“La manera que te tratas a ti mismo establece los parámetros de los demás para tratarte a ti”
Debemos tener en cuenta que valorarnos inadecuadamente puede llevarnos a situaciones que implican un grave riesgo para el bien-estar en la vida (trizteza, depresión, alcoholismo, uso indebido de fármacos, etc.) y que dañan más frecuentemente a las personas que no se creen merecedoras de la felicidad.
La autoestima es la capacidad que tenemos las personas de valorarnos a nosotros mismos en una justa medida. Aprender a apreciarse a uno mismo consiste en reconocer las virtudes que nos caracterizan y a un mismo tiempo saber asumir los defectos.
La clave de la autoestima reside en comprender que ningún ser humano es perfecto y que a la vez, en todos existe un potencial positivo por desarrollar. Reconocer cada uno de nuestros valores positivos es un esfuerzo de autonomía que nos permite formarnos una idea clara de nosotros y saber cuáles son nuestros mejores recursos para avanzar en la vida y resolver los problemas que debemos enfrentar.
El principal requisito es la sinceridad: saber cuáles son nuestras ventajas y desventajas reales nos permite situarnos en el mundo, orientar bien nuestros esfuerzos y tomar decisiones. Al mismo tiempo nos ayuda a saber que somos mucho más de lo que pueden pensar los demás.
¿Cómo te ves tú a ti mismo? ¿Qué piensas de tu aspecto y tu cuerpo? ¿Cómo consideras tus propias capacidades?, son preguntas que deberíamos hacernos para comenzar a reconocernos. También debemos cuestionarnos ¿Qué hacemos cuando tenemos en las manos algo muy valioso e importante? Seguramente que lo trataremos con mucha responsabilidad y cuidado. Eso mismo debe ocurrir con nosotros.
Sin duda, que a partir de que reconocemos nuestro valor como personas, nos cuidaremos y protegeremos para ser cada día mejor, conquistar nuestras metas y vivir nuestros sueños. En otras palabras, iremos adquiriendo cariño y control sobre nuestra propia persona.
Por el solo hecho de vivir nos merecemos todo lo mejor, y tenemos derecho a las máximas oportunidades. Una buena forma de comenzar es reflexionar respondiendo a la pregunta:
¿Me estoy valorando positivamente?.