Abogar éticamente.

El hacer de un abogado con preocupación ética, desde su asesoramiento legal, hasta la mejor representación judicial, debiera incluir la contribución, con soluciones adecuadas, integrales y definitivas, a la efectiva defensa de los intereses de las personas que solicitan sus servicios profesionales.

Ahora bien, estimo importante destacar que por efectiva defensa debiera entenderse a aquella actividad profesional que intenta facilitar la resolución de conflictos legales con el menor costo posible. Costo que no es sólo económico, sino que el costo de un conflicto legal incluye necesariamente otros valores a tomar en cuenta para que una solución legal pueda considerarse adecuada, integral y definitiva. En tal sentido, la efectiva defensa técnica legal debiera incluir entonces también, y sin duda, la preocupación del abogado por las consecuencias de sus acciones sobre el bien-estar de las personas que representan. Y hasta el de la totalidad de las personas involucradas en el conflicto.

Si nos despreocupamos o distanciamos de las consecuencias de las acciones que como abogados tomamos relacionadas con los involucrados en un conflicto legal, aunque digamos lo contrario, realmente no nos importan esos otros. Sólo cuando nos preocupan las consecuencias de nuestras acciones hacia los demás podemos decir que tenemos una preocupación ética. Y entonces podemos ocuparnos  por su bien-estar.

Es recién a partir de la reflexión ética sobre lo que hacemos en un caso legal y sobre las consecuencias de ese hacer sobre los involucrados, estaremos realmente “abogando” por una solución que comprenda en términos de justicia, la mejor, composición de intereses. Y que pueda considerarse adecuada, integral y definitiva.

Será fundamental entonces, que el abogado pueda crear un espacio emocional  además de técnico y racional, que comprenda la aceptación de unos con otros donde se desenvolverá la legalidad de las partes.

Si como abogados no contribuimos a acordar dicho espacio de convivencia, estableceremos un espacio en el que se impondrán en definitiva  los caprichos de uno sobre otros, sean técnicos legales o no, arribando entonces a supuestos acuerdos o a resoluciones judiciales, que serán acatadas u obedecidas por miedo o por las ventajas secretas o visibles que  les traen. Pero de ninguna forma serán definitivas y tendientes a procurar el bien-estar que las personas anhelan o anhelaban cuando requirieron los servicios de un abogado.

Piensa bien y saldrá bien!

D.O.

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Los niños necesitan moverse para pensar.

Recién salido del profesorado, una Mamá, vecina de mi barrio, preocupada por el desempeño escolar de su hijo de 10 años de edad, me pidió ayuda con los problemas que el niño tenía especialmente con matemáticas y lengua. Pero además me refirió que sus maestras se quejaban porque decían que no atendía ni se quedaba quieto en el aula durante las clases: Y le habían confirmado, que según el estándar del colegio, lo segundo estaba directamente relacionado con lo primero.

Lo había intentado todo, me dijo la madre. Junto a su esposo habían ido desde el apoyo, a la sanción y la penitencia al revoltoso. A la contratación de un docente del colegio para sumar horas de estudios en forma particular a su escolaridad habitual. El resultado: ni la tabla del dos podían hacerle aprender de memoria, por más de las horas en que el niño permanecía en el escritorio de su cuarto estudiándolas.

Gracias a sus padres, y a que esto sucedió a principios de la década del 80, este niño no fue medicado por lo que hoy conocemos como el síndrome de desatención o algo parecido. Actualmente es muy frecuente la medicación de niños inquietos y/o “voladores” o “en babia” como éste. Quien se haya parado frente a chicos en un aula últimamente, pudo observar seguramente a niños que más que tranquilos y muy lejos de estar atentos, se encuentran en un verdadero limbo. Y que estos chicos son precisamente los que están en “tratamiento” por su desatención o hiperactividad en clase.

Entonces, desesperado por poner en práctica mis cuatro años de profesorado acepté hacer de “maestro particular” del hijo de mi vecina. Y el día de la primera clase en su domicilio, mi nuevo alumno me recibió en el patio de su casa con una pelota de futbol bajo el brazo. Razón por la cual se me ocurrió que para ir conociéndonos prefería jugar unos momentos con él, pateándole penales en un arco improvisado en el garaje de su casa.

Entonces le fui preguntando primero sobe él, su familia, sobre las cosas que le gustaba hacer. Luego sobre que le parecía difícil de sus materias, que le parecía más fácil, que le gustaba y que no del colegio. Y de repente nos encontramos practicando las tablas de multiplicación.

