NUESTRO HACER SOLIDARIO

“Cuenta la leyenda que cierto día, un sabio visitó el infierno. Allí, vio a mucha gente sentada en torno a una mesa ricamente servida. Estaba llena de alimentos, a cual más apetitosos y exquisitos. Sin embargo, todos los comensales tenían cara de hambrientos y el gesto demacrado: Tenían que comer con palillos; pero no podían, porque eran unos palillos tan largos como un remo. Por eso, por más que estiraban su brazo, nunca conseguían llevarse nada a la boca…Impresionado, el sabio salió del infierno y subió al cielo. Con gran asombro, vio que también allí había una mesa llena de comensales y con iguales manjares. En este caso, sin embargo, nadie tenía la cara desencajada; todos los presentes lucían un semblante alegre; respiraban salud y bienestar por los cuatro costados… Y es que, allí, en el cielo, cada cual se preocupaba de alimentar con los largos palillos al que tenía enfrente.”

Solidaridad es un hacer que implica compartir la carga del otro.

En general, cuando hablamos de solidaridad, surge la idea de ayuda económica: dar dinero a los necesitados. O cuando menos, de ayuda material: dar comida, vestimentas, etc. Pero estas ideas, aunque sí forman parte de la solidaridad, no lo hacen de forma completa.

Hay tantas formas de actuar solidariamente como problemas humanos existen, y en cada uno de esos problemas humanos nos podemos entregar para colaborar y tomar por propias las cargas del otro.

Decir que la solidaridad es, en esencia, ayuda material, sería el equivalente a afirmar que todos los problemas se resuelven de esa manera; que el hombre sólo tiene necesidades materiales.

Pero, el ser humano tiene realmente necesidades que no son materiales, como aquellas afectivas, espirituales, morales o sociales.

Por lo tanto para estas necesidades, también puede y debe existir una actitud solidaria. Por ejemplo: es posible, si no podemos dar dinero para educación, que demos una parte de nuestro tiempo para educar a niños de escasos recursos; o que favorezca la integración social de una comunidad marginada.

Si bien nuestro hacer solidario incluye la caridad, al mismo tiempo, necesita del desinterés.

El solo acto de dar, o ayudar, no es lo más difícil.

La parte difícil comienza cuando se nos presenta el dilema de ayudar sin recibir nada a cambio; de ayudar aunque nadie se entere, ni aún la persona a la que ayudamos.

Es difícil actuar como caritativos, solidarios, entregados, y al mismo tiempo, totalmente desinteresados. Aquél que da una billete de cien pesos a un indigente, materialmente hace algo bueno: por ejemplo la persona necesitada podrá comer con el dinero; pero si este acto lo hace para que otras personas lo vean, para aparentar caridad, entonces ese acto, que es materialmente bueno y solidario, se convierte no sólo en un acto deplorable y egoísta, que lejos de engrandecer a la persona, la empobrece.

Además, la solidaridad se hace por medio de una actitud y disposición  personal, constante y perpetua.

La solidaridad es activa, perseverante, constante y no debe ser confundida con un sentimiento de malestar ante la desgracia de los demás. Ni tampoco es una serie de actos aislados encaminados a ayudar al prójimo. El hacer  solidario debe convertirse en hábito, en una forma de vivir.

Finalmente, nuestro hacer solidario implica poseer un adecuado nivel de autoestima.

Nadie puede amar a otro si no experimenta el amor a sí mismo, y nadie puede estimar a otro si no experimenta primero la necesaria dosis de autoestima; igual que nadie puede respetar la dignidad de los demás si no sabe defender la propia dignidad.*

Piensa bien y saldrá bien!

DO.


* Algo es digno cuando es valioso de por sí, y no sólo ni principalmente por su utilidad para esto o para lo otro. Esa utilidad es algo que se le añade a lo que ya es. Lo digno, porque tiene valor, debe ser siempre respetado y bien tratado.
La dignidad del hombre reside en el hecho de que es un ser único, insustituible. Y cuando no se acepta este valor de la persona en sí misma, se abre la puerta que conduce a dejar de respetarla. Por ejemplo: tendemos a decir que un ser humano sólo es persona cuando se comporta como tal (cuando estudia matemáticas, cuando acaba la carrera, cuando vota, cuando es capaz de hablar, de comunicarse con los demás y ser consciente de sí mismo y de su libertad, en suma, cuando ejerce sus capacidades), entonces todos los seres humanos que no se comportan como tales, porque están dormidos o inconscientes o porque son discapacitados, no serían personas, lo cual significa que son seres humanos de segunda clase.
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7 respuestas a NUESTRO HACER SOLIDARIO

  1. David dice:

    Me encantó este artículo! Muchísimas gracias. Ahora tengo bien en claro lo que es ser solidario y creo que reúno todo lo que se necesita para ayudar a los mas necesitados, creo que todos los seres humanos somos en esencia almas solidarias, y como bien decía el artículo, no se trata sólo de ayuda monetaria, también la solidaridad se encuentra en pequeños gestos cotidianos que empiezan por casa. Hace poco vi un video de el actor estadounidense Will Smith quien creía fervientemente que “si no estamos haciendo la vida de alguien más una vida mejor, entonces estamos desperdiciando la nuestra”, esa frase me quedó grabada a fuego en la memoria y aunque simple y clara, me llevó a ser hoy por hoy una persona más simpática, comprensiva y solidaria.

  2. juana dice:

    gracias por la información me fue de gran ayuda, y es un excelente trabajo promover los valores para cambiar a la sociedad

  3. juana dice:

    gracias por la información me fue de gran ayuda, y es un excelente trabajo promover los valores para cambiar a la sociedad y crear consciencia de que debemos ayudar a los demás sin esperar nada a cambio y trascender del asistencialismo

  4. fabiana dice:

    gracias, me ayudo mucho

  5. la informacion es muy importante y bonita

  6. FLOR dice:

    MUY LINDO EL TEXTO

  7. Yolanda Vásquez dice:

    Excelente mensaje,para reflexionarla importante de la Solidaridad sobre todo en tiempos difíciles.Gracias.

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