La inteligencia: momentos de adaptación al entorno en forma de comportamiento inteligente.

Según Ken Robinson, podemos saber tres cosas sobre la inteligencia.

Primero, que es diversa. Pensamos sobre el mundo de todas las maneras en que lo experimentamos. Visualmente, en sonidos, kinestésicamente, en términos abstractos, y en movimiento. Segundo, que la inteligencia es dinámica. Si observamos las interacciones del cerebro humano,  la inteligencia es maravillosamente interactiva. El cerebro no está dividido en compartimientos. De hecho, la creatividad, que define como el proceso de tener ideas originales que tengan valor, casi siempre ocurre a través de la interacción de cómo ven las cosas diferentes disciplinas. Tercero, que la inteligencia es que es distintiva, o sea que se expresa de una manera única en cada uno de nosotros.

Pero, además, la inteligencia se evidencia en la capacidad de modificar la propia conducta de adaptación a un mundo que a su vez es cada día más cambiante.

Todo lo que podemos observar en reacción con la inteligencia, son momentos de adaptación al entorno en forma de comportamiento inteligente. Así decimos que un animal es inteligente cuando lo vemos moverse en relación con su medio con conductas plásticas adaptativas, transformando una conducta de manera adecuada.

Cualquier intento de medir la inteligencia humana dependerá necesariamente de la cultura en que tiene lugar, porque la cultura define el contexto en que éste se realiza como ser inteligente, participando de adaptaciones especificados culturalmente. Por tanto, cualquier procedimiento diseñado para medir la inteligencia en un ser humano resultará sólo en una estimación de la frecuencia comportamiento inteligente del sujeto en un dominio cultural particular.

Asimismo, no sería legítimo considerar la inteligencia como un fenómeno biológico de simple determinación genética o ambiental por cuanto la estructura del organismo en general, y de su sistema nervioso en particular, está determinada plásticamente durante la vida de cada organismo en particular.

Piensa bien y saldrá bien!

D.O.

 

*http://sirkenrobinson.com/
Extracto de la conferencia de Ken Robinson: “How schools kill creativity”. TED2006 – February 2006. https://www.ted.com/talks/ken_robinson_says_schools_kill_creativity
Fuente: Alexander Ortiz Ocaña. “HUMBERTO MATURANA. Nuevos Paradigmas en el Siglo XXI. Psicología, Educación y Ciencia”. 1a ed. Bogotá: Distribooks Editores. 2016
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Inteligencia y emoción.

Tener respuestas inteligentes tiene que ver con la posibilidad de reflexionar sobre nuestras emociones.

La inteligencia humana en particular, y de los animales en general, tiene que ver con la plasticidad. Con la mejor adaptabilidad al cambio. En contrario, el comportamiento rígido, el que no se adapta a las circunstancias cambiantes, no es inteligente.

Las emociones están relacionadas con esa inteligencia. Son fundamentales para lo que sucede en todo lo que hacemos. No existe acción que no dependa de una emoción que la haga posible. Y, a su vez, diferentes emociones nos llevan por diferentes caminos. Respondemos y nos relacionamos de distintas formas, según nuestras emociones.

Ahora bien, la sensación consciente de una determinada reacción emocional son los sentimientos. En general, cuando hablamos de emociones, nos referimos a la forma en que nos sentimos ante diferentes emociones. Si bien la emoción nos mueve y empuja a vivir en contacto con el mundo que nos rodea, los seres humanos, además, experimentamos sentimientos que la expresan.

Los seres humanos sentimos miedo, pero además sabemos que sentimos miedo. Tomamos conciencia del miedo, y asimismo le podemos poner nombre a nuestro miedo: tengo miedo a …; … a que me pase tal cosa …; … por tal cosa. Entonces, al observar y distinguir un comportamiento en particular, podemos identificar la emoción que está detrás.

Este es un mecanismo que hacemos habitualmente. Y, si queremos, nos resultará fácil hacer la reflexión sobre nuestra emocionalidad, absolutamente necesaria para hacer posible adaptarnos mejor, y ser inteligentes.

Piensa bien y saldrá bien!

D.O.

Fuente: The Biology of Business II. Love Expands Intelligence. Humberto Maturana Romesin and Pille Bunnel. 1999, Reflections: The Sol Journal.
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De miopías congénitas.

La miopía es un defecto visual que impide enfocar correctamente objetos lejanos, que se ven borrosos y poco definidos.

En nuestro país existen además otras miopías que particularmente -y pareciera que congénitamente-  afectan a nuestra clase dirigente.