“3 x 2”, decía yo. Y él chico respondía el resultado, para que yo pudiera patearle intentando anotar un gol. Si no acertaba en la ecuación, yo no le pateaba. Y si acertaba pero yo no convertía un gol, no cambiábamos de rol. Él no pasaba a patear y yo a hacer de arquero. El juego se detenía con cada pregunta, y sólo  se reanudaba si el movedizo alumno contestaba sin error al interrogante. Así, al terminar la hora casi no existía ya solución de discontinuidad entre pregunta y respuesta. Y el juego se hizo dinámico. O sea casi no había errores en el niño al contestar sobre las ecuaciones matemáticas.

Ya en la segunda clase, guardé mis cuadernos y libros de texto, y las clases o “desafíos de penales a domicilio” fueron la metodología elegida por ambos y se sucedieron durante días, y también se sucedieron en los temas que tratábamos.

En poco tiempo fuimos notando que el niño fue superando los problemas no sólo con las materias,  sino con su atención y hasta su compromiso con distintas tareas. En su casa y en la escuela.

Por ello, con su Mamá visitamos a los educadores del niño y les contamos la experiencia, y logramos que se tuviera en cuenta en todo lo posible – eran los ochenta y la rigidez en clase era muy mayor que ahora-  que se le permitiera ejercer movimientos corporales mientras trabajaba.

El ex niño estudiante, “arquero/pateador de penales” es hoy un exitoso y fundamentalmente FELIZ profesional de la educación física, que no ha tenido mayores problemas para culminar sus estudios primarios, secundarios, y terciarios. Y no sabíamos, los padres del niño y yo, en aquellos tiempos,  aunque lo intuíamos, que el movimiento fue una herramienta que se debía integrar al entorno educativo y de gran ayuda para el proceso de aprendizaje. Pero nunca una distracción de ella.

Actualmente, mi trabajo en clase me permitió observar que el movimiento y la actividad física son imprescindibles para el desarrollo del cerebro, el rendimiento académico y la autorregulación. Y los niños de hoy necesitan aún más movimiento físico y más a menudo, para una mejor función cerebral.

Pero además, hoy son múltiples las Investigaciones especializados que defienden al movimiento como una forma de apoyar los estados emocionales del niño en situación de aprender. Y que han demostrado que el movimiento corporal afecta directamente a la química del cerebro.

Ya no hay dudas de que cuando cambiamos nuestro movimiento a través del estado físico o relajación, por ejemplo, podemos cambiar nuestro estado emocional. El movimiento apoya la cognición en general, la función cardiovascular, el metabolismo y la regulación bioquímica en el cuerpo. Y los estudios realizados sobre niños en edad escolar, demostraron que mientras más es la actividad física cada día, con el tiempo, mayor es atención, la resolución de problemas y la toma de decisiones.

Entonces, hechos concretos como permitir más movimiento en el aula durante las clases, como los cambios de posición en los pupitres o ponerse de pie, o caminar, mientras los niños hablan y escuchan, impulsan la función cerebral y el rendimiento académico en el ámbito educativo. Sin embargo nuestro sistema educativo aún se empeña en  enseñar a los niños a sentarse y además les decimos que lo hagan  “como si fueran adultos”.

Pero incluso los adultos no podemos quedarnos quietos todo el tiempo.

Por ejemplo, ahora mismo, es probable para escribir este texto esté sentado relativamente quieto, pero en forma generalmente inconsciente, incurra en distintos movimientos mientras escribo y proceso la información que deseo expresar. Es posible que cruce las piernas,  rebote insistentemente mi pie  contra el piso, mueva mi cabeza a un lado o al otro,  juguetear con mi teclado, chequee reiteradamente m i celular por sui ingresó algún mensaje, o tal vez cambie de posición, pase mi peso de un lado al otro en mi silla, o me incline hacia atrás en la misma.

¡Me muevo! seguramente en forma más sutil que un niño o un adolescente, pero me muevo al fin. Y lo hago porque sin darme cuenta, y según las investigaciones más modernas,  cuanto más a menudo me permito hacerlo, mejor serán mi salud cardiovascular, mi metabolismo y  mi cognición. Y es que los seres humanos estamos neurológicamente y físicamente diseñados para movernos a medida que aprendemos y pensamos, y si no podemos movernos, el cerebro da prioridad a la atención de lo que nuestro cuerpo necesita, sobre el aprendizaje y el procesamiento de la nueva información.

El cerebro necesita el movimiento de la misma manera que necesita alimentos, y la ciencia confirma que el movimiento frecuente o la actividad física afecta el metabolismo, los niveles de azúcar en la sangre, la función cerebral y la función cardiovascular. No hay duda de que hay que  poner más énfasis en como insertar movimientos al tiempo en que los niños se encuentran aprendiendo.

