La angustia está relacionada con las expectativas y se suprime eliminando las exigencias y permeneciendo atado al presente, que es lo único que tenemos.
No es fácil, pero toda la prédica de Jesús es una invitación a acabar con la angustia através del desapego. Cuando dice que hay que ser como los niños para entrar al reino de Dios hace referencia al desapego. ¿Qué es el reino de Dios’? Un mundo sin angustias, porque es sin expectativas, sin apariencias, sin pretender ser lo que no se es. Y está en la armonía de vivir en el presente y no con la atención puesta en el resultado del hacer aunque se trate de un hacer con el propósito de obtener un resultado. H. Maturana.