“Cuando avances en la vida verás un gran abismo. Salta; no es tan ancho como crees” aconsejaban los indios americanos a sus jóvenes en su rito de iniciación como adultos y guerreros.
En su obra “Reflexiones sobre la vida” Joseph Campbell*, nos dice que no podemos curar el mundo, pero podemos decidir vivir en alegría.
Cuando hablamos de arreglar los problemas del mundo, estamos descortezando el árbol que no debemos. Porque el mundo es perfecto así como es. Es un caos, siempre ha sido un caos. Y no lo cambiaremos.
Nuestro trabajo sería entonces “enderezar nuestras vidas”, no cambiar el mundo. El mundo es buen oponente para nosotros. Pero, nosotros somos buenos oponentes para el mundo. Porque las oportunidades de encontrar poderes más profundos dentro de nosotros aparecen cuando la vida parece más difícil. Cuando el mundo parece oponérsenos.
Por otra parte, negarnos al dolor y a la ferocidad de la vida es negarse a la vida misma. Si vivimos en realidad es por la experiencia de la vida, y tanto el dolor como el placer. Lo que deberíamos que hacer es decir “sí” a la vida. Participando con goce en las penas del mundo.
En realidad, es vivir una aventura individual. Entrar a un bosque, en el punto más oscuro, donde no hay sendero. Porque donde ya hay camino o sendero, es un sendero ajeno, y por lo tanto no estamos en nuestro propio y seguro sendero. Seguir el camino de otros no ayuda a realizar nuestro potencial.
No debemos temer a ingresar en el nuevo y desconocido sendero. Puede resultar ser la fuente de lo que estamos buscando. Aún si tropezáramos, puede resultar que ahí se halle un tesoro.
Debemos siempre estar dispuestos a deshacernos de la vida que hemos planeado con el fin realizar la vida que nos espera.
* Reflexiones sobre la vida / Joseph Campbell. Ed Emecé, BsAs, 2001.
*** Joseph Campbell (Nueva York, 26 de marzo de 1904 – Hawaii, 31 de octubre de 1987). Profesor estadounidense, orador, historiador de las religiones, filósofo, famoso sobre todo por sus estudios en el campo de las religiones y de mitología comparada. Campbell se dedicó desde muy joven a investigar la importancia de los mitos en el comportamiento individual y colectivo del hombre. Considera al mito como instrumento fundamental para interpretar la realidad, enriquecer la experiencia vital y comprender los oscuros y atemorizantes abismos de existencia, como semilla de todas las religiones que, en su diversidad, expresan distintas metáforas de un mismo prurito de explicar lo inexplicable. Es autor de “El héroe de las mil caras y Las máscaras de Dios”. La obra de Campbell inspiró muchos de los grandes mitos del mundo contemporáneo, de manera especial aquellos creados por la cultura cinematográfica: La Guerra de las Galaxias