y la concesión de la nacionalidad le proporcionará al recién nacido la capacidad jurídica. Es decir, será reconocido como miembro de la sociedad, por lo que tendrá una serie de derechos y obligaciones. Además, tendrá acceso a los diferentes servicios necesarios para desarrollarse y construir su vida y su porvenir, como la educación y la sanidad.

La identidad, en definitiva, les permite a los menores beneficiarse de la protección legal, al ser amparados por sus padres y el estado. La ausencia de reconocimiento de los menores tiene efectos colaterales terribles. Estarán condenados a vivir al margen de la sociedad, sin ninguna oportunidad para avanzar, integrarse o realizarse como personas al igual que el resto de los niños. Por lo general, viven en el seno de una sociedad pobre y marginada, lo que acentuará su exclusión, ya que no serán tratados como ciudadanos de pleno derecho. El resultado será que estos individuos no van a tener ningún vínculo con la comunidad que los rodea, por lo que desarrollarán un sentimiento de animadversión y sublevación para con la sociedad.

Por lo tanto, el derecho a la identidad tiene que ser reconocido como uno de los pilares de nuestra organización social. El interés particular de los involucrados como el familiar y el social así lo exigen; derivándose consecuentemente el deber de los poderes públicos en proteger dicho derecho.

Según la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el derecho a la identidad:  “Es un derecho humano que comprende derechos correlacionados: el derecho a un nombre  propio, a conocer la propia historia filial, al reconocimiento de la personalidad jurídica y a la nacionalidad. Como todos los derechos humanos, el derecho a la identidad se deriva de la  dignidad inherente al ser humano, razón por la cual le pertenece a todas las personas sin  discriminación, estando obligado el Estado a garantizarlo, mediante la ejecución de todos los medios de los que disponga para hacerlo efectivo”

A su vez, el artículo 7 de la Convención sobre los Derechos del Niño  indica que “el niño será inscrito inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la medida de los posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos”.  Por su parte, el artículo 8 manifiesta que “los Estados Partes se comprometen a respetar el derecho del niño a preservar su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares (…)”. Otros artículos, como el 30, ahondan en el derecho de identidad al señalar que “en los Estados en los que existan minorías étnicas, religiosas o lingüísticas o personas de origen indígena, no se negará a un niño que pertenezca a tales minorías o que sea indígena el derecho que le corresponde, en común con los demás miembros de su grupo, a tener su propia vida cultural, a profesar y practicar su propia religión, o a emplear su propio idioma”.

Podemos decir entonces que el derecho a la identidad comprende: el derecho a conocer los orígenes u obtener información sobre la identidad genética, y el derecho a obtener emplazamiento o estado filial concordante con dicha realidad biológica denominada identidad filiatoria.

Y que por ello, el derecho a la identidad se relaciona, a su vez, con el derecho a la verdad (derecho derecho implícitamente reconocido por nuestra Constitución Nacional en su articulo 33) que en este caso tiene que ver con el derecho que tenemos de  conocer nuestra realidad biológica, el derecho a conocer nuestro origen (identidad biológica) y que este sea concordante con nuestro estado filiatorio.

En la Argentina, desde el momento en el que nacen, los niños y las niñas necesitan forjarse una identidad. Para ello, el primer paso es inscribir el nacimiento en los registros públicos y de esa forma contar con un nombre y una nacionalidad. El registro civil universal es la base para que las personas accedan a todos los demás derechos.

En Argentina, la inscripción al momento del nacimiento en el registro civil está garantizada en forma gratuita para todos los niños y niñas. Y tomando en cuenta los nacimientos registrados y su anotación posterior en el registro civil, se puede estimar que el 90.7% de los niños y niñas recién nacidos son registrados, hecho que implica el paso previo para obtener un documento de identidad.

D.O.

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Dejemos de hacer suposiciones

No percibimos las cosas tal como son.

Sino que las percibimos tal como somos.

En general, tendemos a hacer suposiciones sobre todo. Y al hacerlo, creemos que lo que suponemos es cierto. Siempre que hacemos suposiciones, nos metemos en problemas con los demás, y hasta con nosotros mismos.

Podemos suponer que los demás saben lo que pensamos y que no es necesario que digamos lo que queremos. Damos por supuesto que harán lo que queremos porque nos conocen muy bien. Pero si no lo hacen, si no hacen lo que creemos que deberían hacer, nos sentimos heridos y pensamos: ¿Cómo ha podido hacer eso? Si debería haberlo sabido. Suponemos que la otra persona sabe lo que queremos. Creamos un drama completo porque hacemos esta suposición.

Si los demás nos dicen algo, hacemos suposiciones, y si no nos dicen nada, también las hacemos. Incluso si oímos algo y no lo entendemos, hacemos suposiciones sobre lo que significa, y después, creemos en ellas. Suponemos que todo el mundo ve la vida del mismo modo que nosotros. Suponemos que los demás piensan, sienten, y juzgan como nosotros lo hacemos.

Pero también hacemos suposiciones sobre nosotros mismos. Nos sobrestimamos, nos subestimamos o nos mentimos a nosotros mismos. Por ejemplo, suponemos que somos capaces de hacer algo, y después descubrimos que no lo somos.

La razón por la cual hacemos suposiciones, es que necesitamos justificarlo todo, explicarlo y comprenderlo todo para sentirnos seguros. No importa si la respuesta es correcta o no; por sí sola, bastará para que nos sintamos seguros. Y muchas veces no tenemos el valor de preguntar.

Siempre es mejor preguntar que hacer una suposición. La forma de evitar las suposiciones es preguntar y asegurarnos de que las cosas nos queden claras.

Puede que no recibamos la respuesta esperada, pero una vez que escuchemos la respuesta, sea cual fuere ésta, ya no tendremos que hacer suposiciones porque sabremos la verdad.

Por ello, si no entendemos algo, en lugar de hacer una suposición, es mejor que preguntemos y que seamos claros.

Cuando dejamos de hacer suposiciones, nos comunicamos con habilidad y claridad. Y si somos capaces de tener una comunicación efectiva, todos nuestros problemas comienzan a resolverse.

Extraído de  “LOS CUATRO ACUERDOS – Un libro de la Sabiduría Tolteca”. Por el Dr. Miquel Ruiz quien sostiene que si somos capaces de reconocer que nuestra vida está gobernada por “nuestros acuerdos”, y nuestra vida no nos gusta, necesitamos cambiar los “acuerdos”. Cuando finalmente estemos dispuestos a cambiarlos, habrá “cuatro acuerdos” muy poderosos que nos ayudarán a romper aquellos otros necesitamos cambiar. Los cuatro acuerdos son: Ser impecables con nuestras palabras. No tomarse nada personal. No dar nada por supuesto. Y hacer siempre lo mejor que podamos. Afirma que si bien se necesita una gran voluntad para adoptar los Cuatro Acuerdos, si eres capaz de empezar a vivir con ellos, nuestra vida se transformará de una manera asombrosa.
Hace miles de años los Toltecas eran conocidos en todo el sur de México como «mujeres y hombres de conocimiento». Los antropólogos han definido a los toltecas como una nación o una raza, pero de hecho, eran científicos y artistas que formaron una sociedad para estudiar y conservar el conocimiento espiritual y las prácticas de sus antepasados. Formaron una comunidad de maestros (naguales) y estudiantes en Teotihuacán, la ciudad de las pirámides en las afueras de Ciudad de México, conocida como el lugar en el que «el hombre se convierte en Dios».
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