Cuando vemos que tenemos un problema de observación y tratamiento de parte de los profesionales del Derecho sobre los cambios socio culturales de la sociedad actual, mucho tiene que ver con la debilidad de los estudiantes en sus aprendizajes, que básicamente en su formación no ha existido una visión moderna e integral para interpretar los desafíos y oportunidades en un contexto de cambio y adaptación constantes y sin precedentes.
Se puede seguir discutiendo planes, programas, estrategias, enfoques, o se puede reconocer que la discusión fundamental es cómo generar las bases de un nuevo estilo de enseñanza que conecte a los estudiantes de Derecho con un presente cambiante. Y de allí que surgen interrogantes como: ¿Qué educador se necesita para la sociedad que se está construyendo? ¿Cómo debe ser un docente que, ademas de Derecho tiene que formar estudiantes en un mundo de incertidumbres y cambios?
Ese educador debería ser aquel que todos los días hace emerger la realidad social actual a los estudiantes. Eso requiere un cambio fundamental en el rol de ese educador, que, en principio, tiene que ser más integrado porque el estudiante no es una disciplina, no es una asignatura, pero, a su vez, tiene que ser versátil, flexible, tiene que ser un gran articulador de conocimientos para que le den sentido al alumno, y tiene que un facilitador.
A medida que la sociedad y el entorno legal evolucionan, los educadores tienen la responsabilidad de adaptar sus métodos y enfoques para preparar a los futuros abogados para los desafíos contemporáneos. Algunos de los roles clave incluyen:
Fomentar una comprensión profunda de la ética y la responsabilidad profesional: Con los cambios en las expectativas sociales y éticas, es crucial que los educadores inculquen en los estudiantes un sentido sólido de ética profesional, integridad y responsabilidad.
Integrar la diversidad y la inclusión en el currículo: La comprensión de cuestiones relacionadas con la diversidad, la equidad y la inclusión es cada vez más importante en la práctica legal. Los educadores deben asegurarse de que los estudiantes estén preparados para trabajar en un entorno diverso y que comprendan las implicaciones legales de la discriminación y los derechos humanos.
Desarrollar habilidades tecnológicas: La tecnología está transformando el campo del derecho, desde la automatización de tareas legales hasta el uso de inteligencia artificial para el análisis de datos. Los educadores deben enseñar a los estudiantes a utilizar estas herramientas y a comprender sus implicaciones éticas y legales.
Fomentar habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas: En un entorno legal en constante cambio, los abogados deben ser capaces de analizar problemas complejos y encontrar soluciones innovadoras. Esto implica enseñar a los estudiantes a pensar críticamente y a abordar los problemas de manera analítica y creativa.
Preparar para el trabajo interdisciplinario: Los problemas legales a menudo intersectan con otros campos, como la economía, la salud, el medio ambiente y la tecnología. Los educadores deben preparar a los estudiantes para trabajar en equipos interdisciplinarios y para comprender cómo las cuestiones legales interactúan con otras disciplinas.
Promover el aprendizaje continuo y la adaptación: Dado que el campo del derecho está en constante evolución, es importante que los educadores inculquen en los estudiantes la importancia del aprendizaje continuo y la adaptación a los cambios legales y sociales.
En resumen, los educadores en derecho tienen un papel crucial en preparar a los futuros abogados no solo para comprender y aplicar la ley, sino también para responder de manera efectiva y ética a los desafíos que plantea una sociedad en constante cambio.
D.O.