“Sólo sentiremos pesar al hacer algo incorrecto cuando el valor en cuestión es parte de nuestro ser”
Se define habitualmente a los valores como convicciones profundas de los seres humanos de que algo es preferible y digno de aprecio, que determinan su manera de ser y orientan su conducta.
A lo largo de su vida, las personas adhieren a valores de distinto tipo, lo cual es parte de su desarrollo y libertad personales. Y también permanentemente en nuestra vida diaria reaccionamos de manera positiva o negativa frente a lo utilizamos, vemos , hacemos u oímos. Decir que valoramos una cosa (objeto, conductas, personas) es asumir actitudes positivas o negativas frente a ellas.
Por ejemplo elegir la solidaridad frente a la indiferencia, la justicia frente al abuso, el amor frente al odio, es valorar, pero además y según esa valoración que hacemos, vamos conformando una manera de ser, toda vez que los valores de una persona están directamente relacionadas con sus actitudes y conductas.
Si los valores son las creencias o convicciones que tiene una persona para preferir una cosa sobre otra, su actitud será la disposición a actuar de acuerdo a ellos. Y a su vez las actitudes se expresarán en sus comportamientos y opiniones (conductas) que se manifiestan de manera espontánea.
Entonces, los valores más importantes de la persona formarán parte de su identidad y orientarán sus decisiones frente a sus deseos e impulsos.
Ahora bien, cada persona construye su propia escala de valores. Esto quiere decir que las personas preferimos unos valores a otros. Y a su vez los valores se jerarquizan por criterios de importancia, y también el nivel de importancia de los valores dependerá de cada persona en particular.
Ello es así toda vez que los valores se aprenden desde la temprana infancia y cada persona les asigna un sentido propio, de acuerdo a sus experiencias, conocimientos previos y según su desarrollo intelectual y emocional, construye un sentido propio de los valores.
Por ello, aunque a todos nos enseñen que la honestidad es algo deseable, y aunque todos lo aceptamos como cierto, la interpretación que haremos de este valor, el sentido que le encontraremos en nuestra vida, será diferente para cada persona.
Además los valores y su jerarquización pueden cambiar a lo largo de la vida. Porque los valores están relacionados con los intereses y necesidades de las personas a lo largo de su desarrollo. Los valores de los niños pequeños están definidos en buena medida por sus necesidades de subsistencia y por la búsqueda de aprobación de sus padres: sustento biológico, y amor filial. Los jóvenes guían sus valores personales por su necesidad de experimentación y autonomía, amistad, libertad. Mientras que en la edad adulta se plantean nuevas prioridades: salud, éxito profesional, responsabilidad. Asimismo, algunos valores permanecen a lo largo de la vida de las personas.
muy impresionante todo me gusto mucho