Pero además, si observamos mientras hablamos por teléfono, los humanos generalmente nos movemos, paseamos, caminamos, o simplemente garabateamos o dibujamos algo mientras escuchamos y hablamos. Y hay una razón neurológica para eso y que tiene mucho que ver con la convergencia de dos nervios en el cerebro. El nervio que transmite información de movimiento y el nervio que transmite la información de sonido en el cerebro se unen para formar el octavo nervio craneal, que se llama el nervio vestíbulo coclear.  Y cuando se estimula cualquiera de estos dos nervios, estimula también al otro. Por ello nos movemos cuando escuchamos música. Es así que en el aula cuando los niños escuchan una instrucción, generalmente comienzan a moverse. Y eso no es sólo porque los niños son niños, sino que esa es la manera en la que nuestros cerebros están construidos.

Si somos serios acerca de ayudar a los niños a lograr el éxito académico, tenemos que tomar decisiones conscientes acerca de la incorporación de un movimiento más cotidiano en el hogar y el entorno de aprendizaje.

Debemos estar atentos entonces, tanto en los que hacemos con los niños en nuestras actividades en casa, ingresando movimiento a las de por sí pasivas “actividades” tecnológicas. Como así también a como se incorpora el movimiento en sus horas de clase en el colegio. Mantener a los niños sentados en la mayor parte del día les niega las mejor posibilidades de desarrollo en todo sentido.

Paradójicamente, la mayoría de los padres queremos ver a nuestros hijos a ser físicamente activos. Pero creemos que la adición de más actividad física al día educacional es un conflicto con las tareas «más productivas», como la enseñanza obligatoria en el currículo de matemáticas, ciencias y lenguaje. Pero en realidad el movimiento corporal es una herramienta que se integra en el entorno educativo y de gran ayuda para el proceso de aprendizaje, no una distracción de ella.

Piensa bien y saldrá bien!

D.O.

Fuente: “Move to Think: Why kids need more movement for brain function & what we can do about it.” http://www.yogapeutics.com/
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«En tiempos de elección, no hay mayor pecado que la pasividad»*

“Los confines más oscuros del infierno están reservados para aquellos que eligen mantenerse neutrales en tiempos de crisis moral”. La Divina Comedia. Dante Alighieri.

Si bien el adjetivo “neutral” se aplica habitualmente a la persona que no participa de ninguna de las opciones en conflicto. La clase de neutralidad a la que se refiere Alighieri, y que considero aplicable nuestra actual crisis moral, además de política, es aquella que implica la conveniencia personal como fuente o base para omitir el deber de elegir actuar cuando es imperioso y hasta imposible dejar de hacerlo.

De ésta forma considero que somos “neutrales” cuando en momentos de crisis y de peligro, en vez de proceder de acuerdo a lo que se espera o exige de nosotros tal y como hacemos nuestra vida en sociedad, optamos, por la inacción, por la pasividad. Pero no cualquier pasividad. No sólo aquella que pudiera significar en principio, pusilanimidad o hasta cobardía. Sino la pasividad que en realidad es sólo aparente, ya que lleva implícita una conducta activa. La de traicionar en pos de nuestra conveniencia.

Las crisis morales son, precisa y fundamentalmente, los tiempos en que no debiéramos ser «neutrales» o pasivos. Sino que debiéramos actuar, activarnos, y muchas son las formas por las que podemos optar hacerlo. Y es por ello que creo que ante una nueva crisis moral en nuestro país, y más allá de cuál o qué posición en conflicto apoyar, cabe preguntarnos en primer lugar, en qué medida, podemos estar incurriendo en una forma de inexcusable “neutralidad” o pasividad, que para el caso sería lo mismo. Porque ser “neutral” o pasivo se ha convertido en una conducta habitual por medio de la cual siempre respondemos de la misma forma, pasivamente.

Así, somos pasivos por ejemplo, cuando solo nos abrumamos y despotricamos por lo que sucede. Cuando sólo manifestamos nuestro enojo. Y en definitiva, cuando sólo esperamos el desenlace de la crisis sin dejar de calcular la conveniencia personal del resultado. Pero en realidad estamos haciendo nada al respecto.

Y también lo somos por ejemplo, cuando nos negamos obstinadamente a reflexionar y en su caso cambiar ante el posible error de una supuesta parcialidad inicial a posturas que se demuestran ahora, por lo menos obsoletas cuando no perjuciciales a nosotros mismos y a todos. Cuando profundizamos ciegamente aquella postura que supuestamente habíamos elegido en el intento de ocultar que también nos favorecía y favorece aún económicamente. Aunque vociferemos que las abrazamos porque defendemos derechos postergados. Derechos que por supuesto no nos son propios ni cercanos. Y aunque para sostener nuestra posición siquiera nos ruboricemos cuando negamos tales derechos o impidimos su ejercicio a aquellos grupos de de personas que sostienen posturas diferentes. Y que muy frecuentemente incluyen a aquellos conciudadanos que fueron siempre y siguen postergados.

