Si partimos de las siguientes dos afirmaciones: Que todos nacemos con profundas capacidades naturales para la creatividad. Y que los sistemas de educación de masas tienden a suprimirlos. Surge entonces como urgente cultivar estas capacidades para ser creativos – por razones personales, económicas y culturales – y además repensar los enfoques dominantes sobre la educación para asegurarnos de que lo hacemos.
Los sistemas dominantes de la educación mundial se basan en tres principios o supuestos que son exactamente lo contrario de cómo las vidas humanas viven en realidad. En principio, promueven la normalización manteniendo una visión estrecha de la inteligencia, cuando los talentos humanos son diversos y personales. Luego, promueven el cumplimiento y la obediencia, cuando al progreso y los logros de la cultura dependen del cultivo de la imaginación y la creatividad. Y además, son lineales y rígidos, cuando el curso de cada vida humana, es orgánica e impredecible.
Pero a medida que el ritmo de cambio continúa acelerándose, la construcción de nuevas formas de educación no es una fantasía romántica: sino que es esencial para la realización personal y para la sostenibilidad del mundo que estamos creando ahora.
Cada hombre, mujer y niño necesita saber y entender que la economía mundial ha cambiado. Que es una economía que requiere creatividad, imaginación e innovación. Y que hay una tendencia en tal sentido dando forma a nuestro mundo y nuestra fuerza de trabajo como nunca antes.
Por lo tanto no debiera haber dudas de la necesidad de convertir a los trabajadores en creativos e innovadores para que puedan unirse al mercado de trabajo del siglo 21.
Como tampoco de que el cerebro se nutre a través de las artes. La mayoría de neurocientíficos, psicólogos, educadores están descubriendo que las artes ayudan a nutrir el hemisferio derecho del cerebro, base para crear las nuevas habilidades de pensamiento que conducen a la creatividad.
De hecho, cada vez es más evidente que las iniciativas artísticas serán las señales de identidad de las escuelas y universidades más exitosas del sigo XXI. El arte, en cualquiera de sus expresiones ya no es tratado como un adicional, sino que es esencial para estimular la creatividad y la innovación que resultará crucial para los jóvenes que compitan en un mundo global.
¿Estamos atentos como educadores, a la capacidad natural de nuestros niños para la creatividad? ¿Les ayudamos a descubrir sus talentos naturales? ¿Les permitimos desarrollarlos?
Hagamos un esfuerzo positivo en tal sentido. Será una herramienta indispensable para vivir en el mundo que les toca.
D.O.
Fuente: “Do Schools kill creativity?”.
http://www.huffingtonpost.com/john-m-eger/nsf-arts-grant_b_2208522.html?ir=TED+Weekends&ref=topbar