“Los Imperdonables” Una pasión sobre ruedas.

Comparten la compulsión irrefrenable a sentirse libre, a disfrutar del viento en la cara, del polvo, de la lluvia, o del sol. Personajes apasionados que buscan vivir intensamente los momentos en que están en ese preciso lugar y en ningún otro lado.

Para “Los Imperdonables” todo encuentro vale, sea para compartir pocos kilómetros de distancia o para partir hacia la más elaborada travesía de grandes distancias por muchos días. Aunque varios traen consigo su devoción por “los fierros”, y por las motocicletas, no todos son entendidos en temas de motores o mecánicos, y algunos ni de cerca, pero coinciden en el gran gusto por las motos y en disfrutar de salir a andarlas. Y cuando es en grupo mucho mejor.

Cuentan que el nombre del grupo lo atribuyen al “error imperdonable” de conseguir una moto y salir a andar en ella con un amigo. Imperdonable porque lo hicieron en su mayoría sin tener experiencia previa y además porque ya no eran precisamente jóvenes.

Todo parece haber comenzado con uno de ellos, que cometió el “error” de conseguir la motocicleta de sus sueños, salir a andar en ella, y compartirlo con su vecino, que tentado hizo lo mismo con su propio similar sueño. El deseo se volvió cadena y así se fueron sumando otros amigos con nuevos sueños que se convirtieron en nuevas motos, y en nuevos amigos también soñadores. Todos con la misma intención de “equivocarse”.

Para definir lo que sienten nos dicen “es algo compulsivo que se renueva con cada salida y cuantas más veces salimos a andar, más queremos volver a hacerlo y más nos sentimos condicionados e influenciados a dedicarle tiempo a las motos y a las reuniones”.

En todos estos años “Los imperdonables” compartieron muchas y variadas experiencias de las que se consideran sanamente orgullosos. Desde las religiosas salidas semanales con extendidos almuerzos de camaradería, hasta los habituales viajes cortos de una o dos noches y viajes largos por el país y en el exterior. Sea practicando “touring” por la más asfáltica de las rutas; “trial” por el ripio que se presente; o “enduro” por los senderos menos recomendados posibles. Lo importante es esa compañía.

Nos cuentan que en el armado de viajes si suman tres ya se consideran listos para salir a cualquier parte, pero en general nunca son menos de seis. Dicen que disfrutan intensamente de la amistad y de no como un requisito para participar, sino como un propósito en sí mismo. De esa manera, más allá de los caminos que compartan, el objetivo es disfrutar juntos andando en sus motos.

Cuando se les pregunta por las razones de hacer lo que hacen, la mayoría coincide en que cuando suben a sus motos perciben una energía especial que los renueva, sienten que vuelven a ser niños disfrutando de su mejor juguete, usan sus mentes de forma no habitual colocándolos en un presente absoluto y hasta sienten que tienen la oportunidad de ser un poco “héroes” al ser desafiados por el riesgo que asumen para averiguar de lo que son capaces.

No obstante, les gusta pensar que no hay un sentido para lo que hacen, sino que simplemente es experimentar el hecho de estar haciéndolo, de modo que las experiencias de cada una de las salidas les repercutan lo suficientemente profundo como para sentir realmente el éxtasis de estar vivos.

Eso sí, ahora su lema es: lo imperdonable es perdérselo.

¡Piensa bien y saldrá bien!

D.O.

 

Nota original en: Country Magazine – Country Magazine
Dirección URL: ttps://countrymagazine.com.ar/component/content/article/91-artículos/entrevistas/136-los-imperdonables-pasion-sobre-ruedas?Itemid=437

 

 

 

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