No hay dudas de que es en el espacio de la escuela en donde se concreta el proceso educativo formal, por medio del cual los niños desarrollan fortalezas para su mejor desenvolvimiento en la sociedad. Tampoco, de que en la escuela se da la interacción de los niños con otros pares y con los adultos que hacen de educadores, que es fundamental para el desenvolvimiento de la personalidad.
Seguramente ya existen consecuencias nocivas por el cierre de la presencialidad de los establecimientos de enseñanza y la continuidad del proceso a través de la modalidad virtual o a distancia, más aún cuando no existe un sistema pedagógico preparado para una virtualidad óptima. También habrá consecuencias negativas derivadas de que los niños tampoco pueden mantener una convivencia presencial en los demás espacios de sus vidas de relación.
Pero hoy, el colapso del sistema de salud a partir de la multiplicación de contagios y muertes, incluyendo la internación de cada vez más cantidad de menores, surge como una situación que amerita implementar con urgencia medidas para limitar la circulación y propagación cada vez mayor del virus, como la suspensión de la presencialidad escolar.
Mientras tanto, sigue siendo tarea de los educadores, la creación de los espacios, presenciales o virtuales, que permitan que el niño se transforme en un ser humano responsable, socialmente consciente, que se respeta a sí mismo y a los demás.
La forma en que se actúe ante la presente situación de urgencia seguramente estará relacionada con tales objetivos. La ejemplaridad no sólo se trasmite de forma presencial.
Piensa bien y saldrá bien!
D.O