El hombre y la sociedad.
AQUÍ REUNIDOS
«El idioma de los romanos, quizá el pueblo más político que hemos conocido, empleaba las expresiones “vivir” y “estar entre los hombres” o “morir” y “cesar de estar entre los hombres” como sinónimos» (H. Arendt, La condición humana).
El primer paisaje que vemos los hombres al nacer es el rostro y el rastro de otros seres como nosotros. Llegar al mundo es llegar a nuestro mundo, al mundo de los humanos. Estar en el mundo es estar entre humanos, vivir en sociedad.
Esa sociedad que nos rodea, que nos irá también dando forma (formará los hábitos de nuestra mente y las destrezas o rutinas de nuestro cuerpo) no sólo se compone de personas, objetos y edificios. Está compuesta de lenguaje (el elemento humanizador por excelencia), de memoria compartida, de costumbres, de leyes…; Hay obligaciones y prohibiciones, premios y castigos. La sociedad guarda mucha información. Y nuestros cerebros humanos, empiezan a tragar desde pequeñitos toda la información que pueden, digiriéndola y almacenándola. Vivir en sociedad es recibir constantemente noticias, órdenes, sugerencias, chistes, súplicas, tentaciones, insultos… y declaraciones de amor.
La sociedad nos excita, nos estimula; pero la sociedad nos permite, además, relajarnos, sentirnos en terreno conocido: nos ampara. La sociedad se supone que está pensada por hombres como nosotros y para hombres como nosotros: podemos comprender las razones de su organización y utilizarlas en nuestro provecho. Digo «se supone» porque a veces en la sociedad hay cosas tan incomprensibles y tan mortíferas como las peores de la jungla o del mar. Probablemente los judíos hospedados por los nazis en campos de concentración o los muchos que hoy padecen los horrores horrores de la guerra y de la persecución (política, religiosa, la que sea) no se imaginarían más desdichados en pleno desierto o en una isla remota, batida por tempestades.
Sin embargo, sigue siendo cierto que lo más natural para vivir como hombres es precisamente la sociedad. No se trata de elegir entre la naturaleza y la sociedad, sino de reconocer que nuestra naturaleza es la sociedad. En el bosque o entre las olas podemos llegar a sentirnos a veces (por un cierto tiempo) a gusto; pero en la sociedad nos sentimos a fin de cuentas nosotros mismos. Por lo tanto debemos asumir una primera contrariedad: la sociedad nos sirve, pero también hay que servirla. Cada una de las ventajas que ofrece (protección, auxilio, compañía, información, entretenimiento, etc..) viene acompañada de limitaciones, de instrucciones y exigencias, de reglas de uso: de imposiciones. Me ayuda pero a su modo, sin preguntarme cómo preferiría yo en particular ser ayudado. Y la mayoría de las veces, si me opongo a sus imposiciones o rechazo su ayuda, me castiga de un modo u otro.
En una palabra: siempre estoy comprometido con la sociedad, más comprometido a menudo de lo que yo quisiera. Cuando uno se da cuenta de esto (en la niñez instintivamente primero y luego, de modo más consciente, en la adolescencia) siente irritación y ganas de rebelarse. Yo no he inventado todas esas reglas y obligaciones ni nadie me ha pedido mi opinión sobre ellas: ¿por qué tengo que respetarlas? ¿De dónde vienen? ¿Pueden ser cambiadas de forma que resulten más a mi gusto?
Llegamos a uno de los puntos importantes de este asunto. Atención: las leyes e imposiciones de la sociedad son siempre convenciones. Por antiguas, respetables o temibles que parezcan, no forman parte inamovible de la realidad (como la ley de la gravedad, por ejemplo) ni brotan de la voluntad de algún dios misterioso, han sido inventadas por hombres, responden a designios humanos comprensibles (aunque a veces tan antiguos que ya no seamos capaces de entenderlos) y pueden ser modificadas o abolidas por un nuevo acuerdo entre los humanos.
Por supuesto, no debes confundir las convenciones con los caprichos, ni creer que lo «convencional» es algo sin sustancia, que puede ser suprimida sin concederle mayor importancia. Algunas convenciones (llevar corbata para poder entrar en cierto restaurante) expresan solamente prejuicios bastante tontos, es verdad, pero otras (no matar al vecino o ser fiel a la palabra dada, por ejemplo) merecen un aprecio muchísimo mayor. Muchas convenciones tienen efectos decisivos sobre nuestras vidas y sin ninguna convención en absoluto no sabríamos vivir.