Debemos tener cuidado; estar atentos, y analizar bien nuestra pasividad o supuesta pasividad ante la crisis, porque no sólo podemos ser merecedores de los obscuros confines del infierno al decir de Dante, sino que también, y parafraseando a Martin Luther King, la historia Argentina registrará como la mayor tragedia de este período de nueva crisis moral, al hecho de que el inconcebible silencio de los buenos se impuso nuevamente sobre el estridente clamor de los malos. O lo que es peor. Que al silencio de los buenos se sumó nuevamente el murmullo irresponsable y acomodaticio de quienes decimos hacer y no hacemos nada, nunca. Inclinando y definiendo nuevamente la balanza en favor de los pocos malos que siempre gritan.

Pero además podemos perder la oportunidad que la grave crisis por la que transitamos nos otorga para que desde una vez y por todas, comencemos a actuar como personas y como argentinos verdaderamente democráticos. Lo que no se logra siendo “neutrales” o pasivos sino eligiendo actuar desde el lugar que nos toca como ciudadanos, cualquiera sea éste, intentando corregir el abuso, la opresión, y la corrupción. Y para que lo que guíe nuestra convivencia social, no sean la sospecha, el miedo o las ansias autoritarias de nadie.

¡Piensa bien y saldrá bien!

D.O.

*Dan Brown. «Inferno».

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Aprovecha el día… Disfruta el pánico que provoca tener la vida por delante…

CARPE DIEM.

Aprovecha el día.

No dejes que termine sin haber crecido un poco, sin haber sido un poco más feliz, sin haber alimentado tus sueños.

No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie, te quite el derecho de expresarte que es casi un deber.

No abandones tus ansias de hacer de tu vida, algo extraordinario…

No dejes de creer que las palabras, la risa y la poesía, sí pueden cambiar el mundo…

Somos seres humanos, llenos de pasión. La vida es desierto y es también oasis. Nos derriba, nos lastima, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia…

Pero no dejes nunca de soñar, porque solo a través de sus sueños, puede ser libre el hombre.

No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes… No traiciones tus creencias. Todos necesitamos aceptación, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. Eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta el pánico que provoca tener la vida por delante…

Vívela intensamente, sin mediocridades.

Piensa que en ti está el futuro y en enfrentar tu tarea con orgullo, impulso y sin miedo.

Aprende de quienes pueden enseñarte… No permitas que la vida te pase por encima sin que la vivas..»

WALT WHITMAN

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«Ustedes tienen los pinceles y los colores, pinten el paraíso y entren en él”. Nikos Kazantzakis.

“He aquí la dicha verdadera: no tener ambición alguna y trabajar, como acosado por todas las ambiciones. Vivir sin necesidad de las personas y quererlas. Estar en Navidad y tras haber comido y bebido a gusto, irse a salvo de todas las acechanzas, y advertir, de pronto, que en el corazón la vida ha realizado un milagro: el de convertirse en un cuento de hadas.”

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¡Felicidades!

Navidad es nacimiento. Y si bien cada año nos refiere el nacimiento de Jesús, también invoca el renacimiento de cada uno de nosotros. Porque es a través de nosotros que la Navidad se manifiesta. La Navidad eres tú, soy yo, somos todos los que llevamos a la práctica nuestros pensamientos positivos y mantenemos una férrea disposición para una convivencia más ética.

Ética, como consciencia de las consecuencias que nuestras acciones tienen en la vida de otros seres humanos. Seres humanos que comienzan a importarnos cuando los miramos dándoles presencia.  Cuando somos capaces de aceptarlos como legítimos otros para convivir.

Es decir, con amor.

¡Feliz Navidad!

¡Piensa bien y saldrá bien!

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Hacer de padre es también estar consciente.

Para un ser consciente, el existir consiste en cambiar, en madurar, en crearse indefinisdamente a sí mismo. Henri Bergson

Llegar a hacer de padre “bisagra” –como denomino a los padres que queremos impedir la transmisión de nuestras conductas inadecuadas a nuestros hijos- está relacionado con observar si en nuestros hijos existen muestras de lo que son nuestros propios comportamientos negativos originales que aprendimos de nuestros padres, y tratar de cambiarlos.

