¡Deshonestidad al palo!

Me imaginé que estábamos comenzando un verdadero cambio social y, en consecuencia, político. Aún lo sigo imaginando. Sostuve, y también los sigo haciendo, que el fin de la corrupción política comenzará cuando nuestra sociedad no acepte más que la corrupción puede ser una herramienta de la gestión política exitosa, ni una forma normalizada de hacer política. En definitiva, que nos dé vergüenza vivir de esa forma.

Imagino aun que hay mucha mas gente que quiere dejar de aceptar dicho enfermizo mecanismo, que los que desean permitirlo, aceptarlo, o simplemente eligen no verlo.

Imagino que somos mayoría quienes desean cambiar el destino al que indefectiblemente nos dirigimos sin sentir vergüenza de vivir en y por la corrupción. Forma de vida que no incluye una forma republicana democrática para gobernarse.

Imagino que a muchos nos asombra lo que sucede. Nos asombran tanto las sentencias judiciales firmes de las condenas de tales conducta como la falta de acatamiento y  negación de tales decisiones judiciales firmes.

Imagino que son muchos los que hemos tomado consciencia de que el problema es grave. Que no se circunscribe a los “políticos”, a un gobierno determinado, tampoco a una maquinaria de prebendas basado en las necesidades de los que menos o casi nada tienen, especialmente Educación. Sino a toda una cultura.

Imagino que son pocos los que no toman consciencia de lo grave que es el desafío que enfrentamos. QuecComo vivimos, será difícil mantenernos en un Estado de Derecho y de Libertad.

¡Piensa bien y saldrá bien!

D.O.

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