Ahora bien, ¿No te has preguntado nunca por qué, no obstante tales convenciones, los hombres vivimos de una manera tan complicada? ¿Por qué no nos contentamos con comer, aparearnos, protegernos del frío y del calor, descansar un poco… y vuelta a empezar? ¿No hubiera bastado con eso?
Nunca los hombres se limitan a dejarse vivir: Es evidente que lo propio de los humanos es una especie de inquietud que los demás seres vivos parecen no sentir. Tenemos un cerebro enorme que se alimenta de información, de novedades, de mentiras y de descubrimientos, y en cuanto decae la excitación intelectual, a fuerza de rutina, los más inquietos comienzan a buscar nuevas formas de estímulo. A uno le da por subir a una montaña inaccesible, éste quiere cruzar el océano para ver qué hay al otro lado, el de más allá se dedica a inventar historias o a fabricar armas, otro quiere ser rey y nunca falta el que sueña con tener todas las mujeres para él solo. La inquietud nunca falta y siempre crece.
Es que las sociedades humanas no se contentan con la supervivencia, como en las sociedades de animales, sino que ansían la inmortalidad. El grupo social, a diferencia de los individuos, se presenta como lo que no puede morir. Aristóteles dijo que somos «animales ciudadanos», seres de naturaleza política, es decir, seres de naturaleza… un poco sobrenatural.
TP N° 1
¿El hombre necesita de la sociedad para ser humano ?
– Relacionar el texto con las siguientes palabras: Ser humano, sociedad, convención, soledad, supervivencia.
El hombre necesita de la sociedad para ser humano, y de paso está bien decir que ya al nacer estamos con otros rostros
humanos, en una sociedad por lo que la soledad ya queda descartada desde el momento en que nacemos (claro que hay excepciones,
como en un parto en el que la madre fallece por ejemplo y que no haya nadie cerca para cuidar al bebé). Por mas que nos queramos
separar de la sociedad y vivir de forma natural, nos sería imposible dado a que la sociedad se ha convertido en nuestra forma natural de
vivir nuestras vidas. Un claro ejemplo es pensar en qué haría un bebé recién nacido si estuviera abandonado solo en un lugar por más que
tenga todas las cosas necesarias para sobrevivir. El bebé seguramente moriría al muy poco tiempo por la falta de comida o por no
poder defenderse ante el ataque de algún animal. Volviendo al tema, vivir en una sociedad no significa sólo aprovecharse de sus beneficios,
sino que también se debe complir con una serie de obligaciones y reglas. Pero estas reglas no son un capricho humano, sino que son
completamente necesarias y convencionales. Sin ellas la sociedad estaría en un completo caos, similar a una anarquía en donde todos
hacen lo que quieren y nadie puede contradecirlos.
GRACIAS FRANCIS!
Muy interesante tu aporte.
Solo quiero opinar sobre tus conceptos: que la sociedad no se ha convertido en nuestra forma natural de vivir. Sino que vivimos porque somos seres sociales en sociedad.
Abrazo Grande!
Daniel Olguin.
Trabajo de Investigación Nº1
Tema: La necesitad de vivir en sociedad
1-
Es fundamental para el SER HUMANO y es la naturaleza de éste nacer, vivir y morir en SOCIEDAD. Decimos esto porque el hombre no sería capaz de sobrevivir si no está en sociedad, no somos capaces de sobrevivir por nuestra cuenta como los animales y es por eso que desde niños aprendemos a vivir en sociedad. Por supuesto que este tipo de vida nos lleva a las diferentes CONVENCIONES, tal como puede ser vestirse formalmente para ir a un casamiento (lo cual está más conectado con las costumbres) o como podría ser el caso de abstenerse a hacer lo incorrecto (que está más conectado con la ética). Por más que a cualquiera de nosotros nos parezca absurdo y en momentos queramos romper las reglas, estos factores de la sociedad son los que nos ayudan en nuestra SUPERVIVENCIA, en nuestra organización, y si no fuera por ello el humano “viviría” en SOLEDAD. (pongo viviría entre comillas porque el hombre no es capaz de vivir en soledad).
