Concédeme, Señor, una buena digestión, y también algo que digerir.

Santo Tomas Moro(1), canonizado por e Papa Pío XI en 1935, y declarado  patrono de los gobernantes y de los políticos en el año 2000 por el papa Juan Pablo II.

Dice  Juan Pablo II (2) que su figura es reconocida como fuente de inspiración para una política que tenga como fin supremo el servicio a la persona humana. Que entre las razones a favor de la proclamación de santo Tomás Moro como patrono de los gobernantes y de los políticos, esta la necesidad que siente el mundo político y administrativo de modelos creíbles, que muestren el camino de la verdad. Y que las promesas de una nueva sociedad, exigen con urgencia opciones políticas claras. Su vida nos enseña que el gobierno es, antes que nada, ejercicio de virtudes. Él vivió su intensa vida pública con sencilla humildad, caracterizada por su célebre «buen humor». La historia de santo Tomás Moro ilustra con claridad una verdad fundamental de la ética política.

El Papa Francisco, recientemente ha declarado que diariamente reza la oración de santo Tomas Moro al buen humor.

La oración dice:

Concédeme, Señor, una buena digestión, y también algo que digerir.

Concédeme la salud del cuerpo, con el buen humor necesario para mantenerla.

Dame, Señor, un alma santa que sepa aprovechar lo que es bueno y puro, para que no se asuste ante el pecado, sino que encuentre el modo de poner las cosas de nuevo en orden.

Concédeme un alma que no conozca el aburrimiento, las murmuraciones, los suspiros y los lamentos y no permitas que sufra excesivamente por ese ser tan dominante que se llama: YO.

Dame, Señor, el sentido del humor. Concédeme la gracia de comprender las bromas, para que conozca en la vida un poco de alegría y pueda comunicársela a los demás.

Así sea.

Piensa bien y saldrá bien!

D.O.

1. Por su indefectible integridad moral, la agudeza de su ingenio, su carácter alegre y simpático y su erudición extraordinaria, en 1529, en un momento de crisis política y económica del país, el rey Enrique VIII de Inglaterra le nombró canciller del Reino. Como primer laico en ocupar este cargo. Fiel a sus principios se empeñó en promover la justicia e impedir el influjo nocivo de quien buscaba los propios intereses en detrimento de los débiles. En 1532, no queriendo dar su apoyo al proyecto de Enrique VIII que quería asumir el control sobre la Iglesia en Inglaterra, presentó su dimisión. Se retiró de la vida pública aceptando sufrir con su familia la pobreza y el abandono de falsos amigos. Constatada su gran firmeza en rechazar cualquier compromiso contra su propia conciencia, el Rey, en 1534, lo hizo encarcelar en la Torre de Londres. Condenado, y  fue decapitado.
2. De la Carta de Juan Pablo II proclamando a santo Tomas Moro Patrono de gobernantes y políticos. En Roma, junto a San Pedro, el día 31 de octubre de 2000, vigésimo tercero de mi Pontificado. IOANNES PAULUS PP.II
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