todo ahora porque ahora ya es mañana
Y mañana ya va a ser pasado
Si no compra todo, seguro lo compra otro
Y después, seguro se lamentará
Todo ‘on sale’, aproveche que sale temprano
Y sin más demora
Sino compra ahora, va a caer en bancarrota
Espiritual, Intelectual y Emocional! *
Zygmunt Bauman** dice que es fuerte la creencia de que hay un vínculo íntimo entre la felicidad y el volumen y la calidad del consumo. Y que uno de los efectos fundamentales de equiparar la felicidad con la compra de los artículos que se espera generen felicidad, consiste en eliminar la posibilidad de que este tipo de búsqueda de la felicidad llegue algún día a su fin.
Porque en realidad, la búsqueda de esta felicidad nunca se acabará, puesto que su fin equivaldría al fin de la propia felicidad. Entonces, al no ser alcanzable ese estado de felicidad, sólo la persecución de este objetivo (solo comprar ciertos artículos) puede mantener felices a los corredores que la persiguen.
Una consecuencia de tal creencia es que todas las estrategias comerciales se basan en ese vínculo entre felicidad y consumo. Por lo tanto son los mercados los que se encargan de que la búsqueda de esa felicidad nunca termine.
Ellos hacen que los objetivos de la búsqueda (los bienes deseables que consumimos porque estimamos que nos harán felices) nunca se terminen y se reemplacen unos a otros con velocidad asombrosa.
Los jóvenes son los que más creen y se involucran en este vínculo íntimo entre bienes y felicidad. Y cada vez más temprano aprenden a confiar en la sabiduría de los mercados. Confían en que los productos que están expuestos en las estanterías de los negocios tienen una garantía absoluta de aprobación pública y reconocimiento social. Y que son esos productos y no otros los que necesitan porque no dudan de que los harán felices (por algo están en el shopping).
Pero además aprenden que lo que aparece hoy ya no estará unos días después. Y por lo tanto para estar en la cresta de la ola de la aceptación social, al día y a la moda, deben asistir casi sin inerrupción al shopping.
Y pareciera, que a no ser que encuentren una etiqueta, un logo o una tienda en los que puedan confiar, se sienten confusos y tal vez perdidos. Etiquetas, logos y tiendas son los únicos refugios de certidumbre, y son los términos del lenguaje de reconocimiento social. Y etiquetas, logos y marcas, hacen que sean lo que esperan ser, y que ahora llaman identidad.