2- Creo que luego del texto he dejado en claro que el humano necesita de la sociedad para poder vivir. Como decía el texto del Capitulo Primero las convenciones, costumbres , enseñanzas, se fueron formando a través del tiempo y fueron formando al hombre. Es por eso que creo que el hombre no necesita de la sociedad para ser humano, si no que uno ya nace humano y necesita de la sociedad para socializarse, (el proceso por el cual el individuo es absorbido por la sociedad).
El hombre necesita de la sociedad para ser humano porque un hombre no puede sobrevivir al mundo sin tener otro ser humano al lado, por ende si ya hay más de un ser humano junto se puede decir que ya hay una sociedad. el hombre por lo menos necesita ser criado en sociedad para poder sobrevivir, pero si el hombre es criado en sociedad y decide aislarse para poder estar en soledad va a poder sobrevivir igual porque en este caso el ser humano va a poder sobrevivir sin problema ya que tiene por lo menos una base en una sociedad.
El hombre si necesita de la sociedad para ser humano. Hay muchas razones para explicarlo. Un ejemplo es el siguiente: estar en el mundo es estar entre humanos, vivir en sociedad. Cuando una persona nace, inmediatamente pasa a ser parte de la sociedad, y esta le va dando forma a la persona. La sociedad nos excita, nos estimula, pero al mismo tiempo nos permite relajarnos, sentirnos en terreno conocido. Esto se debe a que la sociedad esta pensada por hombres como nosotros y para hombres como nosotros.
Otra razón por la cual el hombre necesita de la sociedad para ser humano, es que nuestra naturaleza (la del hombre) es la sociedad. Una persona puede sentirse a gusto por un cierto tiempo viviendo en soledad en la naturaleza (en el bosque por ejemplo), pero en la sociedad nos sentimos nosotros mismos.
Esta sociedad que nos sirve, que nos permite ser humanos, también hay que servirla. Cuando uno se da cuenta que siempre esta comprometido con la sociedad, siente ganas de rebelarse por que comienza a preguntarse por que tiene la obligación de cumplir las reglas que la sociedad le pone; cuando él no las había inventado ni dado su opinión acerca de estas. Pero lo que el hombre tiene que entender, es que las leyes e imposiciones de la sociedad son siempre convenciones. Han sido inventadas por hombres para el bien de la sociedad, el bien de todos. Hay convenciones que expresan solamente prejuicios tontos, y hay otras que merecen un aprecio mucho mayor por que llegan a tener efectos decisivos sobre nuestras vidas. Sin ninguna convención en absoluto no sabríamos vivir.
Lo propio de los seres humanos es una especie de inquietud que los demás seres vivos parecen no sentir. Tenemos un cerebro enorme que esta constantemente alimentándose de información, de novedades, y en el momento que cae la excitación intelectual, a fuerza de rutina, los más inquietos comienzan a buscar nuevas formas de estímulo. La inquietud es algo que nunca falta y siempre crece. Por ultimo podemos afirmar que las sociedades humanas no se contentan con la supervivencia (como en el caso de los animales), sino que ansían la inmortalidad.
Trabajo de Investigación N° 1: La Necesidad de vivir en Sociedad
Escuela: Sworn College
Profesor: Daniel Olguín
Alumno: Darío González Da Silva
Fecha: 19/4/2012
La mayoría de la gente hoy en día sostiene la teoría de que el Hombre no podría vivir de otra forma que no sea en sociedad. En este ensayo vamos a analizar la teoría de que el hombre no podría vivir de otra forma que no sea en sociedad, por lo cual esta afirmación no solo es cierta, sino que también acertada. Para empezar las personas necesitan de dos padres para nacer, primero vamos a plantear un caso hipotético en el cual un individuo apareció espontáneamente, o bien sus padres lo abandonaron en el medio del bosque. El ser humano, a diferencia del resto de los animales, no cuenta con instinto, es decir, que no sabe hacer prácticamente nada si no se lo enseñan, con lo cual, un ser humano que no viviera en sociedad se moriría de hambre y no lograría vivir ni un solo día. La sociedad también brinda otro tipo de comodidades con la intención de que la vida no sea simplemente supervivencia. Por ejemplo, presenta protección, a través de una convención de todos los miembros de una sociedad. Para finalizar este ensayo, se dice, que científicamente esta comprobado que un ser humano no puede vivir en soledad y no podría sobrevivir en soledad ya que no se le puede enseñar y por lo tanto no puede copiar nada de nadie. El ser humano necesita de otro ser humano para sobrevivir o bien que le enseñe a sobrevivir.