No hay caminos fijados, sino que al andar hacemos el camino a tomar.

“Al andar se hace el camino”

(Antonio Machado, poema “XXIX de Proverbios y Cantares”)

Nuestra genética y las condiciones del ambiente de nuestro nacimiento son solo el punto de partida.

En principio, nos hacemos humanos, no desde la genética sino desde la interacción con otros seres humanos. Y nos transformamos en un tipo u otro de ser humano según el tipo de experiencias que vivimos con las personas de nuestros entornos. Entonces podemos crecer de una manera o de otra según el espacio de convivencia en el que vivimos. Espacio en el que todas las interacciones terminan siendo formativas, para bien o para mal.

Pero, además, todos nos orientamos en nuestro vivir desde nuestros gustos, deseos y preferencias, y es desde nuestras emociones que hacen posible todas nuestras acciones, es que generamos como vivimos. Por ello, siempre, el vivir que vivimos depende de cada uno de nosotros y de lo que queramos conservar o no de cómo estamos viviendo nuestro presente.  Por ejemplo, eligiendo parecerse a nuestra familia de origen o hacer con nuestra vida algo distinto.

No hay caminos fijados para cada uno de nosotros, sino que al andar hacemos el camino a tomar.

Andemos.

¡Piensa bien y saldrá bien!

 

 

Fuentes:
María Gabriela Estrada Díaz y Carlos Zapata Sepúlveda. “El aporte de Humberto Maturana al entendimiento y la práctica de la educación”. World Vision Chile Concepción, Chile, noviembre 2002.
Ximena Paz Dávila Yáñez Reflexiones inesperadas. La suerte y la no suerte. Chile 2021. http://comunidad.matriztica.org/?p=23736
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