“Entre estímulo y respuesta hay un espacio. En ese espacio reside nuestra libertad y nuestra facultad para elegir la respuesta. En estas elecciones residen nuestro crecimiento y nuestra felicidad.” Stephen Covey.[i]
“Jodido pero contento”[ii]
Gregorio o “ Goyo” como le decían sus amigos, siempre estaba de buen humor y siempre tenía algo positivo que decir. Aún pasando por lo que para cualquiera sería una gran dificultad, siempre se refería a su estado de ánimo como “mejor imposible” Además era un motivador natural. Si algún amigo o familiar tenía un mal día, Goyo estaba ahí para ayudarle a ver el lado positivo de la situación. Siempre había para Goyo un lado positivo de las cosas.
– Una vez le pregunté como hacía para ser una persona positiva todo el tiempo.
– Goyo respondió, “Cada mañana me despierto y me digo a mi mismo: “Goyo, tienes dos opciones hoy: puedes escoger estar de buen o de mal humor. Escojo estar de buen humor. Cada vez que sucede algo malo, puedo escoger entre ser una víctima o aprender de ello. Escojo aprender de ello. Cada vez que alguien viene a mí para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo señalarle el lado positivo de la vida. Escojo señalarle el lado positivo de la vida.”
– “Si, claro, pero no es tan fácil”, le dije.
– “Sí, lo es”, dijo Goyo. “Todo en la vida es acerca de elecciones. Si observas bien cada situación, ésta se reduce a una elección que debes hacer. Tú eliges cómo reaccionas ante cada situación, tú eliges cómo la gente afectará tu estado de ánimo. Tú eliges estar de buen o de mal humor. En resumen, tu eliges como vivir tu vida.”
– Y agregó: “sólo tu puedes hacerlo, no esperes que nadie mas lo haga por tí. La elección es tuya”
Una vez en su trabajo Goyo tuvo un accidente. Por un descuido cayó desde una gran altura y quedó tendido en el piso con graves heridas y sin poder moverse. Rápidamente fue llevado de emergencia a un hospital y después de ocho horas de cirugía y varias semanas de terapia intensiva, felizmente fue dado de alta.
Recuerdo que me encontré con Goyo recién salido del hospital y cuando le pregunté cómo estaba, me respondió, ““Jodido pero contento”.
Y seguidamente quise saber que pasó por su mente en el momento del accidente.
– A lo que Goyo Contestó, “Cuando estaba tirado en el piso, recordé que tenía dos opciones. Podía elegir vivir o podía elegir morir. Y elegí vivir.”
– “¿Pero…no sentiste miedo?”, pregunté.
– Y Goyo continuó, “Los médicos estuvieron muy bien, en la ambulancia no dejaban de decirme que iba a estar bien. Pero cuando me hicieron unos estudios para ver el estado de mis lesiones, pude notar las expresiones en sus caras, y realmente me asusté un poco. Camino al al quirófano pude leer en sus ojos que me consideraban casi muerto…. Y supe entonces que debía tomar una decisión”.
– “¿Qué hiciste?”, insistí.
– “Bueno”, me contestó Goyo, “uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo, y respirando profundo grité “Sí, a las alturas” y mientras reían, les dije, estoy escogiendo vivir, aún estoy vivo, ¡por favor opérenme como tal! “.
Goyo, vivió por la maestría de los médicos, pero sobre todo por su asombrosa actitud.
El hecho de que Goyo fuera un albañil toda su vida, que no haya terminado la escuela primaria, y que hay tenido que trabajar en el campo desde muy niño para ayudar a mantener a sus nueve hermanos; no le impidió comprender y utilizar esta maravilloso don natural que todos poseemos por el hecho de Ser Humanos.
Daniel Olguin.