En principio, los padres con vocación “bisagra” debemos reconocer que hemos sido creados a través del comportamiento de nuestros padres. Que hemos sido programados para responder inconsciente y automáticamente según esos comportamientos. Y que la programación aunque sucedió cuando niños y mientras era totalmente inconsciente para nosotros, todavía expresa esos comportamientos.

Si los ahora padres, cuando fueron niños crecieron en una familia donde sus padres eran plenamente conscientes de que estaban programados para vivir su vida en felicidad, en armonía, en colaboración, en el amor, y ese fue el entorno en el que crecimos, entonces en su mente subconsciente tendrían programas de ese tipo. Así que cuando crecieron, podrían soñar despiertos toda la vida y sin embargo encontrarse haciendo todo lo que les conviene su nuestro bien-estar. ¿Porque? Debido al procesamiento automático de su mente subconsciente, el noventa y cinco por ciento del tiempo estarían utilizando buenos programas, incluso si no están prestando atención.

Pero si los ahora padres, crecimos en entornos diferentes, y deseamos ser “bisagra” en la trasmisión de conductas inadecuadas a nuestros hijos, debemos hacer algo con nuestra programación. Porque si no lo hacemos, esos comportamientos se extenderán y hasta se “perfeccionaran” en su negatividad en nuestros hijos.

Ahora bien, ¿es útil preguntarnos cuáles son los programas en mi subconsciente? ¿Puedo pensar en la programación en mi subconsciente? Por desgracia, no, porque el pensamiento es consciente. La mente consciente ni siquiera estaba allí cuando se estaban descargando los programas.

No se discute ya que la programación del subconsciente de un niño se produce principalmente durante los primeros seis años de su vida. De hecho, ahora reconocemos que la mitad de la personalidad del niño se desarrolló probablemente incluso antes de nacer, a través de la información que llega a través de la placenta, incluyendo, químicos emocionales y factores de crecimiento de la madre.

Tenemos entonces estos programas subconscientes y realmente no podemos acceder a ellos. Sin embargo, aquí está la parte positiva: no tenemos que ir hacia atrás y regresar a nuestra infancia o nuestra gestación para trabajar con nuestra programación subconsciente.

El noventa y cinco por ciento de nuestra vida es una copia impresa de nuestro subconsciente. Por lo tanto, todo lo que tenemos que hacer es observar que hacemos a nuestra vida actual, porqué lo hacemos, ver qué funciona. Y entender que lo que hacemos y como lo hacemos es a causa de creencias programadas en nuestro subconsciente que les animan, las ponen en movimiento.

Si deseamos corregir la programación en nuestra vida, tenemos que mirar y ver las cosas con las que estamos luchando sin solucionar o sin permitirnos convivir con ello. Y dsitngamos lo que es «luchar contra algo» de «trabajar en algo».  Trabajar tiene que ver con divertirnos mientras trabajamos, ver el mejor lado de ese trabajo. Mientras que luchar significa sufrir, presionarse; lo que nos lleva a agotarnos y estresarnos.  Luchar contra algo de esa forma, implica casi inevitablemente tener un programa que dice que no podemos con ese algo.

Entonces tenemos que volver sólo un poco atrás y cambiar ese programa específico. Y todo comienza volviéndonos totalmente conscientes de lo que está sucediendo. Cuando nos hacemos la pregunta: ¿Qué estoy haciendo y porque hago lo que hago? Que siempre es una pregunta que si queremos, siempre tendrá respuesta.

Observar como actuamos en determinada  situación, ser conscientes de ello. Construir el hábito de visualizarnos trabajando de esta forma, permite arribar al cambio de la conducta puntual que deseamos variar. Agregando así a una nueva forma de responder a las que ya tenemos programadas. Las corremos y nos decimos, ¡ya no la utilizaré en situaciones como ésta! El trabajo constante en ello generà el hàbito que a su vez genera el programa que deseamos.

Si modificamos esos comportamientos inadecuados, y mantenemos los demás buenos que tenemos, podemos convertirnos en padres consciente de nuestros buenos comportamientos y conductas. Y podemos a sum vez, tener grandes posibilidades de gestar, crear y criar hijos con un noventa y cinco por ciento de la mejor programación posible para vivir en este mundo.

Piensa bien y saldrá bien!

DO.

Fuente: https://biologyofbelief.wordpress.com/. Publicado el 29 de noviembre 2014
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EL DON NATURAL DE ELEGIR COMO RESPONDER.

