«¿Por qué insistimos en enseñar el conocimiento acumulado si sabemos que lo más importante es el conocimiento que seremos capaces de construir?» (Maggio, 2018).
Las formas en que se produce el conocimiento también cambiaron, y lo van a seguir haciendo. Entonces, ¿Por qué seguimos enseñando de la misma manera?, ¿Por qué insistimos en enseñar el conocimiento acumulado si sabemos que lo más importante es el que seremos capaces de construir? Cuando el saber ya construido ya está disponible. Ni siquiera es necesario ir a la universidad para aprenderlo. La teoría acabada que se enseña esta desarrollada de modo exhaustivo en las obras que suelen integrar la bibliografía de los cursos.
Si bien es cierto que los cambios pedagógicos son lentos, las formas culturales no esperan. (Maggio, 2018). Por lo que los estudiantes de derecho debieran estar formándose en la observación de problemas sociales, no solo para analizarlos como fenómenos, categorizarlos y teorizar a partir de ellos, sino también para reflexionar, crear y generar soluciones de manera colectiva. Ello puede y debe ser planteado desde el primer día de la formación académica por medio de prácticas enfocadas en los temas sociales de mayor actualidad y que no tiene solución aparente desde las políticas o las instituciones.
Hay que mudar a un pensamiento, que puede ir desde la elaboración o diseño de prototipos hasta la realización de intervenciones en instituciones que están más allá del aula. Las tendencias culturales mutan aceleradamente y las prácticas de la enseñanza que buscan ser relevantes deben identificar esas tendencias y contribuir a través de su análisis a la actualización de los marcos teóricos de las distintas disciplinas. Una clase, debe ser una experiencia que vale la pena vivir cuando encaramos en el ahora un problema social para el cual no hay solución predeterminada. (Maggio, 2018).
Es así como la intención de generar una intervención en la realidad es lo que estructura la propuesta didáctica. Se enseña y se aprende en el acto de transformar el más allá del aula y eso invierte la secuencia clásica explicación-aplicación (Maggio, 2012). Se parte del problema en la realidad como marco para la construcción de conocimiento. (Maggio, 2018).
Y cuando la intención de generar una intervención en la realidad estructurando la propuesta didáctica, se está hablando de un enfoque educativo profundamente práctico y orientado a la acción. Este enfoque busca no solo transmitir conocimientos teóricos, sino también aplicar esos conocimientos de manera directa y significativa en el mundo real.
Este tipo de propuesta didáctica debería incluir:
El aprendizaje basado en proyectos, donde los estudiantes trabajen en proyectos reales que requieren la aplicación de conocimientos legales para resolver problemas concretos en la comunidad. Proyectos que pueden involucrar la colaboración con organizaciones no gubernamentales, instituciones públicas, y empresas privadas.
El uso de clínicas legales que permitan a los estudiantes ofrecer servicios legales a personas y comunidades que no pueden pagar un abogado. Bajo la supervisión de profesores y abogados experimentados, los estudiantes trabajan en casos reales, adquiriendo experiencia práctica y contribuyendo al bienestar social.
El uso de simulaciones y role-playing. Las simulaciones de juicios, mediaciones, y negociaciones proporcionan a los estudiantes una experiencia práctica en un entorno controlado. Ejercicios que ayuden a los estudiantes a desarrollar habilidades prácticas y a entender mejor el impacto de sus acciones legales en la realidad.
Colaboración interdisciplinaria. Los estudiantes de derecho pueden trabajar junto a estudiantes de otras disciplinas, como sociología, economía, y ciencias políticas, para abordar problemas complejos de manera holística. Esta colaboración fomenta una comprensión más profunda de cómo las leyes interactúan con otros aspectos de la sociedad.
Proyectos de investigación aplicada. Los estudiantes pueden involucrarse en proyectos de investigación que tienen un impacto directo en la sociedad, como estudios sobre políticas públicas o evaluaciones de programas legales existentes. Estos proyectos no solo enriquecen el conocimiento teórico, sino que también proporcionan información valiosa para la toma de decisiones en la práctica.
Fomentar la reflexión crítica sobre las experiencias prácticas ayuda a los estudiantes a entender mejor los desafíos y las complejidades del mundo real. La reflexión crítica también permite a los estudiantes mejorar continuamente sus habilidades y enfoques.
En resumen, una propuesta didáctica que se centra en la intervención en la realidad y el aprendizaje a través de la transformación práctica más allá del aula puede proporcionar una formación integral y relevante para los estudiantes de derecho. Este enfoque no solo enriquece su comprensión teórica, sino que también los prepara para enfrentar y abordar eficazmente los desafíos del mundo real.
D.O.