El 22 de abril de 1985 se iniciaba el juicio a las juntas militares que habían gobernado el país durante la última dictadura, entre 1976 y 1983. El juicio culminaron con las condenas de los ex dictadores Jorge Rafael Videla, Emilio Massera, Roberto Viola, Armando Lambruschini, Raúl Agosti, Rubén Graffigna, Leopoldo Galtieri, Jorge Anaya y Basilio Lami Dozo. Y el doctor Julio César Strassera fue el fiscal que estuvo a cargo de llevar adelante la parte acusatoria durante el juicio.
Recuerdo que en aquella acusación el Dr. Strassera señaló, entre otros conceptos inolvidables, los siguientes:
“…Me acompañan en el reclamo más de nueve mil desaparecidos que han dejado, a través de las voces de aquellos que tuvieron la suerte de volver de las sombras, su mudo pero no por ello menos elocuente testimonio acusador. Empero, ellos serán mucho más generosos que sus verdugos, pues no exigirán tan solo el castigo de los delitos cometidos en su perjuicio. Abogarán, en cambio, para que ese ineludible acto de justicia sirva también para condenar el uso de la violencia como instrumento político, venga ella de donde viniere; para desterrar la idea de que existen “muertes buenas” y “muertes malas” según sea bueno o malo el que las cause o el que las sufra….”