“Entre estímulo y respuesta hay un espacio. En ese espacio reside nuestra libertad y nuestra facultad para elegir la respuesta. En estas elecciones residen nuestro crecimiento y nuestra felicidad.” Stephen Covey.[i]

«Jodido pero contento»[ii]

Gregorio o “ Don Goyo” como le decían sus amigos y familiares, siempre estaba de buen humor y siempre tenía algo positivo que decir. Aún pasando por lo que para cualquiera sería una gran dificultad, siempre se refería a su estado de ánimo como “jodido pero contento”. Y además era un motivador natural. Si algún amigo o familiar tenía un mal día, Don Goyo estaba ahí para ayudarle a ver el lado positivo de la situación… Siempre había para él un lado positivo de las cosas.

Una vez le pregunté como hacía para ser una persona positiva todo el tiempo. Y Don Goyo me respondió que, “Cada mañana me despierto y me digo a mi mismo: “Goyito, tienes dos opciones hoy: puedes escoger estar de buen o de mal humor. Y por supuesto escojo estar de buen humor. Cada vez que sucede algo malo, puedes elijo entre ser una víctima o aprender de ello. Siempre elijo aprender de ello. En todo caso elijo estar «jodido pero contento». Y cada vez que alguien se me acerca para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el lado positivo de la vida. Y entonces elijo señalarle el lado positivo de la vida.”

“Si, claro, pero no es tan fácil”, le dije. Y Don Goyo respondió sin alterar su tono de voz y muy seguro -en realidad nunca alteraba su tono de voz o mostraba inseguridad- “Sí, lo es”. Y agrego: “Todo en la vida es acerca de elecciones. Si observas bien cada situación, ésta se reduce a una elección que debes hacer. Tú eliges cómo reaccionas ante cada situación, tú eliges cómo la gente afectará tu estado de ánimo. Tú eliges estar de buen o de mal humor. En resumen, tu eliges como vivir tu vida.” Y terminó diciendo: “sólo tu puedes hacerlo, no esperes que nadie mas lo haga por ti. La elección es tuya”

Una vez en su trabajo de albañil Don Goyo tuvo un accidente. Por un descuido cayó desde una gran altura y quedó tendido en el piso con graves heridas y sin poder moverse. Rápidamente fue llevado de emergencia a un hospital y después de unas horas de atención y varios días de cuidados, felizmente fue dado de alta.

Recuerdo que estuve esperando que Don Goyo estuviera recuperado para ir a charlar con él. Al verme, sin dejarme decir palabra alguna y seguramente buscando tranquilizarme, me dijo: «¡Aquí estoy … Jodido pero contento!”. Y seguidamente no pude esperar más para preguntarle lo que había pasado por su mente en tal malos momentos por los que le tocó pasar.

Y Don Goyo, sin sobresaltarse, y sin dudar sobre lo que iba a decir -como siempre-, me dijo lo que yo ya me imaginaba:  “Cuando estaba tirado en el piso, recordé que tenía dos opciones. Podía elegir vivir o podía elegir morir. Y elegí vivir. A pesar de estar jodido elegí estar contento”

“¿Pero…no sentiste miedo?”, lo interrumpí. Y Don Goyo continuó, «Los médicos estuvieron muy bien, en la ambulancia no dejaban de decirme que iba a estar bien. Pero pude notar las expresiones en sus caras, y realmente me asusté un poco. Pude leer en sus ojos que me consideraban casi muerto. Y entonces supe que debía tomar una decisión”.

“¿Cuál? ¿Qué hiciste?”, volví a interrumpir, insistente. «Bueno”, me contestó, “cuando uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo, hice el esfuerzo para bromear: «Sí, a las alturas». Y mientras reían, les dije lo mas claro y decididamente posible:  estoy eligiendo vivir, aún estoy vivo, ¡por favor trátenme como tal! «.

Don Goyo, vivió por la maestría de los médicos, pero sobre todo por su asombrosa capacidad de elegir aquello que le convenía. Y el hecho de que Don Goyo fuera un albañil toda su vida, que no haya terminado la escuela primaria, y que hay tenido que trabajar en el campo desde los 6 años de edad para ayudar a mantener a sus nueve hermanos; no le impidió comprender y utilizar esta maravilloso don natural que todos poseemos por el hecho de Ser Humanos.

Daniel Olguin.


