Donde deberíamos buscar la felicidad.

Bertrand Russell* dice al respecto: “…disfruto de la vida, y principalmente se debe a que me preocupo menos por mí mismo. Poco a poco aprendí a ser indiferente a mí mismo y a mis deficiencias; aprendí a centrar la atención, cada vez más, en objetos externos: el estado del mundo, diversas ramas del conocimiento, individuos por los que sentía afecto. Es cierto que los intereses externos acarrean siempre sus propias posibilidades de dolor: el mundo puede entrar en guerra, ciertos conocimientos pueden ser difíciles de adquirir, los amigos pueden morir. Pero los dolores de este tipo no destruyen la cualidad esencial de la vida, como hacen los que nacen del disgusto por uno mismo. Y todo interés externo inspira alguna actividad que, mientras el interés se mantenga vivo, es un preventivo completo del  ennui**. En cambio, el interés por uno mismo no conduce a ninguna actividad de tipo progresivo. La disciplina externa es el único camino a la felicidad para aquellos desdichados cuya absorción en sí mismos es tan profunda que no se puede curar de ningún otro modo.”

La búsqueda de felicidad puede centrarse en preocuparnos de nuestro propio bienestar o en preocuparnos del bienestar de otros. Pero en realidad coincido en que las dos alternativas no son necesariamente contradictorias, y que pueden funcionar de forma simultánea, con poco o ningún conflicto o choque.

Preocuparse por el bienestar del otro, ser bueno para otro, también potencia el sentido de la bondad y por tanto, presumiblemente, la felicidad del sujeto bondadoso.

*Bertrand Rusell. Filósofo y matemático inglés, (1872-1970) nació en Trelleck (Gales) y murió en Penrhyndeudraeth (Gales). En 1950 obtuvo premio Nobel de Literatura de la Academia Sueca. Preocupado por los peligros de la guerra nuclear, fue detenido en 1961 por fomentar manifestaciones públicas contra las pruebas nucleares; esta misma preocupación le llevó a desencadenar una intensa labor pacifista creando a este fin la fundación ” Bertrand Russell” en 1963.  En 1966 fundó el llamado Tribunal Russell (integrado por Sartre, Carpentier, Weiss y otros intelectuales), para juzgar los crímenes de guerra cometidos en Vietnam.
**El vocablo Ennui grafica con su breve sonido el aburrimiento, el hartazgo, el hastío, el desinterés, el fastidio, el tedio, la insatisfacción, el desencanto, todas causas que pueden hacernos infelices.
Esta entrada fue publicada en La Felicidad. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *