El aprendizaje a lo largo de la vida de una persona es la herramienta que le permitirá enfrentar los desafíos de un mercado laboral y un entorno global en constante transformación.
Gracias a los adelantos en inteligencia artificial, muchos trabajos y tareas están siendo automatizadas y los trabajadores necesitan actualizar competencias para mantenerse relevantes en el mercado laboral. La formación continua permite a los trabajadores mantenerse al día con las últimas tecnologías y métodos, lo que es crucial para seguir siendo competitivos. Los empleados que se actualizan constantemente son más valiosos para sus empleadores y tienen más oportunidades de crecimiento profesional.
Es aquí donde entra en juego el “lifelong learning”, el aprendizaje continuo a lo largo de la vida, que le permitirá adquirir nuevas habilidades y mejorar sus perspectivas de empleo en sectores emergentes. Además, aquellos que pueden acceder a oportunidades educativas a lo largo de su vida desarrollan habilidades que les permiten adaptarse mejor a los cambios sociales y participar activamente en sus comunidades.
Para que este aprendizaje sea efectivo, es necesario crear sistemas que motiven a las personas a mantenerse involucradas en su desarrollo personal y profesional. Para ello, en un mercado laboral en procesos de cambio, los gobiernos deben fomentar una cultura de aprendizaje constante que apoye a las personas desde temprana edad y a lo largo de su vida adulta.
A nivel global, es necesario que los gobiernos se comprometan a invertir en la educación continua, diseñando políticas que garanticen la equidad en el acceso a oportunidades de aprendizaje. En un contexto donde la tecnología y los problemas globales avanzan rápidamente, el aprendizaje debe ser un derecho accesible en todas las fases de la vida de un trabajador, desde la infancia hasta la adultez.
Por su parte, las empresas que invierten en la formación de sus empleados suelen ver mejoras en la eficiencia y la innovación, ya que los trabajadores están mejor preparados para enfrentar nuevos desafíos. Además, ofrecer oportunidades de formación continua puede aumentar la satisfacción y la retención de empleados, ya que sienten que la empresa invierte en su desarrollo personal y profesional.
En consecuencia, la formación continua no solo beneficia a los empleados al mejorar sus habilidades y empleabilidad, sino que también es una inversión estratégica para las empresas que buscan mantenerse competitivas y adaptarse a los cambios tecnológicos constantes.
En conclusión, en un mundo en constante evolución, la formación continua no es una opción, es una necesidad. Ya sea para mejorar la empleabilidad, crecer dentro de una empresa o simplemente mantenerse al día con las nuevas tendencias, seguir formándose es esencial.
D.O.