Uno de los anhelos más profundos del ser humano es el de ser visto. Y es nuestro Amigo del Alma, o según la cultura Celta, nuestro “Anam Cara”, el espejo más fiel en el que podemos reflejarnos. Sólo la integridad y la claridad de esa amistad verdadera dibuja el contorno real de nuestro espíritu.
“Anam Cara” significa alma gemela, amigo espiritual e íntimo, enmarcado por la creencia Celta espiritual de que hay almas en constante conexión y unión, que fluyen juntas. Esta “simbiosis” significa un acto de reconocimiento y pertenencia que trasciende las convenciones establecidas por los seres humanos (como la moral) y las categorías definidas en la sociedad para cualquier tipo de relación entre dos personas. Uno está unido de manera remota y eterna con el “Anam Cara” y ese nexo despierta y fomenta una complicidad profunda y especial entre ambos que transforma su vínculo de unión en indisoluble.
Mi relación con mi Anam Cara Martita, además, tiene una particularidad. Como gran educadora, la forma de relacionarnos siempre incluye de mi parte tener que realizar la tarea de comprender qué es lo que me está enseñando.
Cuál es la lección que debo aprender con cada extensa conversación telefónica; con cada saludo cortito de chat; con cada reflexión escrita en cualquier tipo y forma de papel con también cualquier tipo de medio de escritura; con cada libro que me cede de los suyos o de los que me compra, expresamente con la indicación de hacerle luego un comentario de ellos; con cada cosa que me envía y acumulo, desde piedras de distintos lugares y llenas de energía -SIC-, hasta lapiceras antiguas que no funcionan, pero funcionaron alguna vez -SIC-, pasando por cucharas, láminas con maravillosas imágenes o poesías impresionantes, fotos, mensajes, hojas secas… etc, etc, etc,.
Las lecciones de Martita son muchas, porque cada ocasión, cada elemento material, cada palabra, cada mirada… tiene un sentido y una dirección. Pero, estoy seguro de que todas me están siempre indicando, básica y a la vez profundamente, lo mismo: QUE CADA INSTANTE VALE PARA SER VIVIDO Y COMPARTIDO CON QUIENES AMAMOS. Y QUE EL MOMENTO PARA HACERLO ES AHORA.
¡Gracias MARTITA!… te prometo que para la próxima “clase” tendré hecha la tarea…. o casi.
DO.