Estas son la miopía intelectual que impide ver con claridad y precisión el grave estado de situación social, y la miopía ética, que distorsiona las implicaciones y los efectos de las acciones que se llevan a cabo.

Desconocer o negar que existen distintas formas de entender las mismas cosas porque cada ser humano posee su propia realidad, excluye al resto de los que no asumen una misma posición. Por ello, mantener conductas en defensa de la negación del otro para afirmar una idea o creencia cancela la discusión pluralista que, ademas de ser demandada con urgencia, genera cada vez más resentimiento y división. Todo lo que demuestra un gravísimo nivel de miopía intelectual y moral.

Las ideologías resultan absolutamente esenciales en tanto constituyen distintos modos de mirar una situación. Pero, la lucha ideológica sostenida en la creencia que enarbolan esta u otra ideología, impide reflexionar sobre lo que proponen.

Si queremos vivir en democracia, las distintas ideas o formas de ver nuestra realidad deben conformar un proyecto de convivencia basado en la aceptación y en el respeto recíprocos que permitan trabajar en colaboración.

Claro, será necesario comenzar por aceptar que estamos enfermos de miopías que no pueden ser resueltas con un par de anteojos, sino con sentir vergüenza. Ese sería un muy bien inicio de un cambio.

Piensa bien y saldrá bien!

D.O.

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Amar y Enamorarse.

El amar surge de la emoción básica de todas las personas que, hace posible y dispara todas las acciones necesarias para aceptar sin condicionamientos y expectativas, a otras personas, y otorgarles legitimación, validez, lugar, para la convivencia. Para compartir el vivir cotidiano.

En tanto que enamorarse estaría refiriendo a una relación de solo dos personas, que por supuesto se aman, pero que además se constituyen en la posibilidad mutua de cambiar profundamente la experiencia cotidiana del amor, experimentando una intensidad sensitiva para nada habitual. Extraordinaria. Que se manifiesta solamente con esa otra persona única.

En tal sentido, dos enamoramientos simultáneos resultarían imposibles. Todas las personas pueden amar a una o a varias otras personas, pero no podrían estar enamorados de una persona y enamorarse también de otra. Aún cuando dos personas enamoradas no compartan la convivencia cotidiana, mucho de lo que les sucede estará impregnado en algún sentido, de esa conexión que siempre une y motiva.

Ahora bien, como todo, y especialmente lo extraordinario, enamorarse también tiene un precio a pagar. Sólo se conseguirá y mantendrá estando abierto a la inquietud, búsqueda, la transgresión y a la ventura constantes. Intentar controlar su intensidad buscando serenidad, quietud, control y seguridad, llevará necesariamente a la desaparición de su éxtasis único.

Piensa bien y saldrá bien.

D.O.

 

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Una gestión política sin corrupción no es posible sin sentir vergüenza.

El fin de la corrupción política puede comenzar, en gran parte, cuando la sociedad deje de aceptar que puede ser una herramienta de la gestión política exitosa. pero, recién estaremos comenzando un verdadero cambio social y político, cuando nos avergüence vivir en la deshonestidad y sea nuestro genuino deseo no conservar tal sentimiento.

Si bien, la corrupción en la política es universalmente señalada como negativa por la opinión pública, existe una cultura de entendimiento común que identifica el dinero, y su acopio por parte de la clase política (gobierne o no), como una forma normalizada de hacer política.

Cultura que termina además asimilando a aquellos que ingresan al seno de la política con ideales de anti-corrupción. O, en su caso, los devuelve al lugar de donde salieron para nunca mas intentar “hacer política”, por lo menos de la forma que pensaban que debían hacerlo originalmente.

Ello es así porque el tema de la corrupción en la política no se circunscribe sólo al ámbito de quienes actúan en política. Sino que gran parte de la  sociedad terminó adaptada de alguna forma a esa cultura, aceptando que el dinero y su acopio es la mayor y más efectiva herramienta que posee una gestión política exitosa.

Todo el tema entonces termina siendo para nada malo. Sino que es “normativo”, de “sentido común”, y en definitiva, “es la forma en que siempre ha sido”.

Así, el sistema y su aceptación se siguen extendiendo. Las tendencias naturales de la psicología humana determinan que cuanto más a menudo la gente ve confirmados en la práctica un conjunto de suposiciones u opiniones, más creen que es ello lo que pensaron desde el principio. Y con el tiempo, se distancian de lo que realmente pensaban anteriormente. Muestra de ellos es que cada vez es menor el asombro honesto y real que producen las denuncias de corrupción.

Por lo tanto, la gran responsabilidad de cada ciudadano desde su lugar de actuación, es comenzar hoy mismo, conscientemente,  a convivir en y con honestidad. Claro, si es que queremos solucionar este tema de la corrupción.

