Nos toca vivir en un mundo donde la tecnología de punta es cosa de todos los días y se nos plantea el reemplazo del trabajo realizado por el hombre por el trabajo realizado por herramientas tecnológicas.
Las fabricas inteligentes, que han superado a las automatizadas debido a la inteligencia artificial son verdaderos responsables de que la desocupación sea un problema para nuestro mundo globalizado, principalmente para trabajadores no especializados en su capacitación.
Si bien este proceso presentó situaciones parecidas durante la Revolución Industrial, nunca antes la tecnología ha ocupado un papel tan destacado en cuanto a la posibilidad cierta de eliminar e inventar tareas y ocupaciones.
Pero, además, nunca antes este fenómeno afecto a la misma generación. El cambio se ha producido en muy poco tiempo, y afecta fuertemente a una misma generación. Si consideramos a una generación como el periodo de tiempo o lapso que separa a padres e hijo, en los últimos 25 o 30 años una persona que se formó o capacitó para un modo de trabajo determinado, ahora se encuentra con que su formación no alcanza o no encaja en nuevo parámetros productivos, signo de ésta nueva revolución industrial o tecnológica.
Ha quedado en evidencia que el sistema educativo no se actualizó lo suficientemente rápido para acompañar el cambio tecnológico. Cambio que requiere de otras y nuevas habilidades que estén a la altura de los cambios del mundo productivo.
La era de la información meritoria, de la que los padres de los alumnos y jóvenes trabajadores de hoy son resultado de ese período, ya no es aplicable. Aquellos que pudieron acceder a la mejor información, y que guardaron la mayor cantidad de datos en su memoria, sumados aquellos que accedieron al mejor aprendizaje de un oficio, tuvieron la oportunidad de escalar en la vida laboral y profesional. Asistir a escuelas y universidades que brindaban la mayor cantidad de datos, permitía acceder a los mejores puestos de trabajo.
Pero, si bien la información basada en la acumulación de datos sigue siendo un factor clave de la supervivencia en el mundo, hoy ya no es suficiente. Se necesita algo más. Dada la difusión masiva de Internet y de otros recursos digitales, los datos que hasta ahora eran secretos celosamente guardados, y que solo estaban al alcance los principales centros de estudios, en la actualidad son perfectamente accesibles en cualquier rincón del planeta. Además el mundo actual, cambia profunda y rápidamente, y funciona totalmente interrelacionado.
Es evidente que en este nuevo contexto la mejor capacitación sigue siendo una condición necesaria, pero no suficiente para encarar este próximo siglo en las mejores condiciones respecto a las oportunidades laborales que se presentaran.
Hoy, por ejemplo, las carreras con mayor inserción laboral son hoy las tecnológicas. Pero, a su vez, la creación de empresas, el emprender nuevos proyectos aparece como uno de los principales motores de la generación de empleo.
El emprendedor aparece como el iniciador una nueva actividad con miras a convertirla en un negocio, que le permita conformar un emprendimiento sustentable para sí mismo, y además con posibilidades ciertas de crear nuevas formas de trabajo que reemplacen a las que van desapareciendo.
Ello supone llevar a cabo proyectos con espíritu de innovación, responsabilidad y por supuesto, autonomía.
Piensa bien y saldrá bien!
D.O.