Las personas siempre hacemos lo que queremos hacer, seamos o no conscientes de ello. Si somos conscientes de nuestros gustos, deseos y preferencias, nos podremos dar cuenta de que hemos sido nosotros quienes hemos escogido momento a momento – el curso que ha seguido el devenir de nuestros aprendizajes y también errores. (Maturana – Dávila, 2008)
Consciente o inconscientemente siempre estamos eligiendo. No elegir, es también efectuar una elección, elegir no elegir. Lo cierto es que, como seres humanos, siempre somos capaces de tomar decisiones que dirigen el rumbo de nuestra vida, y que crea la vida que vivimos. Así, en cada momento de nuestro vivir tenemos la posibilidad de generar nuevas actualidades.
Ahora bien, nuestra libertad para elegir autónomamente está siendo influenciada en el mundo digital que nos orienta hacia determinadas decisiones. Pareciera que somos libres de nuestras elecciones, pero, es muy posible que muchas de nuestras cotidianas elecciones hayan sido influenciadas digitalmente. Cuando usamos las redes sociales o buscamos alguna información en el mundo digital, en realidad estamos permitiendo que se conozcan nuestras preferencias y deseos, posibilitando que alguien más que nosotros se apodere de nuestra capacidad de decidir y hasta decida por nosotros.
Es cierto, que el mundo digital y las redes nos facilitan la vida de muchas formas, pero hay un precio que estamos pagando por ello, y sin darnos cuenta. La información que estamos cediendo no solo les sirve a las empresas tecnológicas para mejorar el servicio que nos entregan, también es información que vuelve, luego, en forma de anuncios, noticias, señales, indicaciones que pueden, y muchas veces logran, influenciar nuestras decisiones.
No se trata, estimo, de vivir sin las redes y la digitalización que nos rodea y de la cual nos valemos para mejorar nuestra cotidianeidad. Sino de estar dispuestos a reflexionar sobre el modo de vivir que estamos llevando, y sobre hacia dónde pueden estar llevándome nuestras decisiones inconscientes e influenciadas digitalmente.
Siempre, entre el estímulo y la respuesta hay un espacio; y en ese espacio reside nuestra libertad y nuestra facultad para elegir la respuesta. Si lo queremos, podemos de elegir la respuesta adecuada y que nos es más conveniente. Claro, se requerirá consciencia, atención y reflexión.
Creo que, especialmente cuando interactuamos digitalmente de la forma que sea, y a pesar de la andanada de información que recibimos, debemos no olvidar cual es el mundo que queremos conservar, que no deseamos dejar ir o cambiar o dejar de intentar alcanzar. Y, elegir en tal sentido.
Piensa bien y saldrá bien.
D.O.
Referencias:
Paulo Henríquez Munita “¿Cómo salvar nuestra autonomía de elección en el mundo digital?” Matríztica, 03 Mar 20210. http://comunidad.matriztica.org/?p=22445
Maturana Humberto, Dávila Ximena, por David Alcántara. “Habitar Humano en seis ensayos de biología cultural”. 2008. Síntesis. Ed.: J.C. Sáez Editor. Santiago. Chile.