Lo que conectó mis haceres, desde el momento en que sentí la necesidad de comenzar a andar mis propios caminos, fue dibujar un mapa que me guiara, aunque sin aferrarme demasiado a expectativas o resultados determinados, sino, especialmente, estando atento a cuales emociones que me empujaban al movimiento.
Desde entonces, hubo distintos caminos por los cuales transité, y si bien los mapas fueron variando, la convicción de siempre intentar elegir por donde ir y trazar un mapa que me muestre el sentido del camino, aún sigue intacta y operativa.
Entonces, sin perjuicio atender de las cualidades personales por las cuales hacer una cosa me sale más fácil que hacer otra. De la pasión por hacer una cosa determinada y que me lleve a practicarla sin descanso y a su vez sin cansancio. Y del legado que me gustaría dejar, porque nada es para mí mismo. Todo se inició con la tarea de señalar un sentido por donde ir, y con la pregunta de ¿Por qué hago lo que hago? para intentar reconocer la emoción detrás del interés y del empuje hacia la acción.
Indefectiblemente, el diseño de los posibles caminos y las respuestas a esa pregunta, afectaron mis objetivos, mis decisiones, mis relaciones, el uso de mi tiempo…, pero además…
¡ME TRAJERON HASTA AQUI!
¡Piensa Bien, y Saldrá Bien!
Daniel Olguin
2 respuestas a Dibujar los propios mapas.