Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo, tomé el menos transitado, y eso hizo toda la diferencia. Robert Frost*
Hace tiempo, cuando sentí la necesidad de comenzar a andar mis propios caminos, debí elegir uno por donde ir. Me fue útil dibujar una especie de mapa que me guiara en el viaje.
Desde entonces, hubieron distintos caminos por los cuales transité, y los mapas también fueron variando. Pero la convicción de siempre intentar elegir por donde ir y trazar un mapa que me guíe, sin aferrarme a expectativas o resultados determinados, aún sigue intacta y operativa. Pero además, siempre me fue útil también, estar atento y plenamente consciente:
A las emociones que me ponen en movimiento. Asumo que detrás de cada acción existe una emoción que la hace posible. Mi motor nunca es un razonamiento, porque un razonamiento podría ser excusa para explicar mi inacción.
A las cualidades personales por las cuales hacer una cosa me sale más fácil que hacer otra. Utilizando esos dones naturales como mis herramientas principales.
A la pasión por hacer una cosa determinada, y que me lleva a practicarla sin descanso y a su vez sin cansancio.
Y al legado que me gustaría dejar. Nada es para mi mismo.
Por ello, en cada nueva ocasión que debí, necesité y elegí cambiar el rumbo, inicié la tarea trazado de mi mapa personal preguntándome:
¿Qué me gusta hacer y me hace feliz hacerlo?
¿Qué me sale realmente fácil de hacer de todo aquello que me gustaría hacer?
¿Que me gustaría experimentar?
¿Qué precio deseo pagar por dicha experiencia?
¿Qué implicancia puede tener en los demás el próximo paso que daré?
Indefectiblemente, a través de los años, las respuestas a preguntas de este tipo, afectaron mis objetivos, mis decisiones, mis relaciones, el uso de mi tiempo…, pero además:
¡ME TRAJERON HASTA AQUI!
Daniel Olguin.
la libertad es lomejor q podemos tener en la vida
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