¡Preparémonos para las fiestas! Regalemos un “Bastón del Habla”
Las fiestas son una fuente de alegría, pero también puede ser una fuente de tensión familiar. Puede ser que compartamos la cena con un pariente con el que nunca nos hemos llevado bien y que no nos hemos visto durante todo un año por nuestras diferencias. Puede ser que la sola presencia de ese familiar produzca una discusión, reflote un conflicto, o nos determine que la pasemos mal nuestra noche buena.
Si tememos estos encuentros, este año regalemos a los miembros de nuestra familia un regalo especial: un “Bastón del habla”.
Entre los nativos americanos, el “Bastón del habla” es una antigua tradición. Mientras una persona sostiene el Bastón, los demás deben permanecer en silencio. No se lo puede interrumpir hasta que el orador se siente escuchado y comprendido. No se trata de ganar una vieja discusión o de nuevos argumentos sobre viejos conflictos, sino de escuchar la historia y de la comprensión del corazón de una persona.
El mejor regalo que puede dar a otra persona es el “don de entendimiento o de la comprensión”. Por lo tanto demos el regalo de la comprensión esta Noche Buena.
En primer lugar , regalemos un “Bastón del habla”. Este día de fiesta, buscar una oportunidad de llevar su relación a un lado y darle a esa persona la oportunidad de hablar sólo con nosotros. Ya sea que utilicemos un palillo real o no, sigamos estas sencillas instrucciones.
Primero: Bastará con escuchar. En una situación de conflicto, solemos pensar en impugnaciones y respuestas mientras que la otra persona habla. Como resultado, realmente no podemos escuchar a los demás. La voz interior ahoga a la voz de la otra persona. Si nuestra meta es construir una relación, no de ganar una discusión, podemos relajarnos y escuchar la historia de la otra persona.
Luego: No nos defendamos. Si oímos cosas que nos molestan, resistamos la tentación de contraatacar. Nuestros objetivos es entender la historia de la otra persona, no justificar nuestra propia historia. Una familia no es una competencia, y nadie tiene que “ganar”. Una familia no se trata de sumar puntos sobre el otro.
También: Asegurémonos de que la otra persona se sienta comprendido. Si no interrumpimos o enviamos señales no verbales negativas, poco a poco a la otra persona va a empezar a relajarse con nosotros. Al final siempre gana un oído que escucha un corazón. Simplemente escuchar es el comienzo del largo camino hacia la transformación de una relación rota.
Finalmente: Ir hacia una tercera alternativa. Si hay un problema, no insistamos en mantener nuestra postura. Eso no significa que debamos seguir la postura del otro. Sino que Juntos podemos llegar a una tercera forma de ver la cuestión, una forma más alta y mejor. Casi siempre hay una alternativa tercero en cualquier conflicto.
Podemos preguntar por ejemplo: “¿Y si pudiéramos pasar a una tercera alternativa, una nueva y mejor manera de resolver este problema de lo que hemos pensado antes?”. El otro, si se siente comprendido, seguramente estará dispuesto.
Ir por una tercera alternativa a la nuestra y la del otro, drena la mayor parte de la energía negativa de un conflicto, porque ya no estamos interesados en la lucha. Estamos interesados en pasar a algo mejor, más alto y más rico.
¡Lo más importante es que estamos construyendo una mejor relación con nuestros seres queridos!
Fuente: S. Covey
http://www.huffingtonpost.com/stephen-r-covey/happy-holidays-dealing-wi_b_1144429.html