Nacemos con grandes talentos naturales, aunque a medida que pasamos más tiempo en el mundo perdemos el contacto con muchos de ellos. El resultado es que hay demasiada gente que nunca conecta con sus verdaderos talentos naturales y, por tanto, no es consciente de lo que en realidad es capaz de hacer. Por lo tanto son muchas las personas que carecen de una verdadera percepción de sus talentos individuales y lo que les apasiona. Que no disfrutan de lo que hacen, pero que tampoco tienen idea de lo que les satisfaría.
En todas partes hay estudiantes que se preguntan qué harán en el futuro y que tampoco saben por dónde empezar. Hay padres preocupados que intentan orientarlos, aunque a menudo lo que hacen es alejarlos de sus verdaderas aptitudes porque dan por sentado que para alcanzar el éxito sus hijos tienen que seguir caminos convencionales y por ellos conocidos.
Por otra parte, están las personas que tienen mucho éxito en diversos campos, que les apasiona lo que hacen y que no pueden imaginarse haciendo otra cosa. Estas personas reconocieron sus talentos únicos y se ganan la vida haciendo aquello que les apasiona.
Y lo sorprendente es que a menudo sus trayectorias no son lineales o convencionales. Sus caminos están llenos de imprevistos, giros y sorpresas. Y en general, sus historias no son un cuento de hadas. Todas estas personas han tenido una vida complicada y llena de retos. Sus trayectorias personales no han sido fáciles ni sencillas, han sufrido fracasos y celebrado éxitos.
Pero todas ellas poseen un denominador común: las personas que alcanzan el éxito y la satisfacción personal por lo que hacen para obtenerlo, han descubierto aquello que de forma natural les sienta bien y les entusiasma hacerlo. Lo que los hace especiales es que han descubierto lo que les encanta hacer y están haciéndolo.
Por eso, todo depende de que descubramos cuáles son nuestras habilidades y pasiones personales. Encontrar y desarrollar nuestras fuerzas creativas es parte fundamental para llegar a ser quienes somos. Y no sabremos lo que podemos llegar a ser hasta que no sepamos lo que somos capaces de hacer.
Por lo tanto, un buen comienzo es comprender el alcance de nuestras posibilidades, y la capacidad hacer crecer, cambiar y renovar ese potencial. Todos nacemos con una capacidad extraordinaria para la imaginación, la inteligencia, las emociones, al intuición, la espiritualidad y con conciencia física y sensorial. Pero además poseemos un permanente potencial para renovarnos.
Los exitosos encontraron aquello para lo que estaban hechos e invirtieron un tiempo y un esfuerzo considerables para dominar los cambios en sus profesiones. Pero además, son creativos, tanto que si el mundo se volviera del revés, descubrirían la forma de utilizar sus habilidades para acomodarse a estos cambios.
Ahora bien, reflexionemos sobre la siguiente secuencia para ayudarnos a saber qué buscar y qué hacer.
¡lo entiendo!; ¡me encanta!; ¡lo quiero!; ¿donde esta?
“Lo entiendo” (Talento) Es la facilidad natural para hacer una cosa; es una percepción intuitiva o una comprensión de qué es algo, como funciona y como utilizarlo.
“Me encanta”. (Pasión) No es solo una cuestión de capacidad natural. Hay personas que por naturaleza son buenas para algo pero que no sienten que ese algo sea la vocación de sus vidas. Entoncess, se necesita algo mas: ¡Apasionarnos!. Encontrar gran deleite y placer en lo que hacemos.
“Lo quiero”. (actitud) A menudo las personas que aman lo que hacen se describen a sí mismas como afortunadas. Y las que no logran el éxito consideran no que han tenido mas suerte. En realidad lo aleatorio y accidental tiene su parte en la vida de todo el mundo. Pero tener suerte o no depende de algo mas que la mera casualidad. Con frecuencia las personas que triunfan comparten actitudes de perseverancia, confían en sí mismos, el optimismo, la ambición y el sentimiento de frustración.
“¿Dónde está?”.(Oportunidad) Si no se dan las oportunidades adecuadas es posible que nunca lleguemos a saber cuales son nuestras aptitudes o hasta donde podrían llevarnos. Las aptitudes no llegan hacerse patentes a menos que tengamos la oportunidad de utilizarlas. Depende de las oportunidades que tenemos, de las que creamos, de si las aprovechamos y de cómo lo hacemos. No perdamos de vista que la forma de percibir nuestras circunstancias, así como la de crear y aceptar las oportunidades depende, en gran medida, de lo que esperamos de nosotros mismos.
¿Qué esperas de ti mismo?