Ilustación y textos de Tabaré Gómez Laborde, conocido artísticamente como Tabaré. Dibujante autodidacta, humorista y caricaturista,autor de historietas, dibujos animados e ilustración de libros, y conocido especialmente en Latinoamérica por su tira «Diógenes y el linyera», publicada ininterrumpidamente desde 1977 en el diario Clarín de Buenos Aires. Su tira cómica Diógenes y el linyera lleva más de 9.000 ediciones en la contratapa del diario Clarín (Buenos Aires), Las aventuras de un linyera y su perro (Diógenes), con breves diálogos que siempre muestran una sátira de la realidad social y política desde la óptica de dos vagabundos urbanos.
[i] Stephen R. Covey Nació el 24 de octubre de 1932 en Salt Lake City (Utah, Estados Unidos). Stephen Covey además es padre y abuelo, tiene nueve hijos y cuenta con cincuenta y dos nietos; recibió el premio de Paternidad del «National Fatherhood Initiative», (Iniciativa nacional de paternidad) en el año 2003. Covey es el fundador de «FranklinCovey Company», una compañía que ofrece sus servicios profesionales a nivel mundial y cuya especialidad consiste en vender cursos y seminarios de formación para la gestión de negocio, herramientas para aumentar la productividad, así como también la Gestión del Tiempo, tanto para individuos como para organizaciones. Prácticamente ha dedicado gran parte de su vida a la enseñanza y practica de los preceptos que detalla en sus libros, de como vivir y liderar organizaciones y familias basándose (centrándose) en principios los cuales él sostiene, son universales y como tales son principios aceptados por las grandes religiones y sistemas éticos del mundo.
[ii] En Argentina, “jodido” significa: algo difícil, complicado.
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A mis ex alumnos.

Uno de mis Maestros, el Dr. Humberto Maturana, dice: “Una planificación es el diseño de los pasos a seguir para asegurarse de que un cierto proceso sea efectivo en la generación de un resultado deseado. Sin embargo las planificaciones nunca resultan si uno se apega a ellas. Y esto es así porque el acto mismo de intentar asegurar el suceder de una planificación ocurre en un ámbito diferente, más amplio que aquel en que ésta se propuso, lo que inevitablemente altera su dirección, llevándolo a un resultado diferente del deseado.” Y afirma también: “La salida está en la inteligencia, en la plasticidad conductual frente a un mundo cambiante, en la disposición a soltar la creencia de que la eficiencia y efectividad de la realización de una tarea o proceso dependen del apego a lo planeado”.

Me gusta recordar el pensamiento del Maestro porque así fue que me relacioné con estos jóvenes que hoy egresan de su escolaridad secundaria, y que fueron mis alumnos. Al despojarme de mis expectativas sobre lo que ellos tenían que cumplir o llegar a ser, pude escuchar y reflexionar libremente sobre lo que lo que a ellos se les ocurría expresar. Y fue muy agradable.

Y como estos graduados de hoy están seguramente cansados de mis palabras. En gran medida porque seguramente no he superado sus propias expectativas sobre mí. Elijo dirigirme en primer lugar a quienes todavía no cansé o aburrí tanto, como a sus padres, y en general a sus adultos.

Cuando uno se tiene que expresar en ocasiones como ésta, para despedir a un grupo que egresa de la escuela media, se espera (se tiene la expectativa) que se haga una necesaria referencia al futuro de los graduados. Futuro que a los adultos responsables de éstos jóvenes nos lleva, no en pocas ocasiones, a quitar el sueño y hasta angustiar bastante. También debido en gran parte a las expectativas que tenemos sobre ellos y su futuro.

Bueno cumpliré en parte tal expectativa, y les diré que soy de los que cree que el futuro, tanto el de éstos chicos como el nuestro, es aquello que nosotros pensamos que puede ocurrir. Pero no sabemos si realmente ocurrirá. Por ello prefiero pensar que hablar del futuro de estos chicos es hablar de su presente. De cómo están y sobre que hacen, hoy en el presente.

Convivír con estos jóvenes graduados de hoy -a los que considero parte de la generación más brillante y con más talentos que ha vivido en nuestro planeta, porque tienen más conocimientos, y más recursos, que cualquier otra generación, siendo dramáticamente palpable la capacidad que tienen de hacer casi cualquier cosa que se les ocurra. me permitió gestar el convencimiento de que su futuro es el presente que viven- me permitió observar que ya hoy enfrentan suficientes desafíos sin necesidad de pensar en el mañana, y que cada día, toman decisiones que los comprometen, que les generan interés, y en ocasiones hasta mucha más angustia que conocer que harán el año entrante por ejemplo con sus estudios terciarios.

Pero con nosotros, sus padres, ocurre lo mismo. Las preocupaciones de la mayoría de los padres son apremiantes hoy mismo. Por ejemplo cuando nos preguntamos sobre qué decisiones tomará nuestro hijo al salir hoy por la puerta y lo perdamos de vista.

No obstante, nos preocupa la ilusión del futuro y seguramente no podemos dejar de preguntarnos, qué tipo de mundo les espera y cual será el rol de nuestros hijos en ese mundo. Teniendo en cuenta que no es necesario ser un visionario para prever que ese mundo será una aventura sin igual a otra anterior, y especialmente distinta a la que hemos vivido nosotros, los adultos.