Piensa bien y saldrá bien!

D.O.

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Actuar con esperanza.

Ser optimista nos obliga a mantener la creencia de que vamos hacia todo lo bueno que nos está esperando irremediablemente. Y por eso no vemos la necesidad de hacer demasiado para dirigimos hacia ese objetivo que deseamos.

Ser pesimista, contrariamente a lo que en general pensamos, nos induce a lo mismo. Claro, que en este caso creemos que aquello que nos está esperando es tan malo a lo que pensamos o peor aún, Lo concreto es que tampoco habremos de detenernos a observar lo que hacemos. El objetivo, en este caso malo para nosotros, nos espera también irremediablemente.

Tal vez, la clave sea mantener una actitud ESPERANZADA, que implica “hacer” lo necesario para encontrar lo mejor, lo que más nos conviene. Accionado, insistiendo, perseverando, corriendo riesgos. Creando la idea que nos lleve a algún lugar deseado. Dando nada por sentado, por determinado de antemano.

Actuamos con esperanza  conceptualizando metas, buscando vías para acceder a ellas a pesar de los obstáculos, y manteniendo la motivación para utilizar esas vías. Actuando con esperanza se puede pensar en posibles maneras de llegar hasta donde pensamos que debamos ir. Empezar y seguir adelante.

Claro que podemos equivocarnos en lo que hacemos con la esperanza de estar haciendo lo necesario, lo correcto. Tener esperanza nos inquieta, y hasta nos angustia, porque aquello que hacemos esperanzadamente para que algo ocurra, podría no ocurrir.

Pero, al no considerar estar signados por porvenir alguno, sino que el único designio posible es el que surge de nuestro hacer cotidiano y esperanzado, siempre podemos volver a imaginar y hacer otra cosa distinta.

En fin, se trata de hacer. De no dar por sentado ningún porvenir, bueno o malo. De hacer lo que hagamos, con esperanza.

Piensa bien y saldrá bien!

D.O.

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El tipo de ser humano que somos tiene que ver con el espacio en el que adquirimos las habilidades necesarias para vivir.

“…, los afanes por cumplir con un currículo preestablecido basado en contextos diferentes al nuestro y atendiendo a políticas e intereses que distan mucho de las necesidades prioritarias de nuestros pupilos, han puesto a el docente y los estudiantes en bandos distintos en los cuales también se genera un permanente conflicto, y se va construyendo un muro frio e irrompible que en nada ayuda a fortalecer el tejido social…”   Ruth Esperanza Fagua*

Adhiero a lo expresado por la colega educadora sobre la existencia de dos bandos determinados por herramientas caducas del sistema educativo actual. Pareciera ser que no terminamos de comprender que si bien el fin fundamental de la educación es ayudar a los niños a aprender, la base de la educación es precisamente la relación entre los niños y sus educadores, y que todo depende de lo fructífero y eficaz que sea ese vínculo. Si esa relación falla,  todo falla.

Es más, educar implica un proceso en el que el niño alumno se trasforma en un tipo u otro de ser humano según las emociones y actuaciones vividas en sus relaciones con sus educadores. No solo la transformación del niño en ser humano estará fuertemente orientada por la manera de vivir de la persona que actúe como educador. Sino que el tipo de ser humano que llegará a ser tendrá que ver con ese espacio de relación o de convivencia con el educador en el que el niño adquiere las habilidades que se necesitan para vivir.

Los niños aprenden a vivir cualquier tipo de vida que viven y en cualquier espacio de relaciones que les toque convivir. Y la emocionalidad que viven de niños es conservada cuando adultos para armar sus propios espacios psíquicos.

Es importante prestar atención a que nuestro modo de vivir como seres humanos. Ese vivir actual está determinado no solo por el conocimiento o los tipos de argumentos racionales que podemos haber acumulado a lo largo de de la vida, sino, fundamentalmente, por la emocionalidad que aprendimos a vivir de niños.

Creo que educar es la dinámica de llegar a ser un ser humano responsable, socialmente consciente y que se respeta a sí mismo, y por lo tanto capaces de reflexionar sobre cualquier cosa, de adquirir cualquier conocimiento, en definitiva de hacer cualquier cosa.

Esa es tarea de los educadores. La de crear el espacio de convivencia que llevará al niño estudiante a llegar a ser  un  ser humano.

Piensa bien y saldrá bien!

D.O.

*Parte del comentario valioso al texto publicado con el título “LA PEDAGOGÍA DEL AFECTO” (http://danielolguin.com.ar/?p=1803)
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El “hacer” de amigo es donde germinan todas las amistades.

