Graduar alumnos dispuestos a continuar absorbiendo conocimiento, que sepan comunicar y con intención de inspirar a los demás.

apunta Gerry Garbulsky, organizador de TEDxRiodelaPlata.Aún hoy hay sociedades que sostienen que nada equipara a un título universitario en materia de prestigio, capital social y oportunidades. La universidad sigue siendo un canal de ascenso social.

Sin embargo, actualmente la universidad dejó de ser el único espacio posible para la generación, circulación y difusión del conocimiento. Ciertas prácticas pedagógicas basadas en la transmisión de conocimiento siguen vigentes, pero avanzan nuevas dinámicas de trabajo dentro y fuera de un aula

En forma paralela a las universidades tradicionales, coexisten distintos espacios alternativos de creación y difusión de ideas, que aprovechan el poder de las redes sociales  y postulan como método, la transdisciplina (que se puede definir como el atravesar y superar la propia disciplina),  y la capacidad de comunicar e “inspirar” a otros.

No se trata, por supuesto, de declarar fuera de juego a la universidad, sino de abrir espacios más horizontales y flexibles.

Se debe tener en cuenta que “El sistema educativo actual fue diseñado hace 300 años, con el espíritu de la revolución industrial y el objetivo de crear ciudadanos buenos, obedientes y productivos. El debate es qué capacidades, conocimientos y habilidades hay que desarrollar hoy para un mundo que todavía no sabemos cómo va a ser”, apunta Gerry Garbulsky, organizador de TEDxRiodelaPlata.

Hay acuerdo en que tenemos que formar a los chicos para poder ser creativos, colaborar, trabajar en grupos, navegar la complejidad y la ambigüedad, innovar, llevar esas ideas a la acción y comunicar”.

“Hace 500 años la innovación era inventar cosas. Hoy, la inmensa mayoría de las cosas nuevas provienen de recombinar elementos que ya están dando vueltas por ahí. Ser creativos hoy es animarnos a ensamblarlas de maneras originales para que puedan resolver un problema, mejorarle la vida a alguien”.

“Por eso, en el futuro vamos a tener que tener más visibilidad sobre el todo, y no ser especialistas en un área muy específica.” completa Garbulsky.

El hacer, abordado como experiencia necesaria para el aprendizaje, así como una concepción nada utilitarista de la formación personal – no estar en carrera para conseguir sólo un título que habilite a conseguir un trabajo,  sino a investigar en función de nuestras verdaderas inquietudes- son principios que rigen esta nueva era.

Hoy estos nuevos espacios de generación de creatividad o de generación de ideas que aporten valor, complementan la formación en la universidad u otros espacios de educación formal.

Pero al mismo tiempo, los desafían a renovarse, a integrar nuevos modos de enseñar y de acercar a los alumnos al conocimiento. Es responsabilidad de los educadores formales transformar a los alumnos en aprendices dispuestos a continuar absorbiendo conocimiento aún después de transcurrido el período de formación, en comunicar sus conocimientos.

Hoy el interés está mutando desde la “sabiduría transmitida”, hacia el “pensamiento ingenioso”. Desde el academicismo y la instrucción magistral del conocimiento, a una conversación entre grupos de pensadores, en la que el inicio esté en las preguntas que se están haciendo ya ellos mismos individualmente.  Desde los grupos de intelectuales literarios tradicionales, a un nuevo grupo de intelectuales sintetizadores, publicistas y comunicadores.

Piensa bien y saldrá bien!

D.O.

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