Para Reflexionar sobre el poder de la Sonrisa.

“El valor de la sonrisa”

de Frank Irvin Fletcher[1]

No cuesta nada, pero vale mucho.

Enriquece a aquel que la recibe

sin restar a aquel que la da.

Ocurre en un momento,

como un flash en la memoria,

pero su recuerdo dura toda la vida.

Crea felicidad en el hogar,

favorece el trato en las reuniones

y la cortesía entre los amigos.

Elimina el cansancio,

es amanecer del desánimo, crepúsculo de la tristeza

y el mejor antídoto natural para los problemas.

No puede ser comprada, suplicada, prestada ni robada,

pero es el bien más valorado de la Tierra

cuando se da sin pedir nada.

Cuando los demás están cansados

para darnos una sonrisa

démosles una de las nuestras.

Porque nadie necesita tanto una sonrisa,

que aquellos a quienes

ya no les queda ninguna para dar.


[1] Famoso publicista y escritor de anuncios. Famoso y reconocido. Tanto que en 1920, si, hace casi 100 años, cobraba 200.000 dólares al año por su trabajo.. Su publicidad y sistemas de venta eran totalmente contracorriente para la época. Frente a los anuncios esgrimiendo precio que exhibía la competencia, él utilizaba anuncios y sistemas en los que se realzaban las características y ventajas de sus productos, la calidad de ellos y creaba escenas y ambientes en los que el cliente pudiera interactuar con los productos, tocarlos, usarlos y desearlos. Las pocas veces que citaba el precio era después de toda una presentación de esas otras cosas que he citado.
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