“Al andar se hace el camino”
(Antonio Machado, poema “XXIX de Proverbios y Cantares”)
Nuestra genética y las condiciones del ambiente de nuestro nacimiento son solo el punto de partida.
En principio, nos hacemos humanos, no desde la genética sino desde la interacción con otros seres humanos. Y nos transformamos en un tipo u otro de ser humano según el tipo de experiencias que vivimos con las personas de nuestros entornos. Entonces podemos crecer de una manera o de otra según el espacio de convivencia en el que vivimos. Espacio en el que todas las interacciones terminan siendo formativas, para bien o para mal.
Pero, además, todos nos orientamos en nuestro vivir desde nuestros gustos, deseos y preferencias, y es desde nuestras emociones que hacen posible todas nuestras acciones, es que generamos como vivimos. Por ello, siempre, el vivir que vivimos depende de cada uno de nosotros y de lo que queramos conservar o no de cómo estamos viviendo nuestro presente. Por ejemplo, eligiendo parecerse a nuestra familia de origen o hacer con nuestra vida algo distinto.
No hay caminos fijados para cada uno de nosotros, sino que al andar hacemos el camino a tomar.
Andemos.
¡Piensa bien y saldrá bien!
Excelente. Estoy leyendo Este dolor no es mío: Identifica y resuelve los traumas familiares heredados. Va en la misma línea.