La visión debe ser gobernada por la conciencia.
Quienquiera que verdaderamente haya hecho un cambio en el mundo, para bien o para mal posee tres atributos: visión, disciplina y pasión. Pero sólo cuando la conciencia gobierna la visión, la disciplina y la pasión, el liderazgo perdura y cambia el mundo para bien. O sea para algo que “eleva” y que “perdura”. En cambio, si la conciencia no gobierna la visión, la disciplina y la pasión, el liderazgo no perdura y tampoco perduran las instituciones creadas por él.
Por ejemplo, la visión, la disciplina y la pasión de Gandhi estaban gobernadas por su conciencia, que las puso al servicio de su causa y de la gente. Además él carecía de autoridad formal y sólo tenía autoridad moral, y fue el padre y fundador del segundo país más grande del mundo.
En cambio, cuando la visión, la disciplina y la pasión estángobernadas por una autoridad formal sin conciencia ni autoridad moral, también cambian el mundo, pero no para bien, sino para mal. En lugar de elevar, destruyen; en lugar de perdurar, se acaban extinguiendo. Hitler, tuvo visión, disciplina y pasión, pero estaba gobernado por el ego, y la falta de conciencia supuso su caída.