“La única manera de encontrar un amigo es serlo” Ralph Waldo Emerson

Ser amigo implica una acción, un “hacer” de uno mismo. Tiene que ver con una actitud que adoptamos y, en definitiva, también con una opción que adoptamos.

Siempre, un “hacer” amigable es el terreno adecuado y necesario para que todas las amistades nazcan y crezcan.

Hacer de amigo incluye regalar calidez por medio de nuestros gestos y palabras al tratar a los demás. Alegrarse por lo que al otro le alegra. Que nos importe el otro y su situación. Y que el otro pueda “descansar”, porque lo aceptamos, no lo juzgamos ni criticamos. Nos involucramos en sus problemas sin dar consejos, y opinamos sólo si se nos solicita.

Vale el trabajo que hagamos en tal sentido… los amigos son la causa de lo mejor de aquello en lo que nos hemos ido transformando en nuestra vida.

Piensa bien y saldrá bien!

DO.

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Amigo del Alma.

Uno de los anhelos más profundos del ser humano es el de ser visto. Sólo nuestro Amigo del Alma, o según la cultura Celta, nuestro “Anam Cara”,  es el espejo más fiel en el que podemos reflejarnos, y sólo la integridad y la claridad de esa amistad verdadera dibuja el contorno real de nuestro espíritu.

“Anam Cara” significa alma gemela, amigo espiritual e íntimo, una persona a quien puedes revelar las intimidades más ocultas de tu vida, enmarcado por la creencia Celta espiritual de que hay almas en constante conexión y unión. En la tradición Celta cuando alguien se conecta con otra persona entregándose de forma íntegra y abierta (sabiendo que dispone de la confianza total de esa persona), sus dos almas comienzan a fluir juntas.

Por tanto, esta “simbiosis” significa un acto de reconocimiento y pertenencia que trasciende las convenciones establecidas por los hombres (como la moral) y las categorías definidas en la sociedad para cualquier tipo de relación entre dos personas. Uno está unido de manera remota y eterna con el “Anam Cara” y ese nexo despierta y fomenta una complicidad profunda y especial entre ambos que transforma su vínculo de unión en indisoluble.

Un rasgo significativo acerca del “Anam Cara” es que sólo aparece cuando hemos llegado a una determinada fase de madurez que involucra necesariamente la capacidad de reconocer nuestra propia luz interior. Esa capacidad nos hace reconocerla de forma inmediata.

Mientras que un aspecto místico de la verdadera alma gemela es que el inicio de estas relaciones requieren muy poco esfuerzo porque, por lo general, desde el primer contacto existe una sensación de conocer a esa otra persona, cosas sobre ella que no podrías saber ni entender sin haber tenido un contacto previo con esta persona.

Piensa bien y saldrá bien!

D.O.

Fuentes:
John O´Donohue – Anam Cara “El libro de la sabiduría celta.
http://annlovereiki.blogspot.com.ar
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Adaptarse, Cooperar, Amar.

Las ideas expuestas por Darwin en su teoría “de la evolución de las especies” complementadas por investigaciones sobre simbiosis evolutiva aseguran que las especies mutan y cambian siempre en el afán de adaptarse a su medio. Y, en la medida que establecen relaciones de cooperación, son capaces de sobreponerse a amenazas que por sí solos no serían capaces de superar.

Es por ello que en cualquier ambiente o sistema, los que se adaptan rápidamente a los cambios y que son los más cooperadores, son los logran sobrevivir. Y esto es porque al sumar sus capacidades, habilidades e instintos son capaces de vencer obstáculos mayores a su individualidad.

Pero, además, los humanos particularmente, necesitamos ser vistos, apreciados y reconocidos. Dependemos de afecto y enfermamos cuando este nos es negado en cualquier momento de la vida. La afectividad tiene que ver con el reconocimiento de que el otro, tanto como nosotros, tiene necesidades, sentimientos, valores, circunstancias, que aunque diferentes de las nuestras son tan dignas y legítimas y merecen ser respetadas como condición de que las nuestras también lo sean.

Es por ellos que nuestros problemas siempre tienen su origen en la poca o nula adaptación a los cambios, aferrándonos a lo conocido. En la carencia de conductas de cooperación manteniéndonos en la individualidad y en la competencia. Y,  en la falta de amor, negando la existencia del otro como un ser válido para convivir.

Debemos asumir que la adaptación, la cooperación, y el afecto es lo que mueve al mundo en un sentido positivo.

Piensa bien y saldrá bien.

D.O.

 

 

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