Un mundo actual en el que el conocimiento de datos por sí mismos, aunque imprescindible, ya no marca la diferencia entre las personas que consiguen tener éxito y las que no. Y en el que los ejemplos determinan que el éxito hoy no sólo tiene que ver con profundos conocimientos adquiridos por medio de la mejor educación formal, sino que mucho del éxito actual esta relacionado con la personalidad adecuada. Con la capacidad creativa, con la capacidad de análisis, con el talento para anticiparse y adaptarse a lo cambios, y fundamentalmente con una notable capacidad para relacionarse con los demás.

Por ello, sugiero que nos olvidemos del futuro por un momento y observemos lo que sucede en el presente.

Estoy convencido de que cada uno de estos graduados, deja el colegio secundario con una base de conocimientos en su memoria, y con una muestra de las competencias y cualidades en su personalidad, que son necesarias para poder superar los desafíos que se les planteen, en éste o cualquier mundo. Y estoy convencido de ello porque ya utilizan esos recursos hoy!

Estos jóvenes graduados están tomando ya hoy, todos los días, decisiones acertadas. Cada uno, en su medida, y según su individualidad, ya es capaz hoy de tomar decisiones relacionadas con los aspectos básicos de su vida. Ellos, además de utilizar conocimientos, son capaces de percibir que valen la pena, son capaces de hablar con confianza de sus necesidades, de relacioanarse con los demás, y son absolutamente capaces de albergar sueños y de desearlos apasionadamente.

Y ello es para mí un serio indicio de que estamos en presencia de un grupo de jóvenes, que si lo desean apasionadamente, serán sin duda parte de los adultos exitosos del siglo 21.

Ahora, finalmente, deseo dirigirme a mis ya ex alumnos y hacerles un par de sugerencias, y un recordatorio.

Les sugiero que aquello que sueñen y deseen hacer, siempre lo intenten realizar. Que lo intenten, intenten y vuelvan a intentarlo si es necesario; porque los éxitos guardan una proporción directa con la perseverancia. Y porque además, en tanto se intenta, siempre se aprende algo de ejercitar la fuerza de voluntad.

Les sugiero también, que mientras tanto intentan, no renuncien ni por un instante a su bien-estar o felicidad.  Y tengan especialmente en cuenta que el vivir una buena visda no tiene mucho ver con que todo lo que realicen o emprendan les salga bien. Sino que estará directamente relacionado con que logren vivir en armonía con las circunstancias de la vida; con todo aquello que les toque vivir. Como me recuerda siempre una tía mía, “Vivir la vida no es sobrevivir a una tempestad, sino saber cómo BAILAR BAJO LA LLUVIA”

Y por último les recuerdo que no olviden llevar consigo el marcador indeleble del que siempre les hablé en nuestras charlas, y fundamenetalmente no olvidar como se utiliza y porqué.

Los dejo deseándoles desde mi corazón todo lo mejor. Y que bailen bajo la lluvia por siempre!

Los quiero mucho y fundamentalmente creo en cada uno de ustedes.

Daniel Olguin.

Diciembre de 2014.

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Haz click aquí!: Dalí y Disney Juntos!

Veremos a dos artistas trabajando juntos para crear algo mas grande que ellos mismos en particular.

Para que haya colaboración, tiene que haber mutuo respeto, sin competencia. Un hacer juntos en la esencia de querer estar ahí en una relación de confianza mutua.

El objetivo de producción comenzó en 1945, 58 años antes de su finalización y fue una colaboración entre Walt Disney y el pintor surrealista español Salvador Dalí.

La obra del pintor Salvador Dalí era preparar una secuencia de seis minutos que combina animación con bailarines en vivo y efectos especiales para una película con el mismo formato de «Fantasía», el éxito de Disney.

Las escenas mezclan una serie de pinturas surrealistas de Dalí y la metamorfosis con el baile de los personajes de Disney.

El video cuenta la historia de Chronos, la personificación del tiempo y la imposibilidad de realizar su deseo de amar a un mortal.

Dalí trabaja con los personajes de Disney que luchan contra el tiempo, el reloj de sol gigante que emerge de la gran cara de piedra de Júpiter y que determina el destino de todas las novelas humanas.

La trama del video fue descrito por Dalí como «Una pantalla mágica del problema de la vida en el laberinto del tiempo.»

A su vez, Walt Disney dijo que era «una simple historia sobre una joven en busca del amor verdadero.»

Peinsa bien y Saldrá bien!

D.O.

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