Un abogado con conciencia social se hace.

La conciencia social en el contexto de los abogados se refiere a su compromiso con valores éticos, responsabilidad y contribución positiva a la sociedad, y siempre, la conciencia social en la abogacía implica un enfoque humano, ético y constructivo que va más allá de los aspectos legales.

En resumen, abogar o ejercer la abogacía con conciencia social implica la combinación de formación profesional, práctica ética y compromiso activo con la comunidad. Así, los abogados deben actuar éticamente y considerar el impacto social de sus decisiones. Esto implica no solo cumplir con la ley, sino también promover valores como la igualdad y la justicia.

En última instancia, los abogados tienen la capacidad de influir en la sociedad a través de su trabajo diario. Al abogar por la justicia, la igualdad y la transparencia, pueden contribuir a la construcción de un mundo más equitativo y justo.

Es por ello por lo que, desde la etapa universitaria, los futuros abogados deben recibir una formación sólida en valores éticos y sociales, incluyendo el entrenamiento en comprender la importancia de la justicia, la igualdad y la responsabilidad social.

Las universidades y las facultades de derecho deben incorporar cursos específicos sobre ética legal, derechos humanos y responsabilidad social y prácticas tendientes a mantener a los futuros abogados actualizados sobre cuestiones sociales relevantes. Los abogados deberán poder reflexionar sobre el impacto de sus decisiones legales en la sociedad. Considerar cómo sus acciones afectan a las personas y comunidades es esencial.

Es importante comprender que los abogados, conformamos un producto de lo que nos han enseñado y nuestras prácticas sociales no hacen más que repetir patrones adquiridos. En síntesis, el rol social de los abogados responde a representaciones internas que se han construido desde la experiencia vivida en las escuelas y facultades.

Ahora bien, como sucede en gran parte de las instituciones jurídicas latinoamericanas, la enseñanza tradicional del derecho se encuentra regida por la concepción estática del derecho romano. Por lo que, a diferencia de los sistemas normativos anglosajones, esta concepción se halla previamente elaborada y codificada por el legislador. En consecuencia, en la enseñanza del derecho ha predominado el modelo informativo y la transmisión de normas para ser reproducidas y mantenidas por otras generaciones.

Además, el estrés, la competitividad, la apetencia de poder y la búsqueda del éxito, entre otras características, hacen que los abogados formemos una estructura social marcada por pautas que, desde lo coactivo, nos han sido impuestas en el proceso educativo, y que replicamos en nuestra vida social y profesional como jueces, litigantes o académicos.

Todo ello nos revela la necesidad de desarrollar estrategias de enseñanza que no continúen los modelos tradicionales en la enseñanza de derecho. El proceso de formación de un abogado, como el de cualquier profesional, siempre es un proceso educativo, formativo… Se hace.

D.O.

 

Fuentes:
Moreno Rojas, Claudio Javier. ¿Por qué los abogados somos como somos? Un análisis del comportamiento social de los abogados desde el derecho, la sociología y la educación jurídica. REVISTA PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA Y DIDÁCTICA DEL DERECHO. VOL. 9 NÚM. 2 (2022) • PÁGS. 153-166 • DOI 10.5354/0719-5885.2022.65240. RECIBIDO: XX/XX2/20XX • APROBADO: XX/XX/2022 • PUBLICADO: 31/12/2022.

 

 

 

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