Una clase es una experiencia que vale la pena vivir cuando encaramos en el ahora un problema social para el cual no hay una solución predeterminada. Entramos a clase sabiendo que estamos buscando algo que no está construido a priori. (Maggio, 2016).
La descripción de la clase universitaria como un espacio donde se aborda un problema social sin una solución predeterminada refleja una evolución significativa en la pedagogía, hacia un enfoque más dinámico y orientado a la resolución de problemas. Este enfoque es especialmente relevante en la formación de abogados, donde las cuestiones legales y sociales a menudo no tienen respuestas claras o fáciles.
Transformar la clase universitaria en un espacio donde se aborden problemas sociales sin soluciones predeterminadas es un enfoque poderoso para formar abogados no solo competentes en términos técnicos, sino también conscientes de su papel en la sociedad. Este enfoque ayuda a los estudiantes a desarrollar una mentalidad de resolución de problemas, un sentido de responsabilidad ética y una capacidad para manejar la ambigüedad y la complejidad, todas habilidades esenciales en la práctica moderna del derecho.
Este enfoque educativo va más allá de la enseñanza tradicional del derecho, que suele centrarse en la adquisición de conocimientos técnicos y doctrinales, y promueve una formación integral que incluye el desarrollo de habilidades críticas y una comprensión profunda de la interconexión entre la ley y la sociedad. Y coloca a los estudiantes en el centro del proceso de aprendizaje y los enfrenta a situaciones reales y complejas, ofreciendo múltiples beneficios en la formación de futuros profesionales del derecho.
Ventajas de este Enfoque
Desarrollo de Pensamiento Crítico y Resolución de Problemas. Enfrentar a los estudiantes con problemas sociales sin soluciones predeterminadas les obliga a analizar críticamente la información, explorar múltiples perspectivas y desarrollar sus propias respuestas. Esto fomenta el pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad para solucionar problemas, competencias fundamentales en el campo legal.
Compromiso Social y Ético. Este enfoque ayuda a los estudiantes a comprender y apreciar la importancia de su papel como abogados en la sociedad. Al trabajar en problemas que afectan a comunidades reales, los estudiantes desarrollan una conciencia social y un sentido de responsabilidad ética, entendiendo cómo las decisiones legales pueden impactar positivamente o negativamente en las vidas de las personas.
Interdisciplinariedad y Colaboración. La naturaleza compleja de los problemas sociales a menudo requiere una perspectiva interdisciplinaria. Al trabajar en grupos y con información de diversas disciplinas, los estudiantes aprenden a colaborar, integrar conocimientos de diferentes campos y valorar las contribuciones de profesionales de otras áreas.
Adaptabilidad y Manejo de la Incertidumbre. Los problemas sin soluciones claras enseñan a los estudiantes a manejar la incertidumbre y a ser flexibles en su pensamiento y enfoque. Esto es particularmente importante en la práctica legal, donde las leyes y circunstancias pueden cambiar y donde a menudo no hay respuestas definitivas.
Aplicación Práctica del Conocimiento. En lugar de enfocarse únicamente en teorías y doctrinas, este enfoque permite a los estudiantes aplicar lo que han aprendido en situaciones prácticas y reales. Esto no solo refuerza su comprensión del material, sino que también les prepara mejor para las demandas del mundo laboral.
Transformar la clase universitaria en un espacio para abordar problemas sociales sin soluciones predeterminadas es un enfoque que enriquece la educación legal, preparando a los estudiantes para ser no solo abogados técnicos y competentes, sino también ciudadanos conscientes y comprometidos con el bienestar social. Este modelo de enseñanza promueve una educación más holística, que es vital en un mundo cada vez más complejo y diverso, donde el derecho juega un papel crucial en la promoción de la justicia y la equidad.
D.O.