Por Anne O’Brien – 11 de Septiembre de 2013. http://www.edutopia.org/.
Las investigaciones más recientes han confirmado que las artes preparan a los estudiantes para el éxito en la escuela, el trabajo y la vida, al aumentar logros en matemáticas y alfabetización, el desarrollo de la creatividad y el pensamiento crítico, el fortalecimiento de la perseverancia, lo que facilita la comprensión intercultural y mucho, mucho más.
Como puntualizó el año pasado Nancy Flanagan[1]: Hay razones para estudiar las artes, sea la música, la pintura, la danza y el drama. Los beneficios subsidiarios del aprendizaje de las artes mejoran el desarrollo cerebral mejora, el procesamiento espacial / visual / temporal, la memoria y la atención, la coordinación física, la disciplina personal y el trabajo en equipo.
El valor intrínseco de las artes y su rol en nuestra vida cotidiana y la sociedad – y laimportancia de ayudar a los jóvenes a entender y apreciar dicho rol y su valor valor – no debe ser pasado por alto por los educadores. Y para el caso de momentos de decisiones presupuestarias difíciles en las instituciones educativas, para asegurar que la enseñanza de las artes sea una parte vital del sistema de educación pública, se deben tener presente también los beneficios más tangibles de la educación artística. Y uno de los beneficios que puede resultar particularmente poderoso para ayudar a cambiar la prioridad de la educación artística, es su potencial para cerrar la brecha o diferencia en el rendimiento académico de los alumnos.
Un informe de 2012 del Fondo nacional de las Artes[2] mostró que, en casi todos los indicadores estudiados, un estudiante de bajo nivel socioeconómico[3], con una experiencia educativa de las artes en alto nivel, superaron significativamente a sus compañeros que al mismo tiempo experimentaron un bajo nivel de enseñanza de las artes. Los estudiantes con antecedentes de bajo nivel, cerraron (y en algunos casos eliminaron) la brecha que suele existir entre los estudiantes de bajo niel socioeconómico y sus compañeros más favorecidos en tal sentido.
Las artes no sólo impactan sobre los resultados de las evaluaciones estandarizadas, sino que muestran, por ejemplo, que los estudiantes de octavo grado que tienen un compromiso alto con las artes también tienen mayor nivel en ciencia y en expresión escrita que aquellos que no lo hacen. Estos estudiantes de secundaria tienen mejores promedios que sus pares de bajo nivel socioeconómico (y en algunos casos, de todos los estudiantes).
Pero además los resultados de dicho estudio arrojó que estos estudiantes tuvieron más probabilidades de graduarse de su escolaridad secundaria: Sólo el 4% no se graduó de la escuela secundaria, en comparación con EL 22% de sus pares de bajo nivel socioeconómico con experiencias educativas de bajo nivel en las artes.
Tuvieron más probabilidades de terminar la universidad: el 71% asistió a la universidad después de la escuela secundaria, comparado con el 48% de sus pares con experiencias bajas en el aprendizaje de las artes. Y el 18% de los éstos estudiantes que experimentaron alto nivel de aprendizaje en las artes que comenzaron la universidad logró un título de licenciatura y el 24% logró un título asociado, en comparación con 6% y 10%, respectivamente, de los estudiantes con experiencias de bajo nivel en las artes.
Y asimismo además eran más propensos a registrarse para votar y ejercer sus derechos políticos (en los EE.UU no es obligatorio ejercer el derecho del voto) que los de bajo nivel en artes.
En concreto los estudios realizados arrojaron como resultado que los entornos educativos de alto nivel de enseñanza de las artes aparecen especialmente significativos para los estudiantes desfavorecidos, ofreciendo una posible estrategia que las escuelas pueden utilizar para hacer frente a sus diferencias en el rendimiento.
Por supuesto, la educación artística no puede cerrar la brecha en el rendimiento si los estudiantes de bajos ingresos no tienen acceso a ella. Y por desgracia, los estadísticas también sugieren que una brecha de oportunidades existe, con estudiantes de bajos ingresos menos probabilidades de tener acceso a la educación artística que sus pares mayores ingresos.
Mientras que actualmente el 95% de las escuelas primarias de zonas de bajo nivel económico ofrecen instrucción musical semanal, en otras áreas como la artes plásticas, la, el drama y la danza, los estudiantes de bajos ingresos están perdiendo el acceso a las artes.
Por ejemplo, sólo el 59% de las escuelas primarias tiene una sala dedicada con un equipo especial como el espacio principal para la enseñanza de las artes visuales. Parece razonable suponer que una escuela con una sala dedicada a las artes puede ofrecer lecciones de mayor calidad en pintura, cerámica y otras artes visuales que aquel en el que un profesor debe llevar suministros de habitación en habitación y tal vez carece de fácil acceso al agua para la limpieza, y espacio de almacenamiento adecuada para los proyectos terminados.
El mensaje general entonces es que los estudiantes de bajos ingresos podrían beneficiarse mucho de una experiencia educativa de alto nivel en artes, pero la realidad determina que son menos beneficiados que sus pares más ricos.
¿Qué pueden hacer los educadores al respecto?: Además de abogar por la educación en la música, el teatro, la danza y las artes visuales para todos los alumnos – y para los estudiantes de bajos ingresos en particular, – los educadores pueden trabajar para integrar las artes en las escuelas y en las aulas. Aunque la integración de las artes no es un sustituto para el tiempo dedicado al estudio del arte por el arte, tiene muchos beneficios para todo tipo de alumnos, incluyendo el aumento de la participación de los estudiantes y de su rendimiento académico. Hay muchos ejemplos de escuelas que han integrado con éxito las artes a través del currículo, donde un enfoque basado en la integración de las artes a ayudar a aumentar el rendimiento estudiantil.